En Honor a mi Maestro de Danzón,
el C.P. Manuel Hernández Luna, 1950-2023.
Por Leonardo Rosen “El Brujo del Danzón”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 160 (Junio, 2023)
El día 1 de mayo de 2023, yo estaba pensando sobre el tema de mi próximo artículo o, cuento corto para el Boletín DANZÓN CLUB, cuando recibí de la C.P. Ana Bertha Téllez un mensaje de WhatsApp informándome que su marido, el C.P. Manuel Hernández Luna, había fallecido el 30 de abril 2023. Esta noticia me golpeó como una tonelada de ladrillos, no sólo eran contadores, sino los profesores de mi formación en el baile de danzón al estilo mexicano. Es preciso decir que, en cuanto a todas mis actividades en el danzón, a ellos les debo todo.
Ana Téllez y Manuel Hernández en SAN Miguel de Allende el 07/02/23
En la Ciudad de Nueva York, yo había bailado varios ritmos de raíz afrocubana, incluida la salsa y no acudí a ninguna academia, ya que los salones de baile latino con las mejores orquestas eran la mejor escuela para observar y practicar. Como ya he escrito en otros artículos, las grandes orquestas charangas, tales como Fajardo y sus Estrellas y la Orquesta Broadway solían muy a menudo danzón tocar danzones cubanos tales como "Almendra", "Fefita", etcétera. Solamente muy pocas parejas cubanas de edad madura sabían bailarlo, los demás observábamos con el debido respeto, sin embargo, para mí, fue un caso de “amor a primera vista”. Tristemente, no había clases de danzón en NYC en aquellos tiempos, ya que se consideraba un baile de la gente madura y de la tercera edad, lo que hacía que a la juventud no le interesara el danzón.
Poco tiempo después, mi sueño se hizo realidad. Cuando comencé a radicar en San Miguel de Allende, GTO en 1998, me dediqué a enseñar la salsa y simultáneamente tomaba clases de tango argentino, en mi opinión, el tango argentino es mucho más difícil que la salsa y el danzón. Manuel Hernández y Ana Téllez eran contadores radicados en la CDMX, pero, tenían clientes en San Miguel de Allende, unos de esos clientes, eran mis instructores de tango, Peggy Taylor y Carlos Acuña. Al conocer a estos contadores, me dijeron que también eran profesores de baile de danzón con su propio grupo, “DanzónManía” en la CDMX. Poco tiempo después con Carlos y Peggy fui a la CDMX para asistir a dos milongas (bailes sociales del tango). Durante esta visita, Ana y Manuel nos invitaron a una clase de danzón para principiantes en la Casa de la Cultura de Coyoacán. En esa clase, el instructor gritaba los nombres de pasos, claro, desconocíamos ese vocabulario. Después de ensayar un paso, cambiábamos de pareja. Había muy poca instrucción, y hasta la fecha, les agradezco a esas alumnas por ayudarnos mucho más que el instructor. Asimilando esa experiencia, yo deseaba más que nunca aprender a bailar el danzón.
Mis queridos Ana y Manuel decidieron dar clases de baile de danzón en San Miguel de Allende cada dos semanas en martes y jueves, impartían clases muy intensivas y de larga duración sin descanso. Durante las semanas cuando no venían, algunos de nosotros tenían sesiones de práctica para no olvidar lo que Ana y Manuel nos enseñaban. Sí, era lo que se llama “estilo académico”, pero, estos maestros no lo enseñaban de manera dogmática o doctrinaria. Las clases eran duras, pero alegres, además estos excelentes maestros nos invitaban a sus eventos bailables en la CDMX amenizados por destacadas orquestas tales como La Danzonera Acerina y la Danzonera Yucatán. Ni hablar, Ana y Manuel nos recibieron muy bien.
De izquierda a derecha: Manuel Hernández, Ana Téllez, Leo Rossen, Rocío Vargas y Omar Llamaslamentablemente, pocos de estos alumnos continuaron con el danzón, pero Ana y Manuel sabían que podían pasar la estafeta a este servidor, y fue un honor para mí el recibirla de ellos. Yo complementaba lo aprendido realizando muchos viajes al puerto de Veracruz para observar y bailar el danzón. En poco tiempo, aunque yo no me consideraba listo, empecé a enseñar el danzón en SMA, ya que, Ana y Manuel no tenían el tiempo para venir, y no había otra persona para hacerlo en esta ciudad. Tiempo después y, atendiendo a mi invitación, Ana y Manuel volvieron a San Miguel de Allende con todo y su grupo, “DanzónManía”, para actuar en nuestro evento de danzón que fue parte de la Feria de Lana y Latón. En otra ocasión, les invité a impertir un taller intensivo en dos días aquí en San Miguel de Allende para mis alumnos de esta ciudad y de Dolores Hidalgo. Yo siempre podía contar con ellos.
Lo más importante es que formé una relación muy amistosa y afectuosa con Manuel Hernández (QEPD) y Ana Téllez. Los quiero mucho, los respeto mucho y nos mantuvimos en contacto a través de los años. No conozco a mejores seres humanos que esta pareja. Abrieron una puerta muy importante para mí en México, porque me dieron entrada al ámbito del danzón. En marzo de 2023, permanecí unos días en la CDMX, y los invité a Manuel y Ana a desayunar conmigo, fue un gran placer para mí en verlos otra vez y platicar de muchas cosas, incluida la situación actual del danzón en México. Me hablaron como si fuera su igual, pero no soy su igual. Con mucho orgullo y placer, siempre seré su estudiante.
La última vez que nos vimos fue precisamente en esta ciudad de san Miguel de Allende el día 07 de febrero de este año casi dos meses antes del muy lamentable fallecimiento de mi querido amigo y maestro de baile Manuel Hernández luna, Las dos fotos que presento en este texto son precisamente de esa “última vez”.
Para mí, es difícil hablar de Manuel y Ana como entidades distintas, porque siempre los había conocido juntos, sin embargo, con todo el afecto y todo el respeto que siento por mi querida Ana, una verdadera reina del danzón, les digo que mi querido Manuel fue un gran hombre, amable y generoso con todos sus amigos y alumnos.
Manuel Hernández Luna (QEPD): Siempre vivirás en mi memoria y siempre serás parte de mi vida.
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