Por Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 162 (Agosto, 2023)
Con mucho agrado leí el interesante artículo escrito por Leonardo Rosen, titulado EL MITO DE “EL DANZON ES BAILE FINO DE SALON", publicado en el número 161 del boletín DANZÓN CLUB, donde de una manera puntual desmitifica esa idea, ahora muy trillada de que “el danzón es un baile fino de salón”. Dicho artículo en sí, es una agradable invitación a la reflexión, misma que con mucho gusto voy a aceptar, ya que, el tema se ve “rico y sabroso”, además de polémico.
Primeramente, aunque me apasiona el danzón, nunca he aceptado que a este ritmo bailable se le “clasifique” como “un baile fino de salón”, ¿por qué?
Hay varios argumentos para fundamentarlo, mismos que son debatibles o justificables, pero, comencemos:
Según el diccionario el término “fino”, lo describe como un adjetivo y significa “Que es delgado o tiene poco grosor o espesor”, por ejemplo "hilos finos" y también, “Que es delicado y de buena calidad” por ejemplo, "una colonia fina". Como verán nada tiene que ver con el baile ni con la acción de bailar y, se aplica a objetos materiales, texturas o, en ciertos casos a personas, esto, fácilmente lo pueden constatar.
Ahora, viene lo bueno, gramaticalmente este adjetivo “fino”, tiene sus propios antónimos (que tienen un significado opuesto o inverso), como: grueso, gordo, áspero, rudo y otros más. En base a lo anterior, cabe entonces la pregunta ¿Cuáles son los bailes gruesos o ásperos de salón?, y es aquí precisamente donde se “atoran” y no dan respuesta los “esnobistas” y pregoneros de “el danzón es un baile fino de salón”.
De verdad, no me explico como personas “referentes” del danzón (“danzoneros” protagonistas) actual en México (me reservo omitir sus nombres), repiten sin fundamento alguno que “El danzón es un baile fino de salón”. En múltiples ocasiones a algunas de estas personas “selectas” les he preguntado ¿en qué te basas para decir que el danzón es un baile fino de salón? y, nunca me han dado una respuesta concreta, solo divagaciones, suposiciones, otros de plano dicen que no lo saben, pero, “que se los dijo su profe de danzón”, otros, que lo escucharon en alguna conferencia, es más, lo grave es que ni siquiera sabían realmente cuales son las principales características que debe tener un baile para ser considerado “baile de salón”. Esta, es la triste realidad cuando los mitos se apoderan de las mentes conformistas que no se ocupan ni tantito por investigar lo que en “tono docto” repiten y repiten.
Ah, pero eso sí, les preocupa mucho que el danzón obtenga el “ansiado” certificado de la UNESCO para que este ritmo (ahora híbrido) sea declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad. Se imaginan si en el escrito de petición se les ocurriera mencionar que “El danzón es un baile fino de salón”, de verdad, no sabría decirles cual sería la reacción de los honorables miembros de este organismo internacional, pero, de principio, les provocaría una sutil risa, de esto, no tengo ni un atisbo de duda.
De hecho, volviendo al diccionario, nos daremos cuenta que en la definición de la palabra danzón no aparece el término “fino”, lo pueden verificar, también lo pueden hacer consultando las enciclopedias y, el resultado será el mismo.
Pueden también y sería de mucha utilidad, leer los libros de Don Jesús Flores y Escalante, o el de Don Simón Jara (en coautoría), o el de Ángel Trejo, que son de los principales escritores sobre la historia del danzón en México y, ninguno de ellos se atrevió a decir semejante barbaridad de que “el danzón es un baile fino de salón”. Bueno, para documentar su optimismo y abreviarles horas de lectura, solamente en un renglón de uno de sus excelentes libros, Don Jesús Flores y Escalante escribió -baile “fino” de salón-, pero, ojo, la palabra “fino” la puso así entrecomillada haciendo alusión a una prestigiada academia mexicana de baile de mediados del siglo pasado y obviamente haciendo notar su desacuerdo y duda con ese adjetivo aplicado al baile de salón.
Esto de repetir y repetir que “el danzón es un baile fino de salón”, es otro flagelo más que los “esnobistas del danzón” le han aplicado inmisericordemente a este ritmo. No conformes con haberlo transformado en un “baile elitista”, así como, en un remedo de ballet (véase las coreografías o rutinas grupales), ahora, para esos pregoneros, adicionarle el adjetivo “fino” a este ritmo, es correr el riesgo de caer en los terrenos del “clasismo”, palabra que está muy de moda, ¿lo dudan?
Para finalizar, les diré que en ninguna “asociación internacional de bailes de salón” existe tal subdivisión llamada “bailes finos”, solamente son lo que son, Bailes de Salón (ballroom dancing). Lo increíble es que aquí en México podemos encontrar promocionales de algunas academias de baile donde anuncian que “imparten” clases de “bailes finos de salón”.
Vean como el mal ejemplo cunde y, como dijera un comentarista deportivo “se tenía que decir y, se dijo”.
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