Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 162 (Agosto, 2023)
No te miro, no te toco.
Eres ausencia que mata,
cruda lejanía ingrata,
carencia que pone loco
que me arruina poco a poco;
distancia que es dolencia
que me asfixia sin clemencia;
es tormento, es castigo.
El corazón quiere abrigo
y añora tu presencia.
Es un momento crucial
con elogios amorosos
de tiempos temerosos
y de un encierro bestial
que me obliga a lo virtual.
Quisiera acercarme a ti,
beber lo que ya bebí,
esa miel que me enloquece
que a mi vida la abastece
con dosis de frenesí.
Hoy no te puedo abrazar.
tu distancia me atormenta
mi carácter se violenta
al no poderte tocar;
obligándome a esperar;
el corazón se acongoja,
mi ánimo se afloja,
y el cielo se entristece;
la pujanza se adormece
y mi vida se deshoja.
Hoy evoco tu presencia,
vivir sin ti es tormento
porque eres mi sustento;
no mirarte es dolencia
que engrandece mi impaciencia.
Contigo quisiera estar
para ya no enfermar;
me mata tu lejanía
pero el corazón confía
que no me vas olvidar.
Cruel destino que lacera
a reyes y mendigos
camaradas y enemigos
que se mueven sin frontera
es malvada la hechicera
que esclaviza con encierro
y duele como el destierro.
Y como sé que te quiero
el sacrificio tolero
y a tu cariño me aferro.
Ningún evento es eterno,
y lo que me impide verte
ya le llegará su muerte
y se acabará el dolor;
el amor será mayor
y el fuego sentimental
subirá al pedestal
a compensar lo sufrido;
amor sembrará Cupido
para gozarlo a caudal.
Largo se me hace el verano
y ya espero la primavera;
el alma se desespera
y este corazón profano,
que tú lo hiciste lozano,
aunque sufra la impotencia
de no librar la abstinencia
de un gozo acostumbrado,
inquieto estará plantado
añorando tu presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario