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lunes, 15 de abril de 2024

EXHIBICIONISMO, MAL ENDÉMICO DEL DANZÓN

 Por Luis Pérez  “Simpson”

Extracto del Boletín Danzón Club No. 35 (Enero, 2013) 

En múltiples ocasiones he oído charlas sobre el exhibicionismo dentro del medio danzonero y baile de salón, es decir “fulanito y fulanita son exhibicionistas”, “solo quieren impactar o hacerse notar” etc., otras veces se escucha lo mismo pero utilizando el término “Lucimiento personal” y en realidad es más que evidente la identificación de tal o cuál pareja que practican esta forma de expresión dancística.

El término “Exhibicionismo” aplicado al baile de salón de primera instancia lo entendemos, o bien sabemos de que se trata, pero, si nos remitimos a su significado veremos que tiene dos acepciones y en su aplicación podríamos caer en un error de sintaxis ya que según el Diccionario Manual de la Lengua Española nos dice lo siguiente:

Por una parte, exhibicionismo se define como una “Tendencia patológica a mostrar los propios órganos genitales en público” y la otra nos dice que se trata de un “Deseo persistente y excesivo de exhibirse”.

Obviamente, la aplicación en el medio danzonero es definitivamente la segunda acepción relacionada al Afán de exhibirse.

Ahora bien, consideremos que exhibicionismo es el Afán de exhibirse y que de una manera simple consiste en hacer resaltar algún rasgo de su carácter, de su físico o de su manera de actuar en una pista de baile, privilegiándolo sobre los demás, como si fuera este rasgo su “carta de presentación”, pero, esto no quiere decir que ese rasgo privilegiado pase a ser el sustituto de toda la unidad, sino más bien se ha percibido el hecho de  exhibirse un valor de privilegio sobre otros.

La conducta exhibicionista tiende sin lugar a dudas a  inflar el ego de quien la realiza y tiene el propósito de impactar a las personas a quien se exhibe. Existen en nuestro medio exhibicionistas que hacen de su comportamiento un estilo de vida, en cambio otros lo efectúan de forma ocasional, estos últimos, suelen tener más tiento a la hora de elegir los momentos de exhibicionismo y las personas con quien lo realizan.

De lo anterior expuesto, me pregunto ¿Cuál es la finalidad de querer ser el foco de atención en un baile? ¿Tratar de decir que yo estoy por encima de los demás?  Muchos danzoneros tienen la idea falsa que el danzón es competencia cuando en realidad y en esencia es convivencia.

Los exhibicionistas por lo general no van a bailar, más bien van a que los vean bailar utilizando múltiples recursos como el vestuario, poses estereotipadas, figuras acrobáticas, etc.

Quien no ha sido testigo de presenciar en una pista de baile la clásica y trillada figura donde el hombre o la mujer se pone en cuclillas estirando una pierna mientras la pareja lo va girando, la misma figura acrobática que realizó Resortes en la película “Baile mi rey” que por cierto no es de la invención de este extraordinario bailarín, ya antes otros bailarines la plasmaron en la cinematografía.

Otra de las clásicas posturas de los exhibicionistas es cuando el caballero en actitud “docta” baila con dos o tres damas a la vez haciendo creer a la gente que está realizando un verdadero prodigio dancístico, aparte de sentirse “el papá de los pollitos”. Desgraciadamente estos “acróbatas de salón” denigran al espíritu del danzón y lo peor que existan damas “danzoneras” que se prestan para dicho numerito.

Hay parejas que en su afán sistemático de exhibicionismo recorren todos los puntos cardinales de la pista para que nadie de los asistentes se quede sin el “privilegio” de verlos.

En otras ocasiones me ha tocado ver a grupos que al oír la ejecución del danzón que han estado practicando para su coreografía teatral, se empeñan a ejecutarlo en plena pista como si se tratara del mismo foro teatral al que están ilusamente acostumbrados y lo peor es que en algunos casos prácticamente “quitan” a las otras parejas para darse espacio, o de plano suspenden el baile para que los asistentes observen su “numerito”.

Ejemplos de exhibicionismo en el danzón hay muchos tanto como formas de evitar ser infectado por este mal endémico y lo llamo endémico en el sentido figurado de ser “un hecho negativo que se repite frecuentemente y está muy extendido”

El origen del problema de este mal endémico en el  danzón es la imitación, la vanidad y sobretodo el desconocimiento de su esencia y propósito.

En cambio he visto a verdaderos maestros de baile que en plena pista bailan y se comportan a la altura y sin pretender ni buscar el exhibicionismo, bailan el danzón con verdadera alegría gozando del momento porque bien saben que se trata de un baile lúdico no de una exhibición tipo espectáculo teatral o de un concurso.

De las famosas coreografías rutinarias grupales de teatro no vale la pena dedicarle espacio, ya que todas tienen como propósito principal el exhibicionismo y la competencia, pero tratándose de un espectáculo teatral pudiera ser válido, claro, con sus respectivas reservas.

Seguramente algunos de los lectores se sentirán aludidos y les ofrezco disculpas si les causó molestias lo anteriormente citado, pero más vale una verdad amarga que una mentira inútil, sin embargo el exhibicionismo es un fenómeno que se ha dado en todas las épocas en los salones de baile, plazas públicas, eventos privados etc. y seguirá persistiendo por la naturaleza humana de los bailadores, pero de ti depende no aumentar el número.

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