Por: Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 31 (Septiembre, 2012)
Un
aspecto interesante dentro de la CULTURA
DEL DANZÓN es el referente a las anécdotas
que por sí mismas forman parte de la Historia de este singular ritmo bailable,
¿se imaginan cuantas historias no escritas han circulado en el medio danzonero
y del baile de salón? , desgraciadamente muchas de ellas se han perdido junto
con sus narradores.
Me viene
a la memoria este suceso ocurrido en una de esas maravillosas Tardeadas del Salón Atzín, la fecha
precisa no la recuerdo, pero lo que sí recuerdo es el magnífico ambiente
danzonero que envolvía a este Salón y que en su propaganda nos decía, “Salón Atzín, la casa de buen Danzón”,
ya escribiré si DIOS me lo permite
algo más específico sobre este histórico recinto danzonero.
Pues
bien, volviendo a aquella Tardeada Danzonera, (la ubico entre los meses de
julio y octubre de 2004), en plena época de lluvias ya que en esa ocasión se
estaba sucintando un torrencial aguacero mismo que provocó un apagón justo en
el momento de los primeros compases del majestuoso danzón Nereidas ejecutándolo la Danzonera
Cinco Estrellas del nuestro querido amigo, el maestro Ramón Cedillo, el salón quedó completamente oscuro, en el estrado
era imposible leer las partituras, ¿y qué creen?, los músicos siguieron tocando
hasta la finalización de este danzón, todos los asistentes a dicho evento
soltamos un torrencial aplauso a la Danzonera
Cinco Estrellas, ovacionando y reconociendo la calidad y profesionalismo de
estos excelentes músicos mexicanos. Afortunadamente minutos después de este
prolongado aplauso regreso la energía eléctrica y todos contentos y…….. ¡Sigue el Danzón!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario