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Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

sábado, 6 de abril de 2024

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL TÉRMINO DANZÓN OCTAVA PARTE

 Por Dr. Jorge de León Rivera, Cronista del Danzón

Extracto del Boletín Danzón Club No. 167 (Enero, 2024)

La estructura del danzón

A partir de Las alturas de Simpson, el danzón de forma tripartita ABAC, coexistió con la antigua Danza Cubana de dos partes.

La música popular tiene mucho de improvisatorio, y las orquestas no respetaban la forma tradicional del rondó ABACA, verbigracia en 1945, aparece una grabación de Las alturas de Simpson con la forma ABACAC, y por último, en los años cincuenta Acerina y su Danzonera con el formato ABACC.

Alejandro Madrid anota que “el famoso director de orquesta Raimundo Valenzuela hacia 1879, comenzaba con una introducción o tema A de ocho compases repetidos llamada paseo, debido a que en esta sección la pareja no bailaba sino que paseaba sosegadamente de un lado a otro, mientras la dama se refrescaba con un abanico, un segundo tema B que alternaba con el tema A, de dieciséis compases, con la principal participación de los clarinetes y un tercer tema C, también de dieciséis compases, preponderante de los metales, la cual representaba el punto culminante del arreglo”.

Más adelante se popularizaron los danzones con cuatro o cinco secciones, con un tema C más lento ejecutado por los violines, al cual seguía la sección D a las D y E, con un tiempo más animado, con los instrumentos de viento con melodías pegajosas y ritmos sincopados.

Y llegó el Montuno

En el año de 1910, el clarinetista y compositor, José Urfé introdujo en el danzón titulado El Bombín de Barreto una sección conocida como montuno, proveniente del son cubano, basada en un motivo melódico-rítmico que servía a las variaciones de la melodía.

La estructura del El Bombín de Barreto era la siguiente:

A B A C A D A E Montuno.

Varios autores han señalado en 1910, no existía el son el que aparece en La Habana en los años veinte del siglo XX, esa discrepancia la aclara el maestro Odilio Urfé, hijo de Don José, diciendo que el son surgió en oriente y tardó bastante tiempo en llegar a La Habana, y nos ilustra sobre ese importante encuentro histórico, como transcribo a continuación:

“En el caso de El Bombín de Barreto... cuando mi padre José Urfé lo escribió en el año 1910, él regresaba de un viaje por Santiago de Cuba... por Oriente. Y en Puerto Padre, que es el lugar donde nació Enrique Peña, el director de la orquesta a la cual pertenecía mi padre y José Belén Puig... pues allá en Puerto Padre escuchó el ritmo del son, le gustó mucho, y entonces cuando regresó a La Habana después de aquella turné se le ocurrió hacer ese danzón... una especie de broma a su gran amigo y compañero de la orquesta Julián Barreto. Entonces papá, con El bombín de Barreto, desarrolló el danzón en base a la incorporación del son. Y a partir de ahí, el danzón adquirió su forma definitiva..."

Es muy posible que José Urfé haya escuchado en Puerto Padre un montuno que le sirviera como inspiración para la composición de la última parte de El Bombín de Barreto, o que ya los hubiera oído en la misma Habana, sobre esto indica el musicólogo norteamericano Peter Manuel “el montuno debe haber estado presente en La Habana ya desde mediados del siglo XIX, en algunas contradanzas compuestas entre 1850 y 1860, la sección B consistía en una estructura de dos compases repetidos en el cual se alternaba un compás basado en el ritmo sincopado del tresillo cubano, dos corcheas con puntillo y corchea, con notas de igual duración usualmente corcheas o viceversa” y concluye expresando Manuel: “esos pasajes eran notables precursores de los ostinados llamados montunos, los cuales constituyen la base de la segunda sección del son que emerge a comienzos del siglo XX”

Las características del montuno estaban presentes en las siguientes contradanzas compuestas por compositores habaneros: El dedo de Landaluze de Tomás Ruiz (1862), Cambujá y ¡Ave María Gallo! de Lino Coca (ca. 1857), Suelta el peso de Juan de Dios Alfonso, Suelta el cuero (quizás del mismo autor) y La expedición de Marruecos de "P.B.C." (1860).

El montuno de El bombín de Barreto se componía por una estructura melódico- rítmica recurrente que es llamada "guajeo" en el vocabulario de la música popular, la cual era apoyada por otra estructura en el bajo, conocida como "tumbao”.

Continuará…

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