Por Dr. Jorge de León Rivera, Cronista del Danzón
Extracto del Boletín Danzón Club No. 164 (Octubre, 2023)
Antes de seguir adelante es necesario subir a la palestra y poner en punto de aguja, varias cuestiones importantes y poco difundidas:
Según la musicóloga mexicana Yolanda Moreno Rivas, quien escribió 5 libros sobre música popular, sin citar la fuente afirma que el primer danzón que produjo Miguel Failde, fue titulado “Por nuestra parte sin novedad”, hacía burla de las partes de guerra del ejército español en su lucha contra los mambises, ergo y, por lo tanto, en consecuencia, la pieza musical tenía letra.
Alejo Carpentier, en su libro “La música en Cuba, temas de la lira y el bongó” niega a Miguel Failde el título de creador del danzón y se lo otorga a Manuel Saumell, apoyándose en la existencia de una contradanza titulada “La tedezco” en la cual encontró toda la estructura del danzón que surgiría más tarde.
A Saumell, se le ha llamado el padre de la contradanza, siendo también el padre de la habanera – la amistad – del danzón – la tedezco – de la guajira – la Matilde – la clave – la celestina – y de la criolla – la Nene -.
Otro punto fino poco conocido es el siguiente:
Del Icónico danzón “Las alturas de Simpson” Miguel Failde escribió dos versiones.
La primera compuesta en junio de 1877, es un danzón de dos partes que no tiene ninguna semejanza musical, formal o melódica con la pieza que hoy conocemos.
La versión de dos partes sigue las convenciones de las contradanzas y danzas cubanas de esa época, y contiene una sección A repetida de ocho compases, seguida por una sección B repetida de ocho compases, aunque el ritmo de la habanera es usado primordialmente en la sección A, el cinquillo no se usa para nada.
La segunda versión de “Las alturas de Simpson”, es un danzón de tres partes, y consiste en una sección A repetida de ocho compases y de las secciones B y C de una extensión mayor, de dieciséis compases cada una. Los último cuatro compases de las secciones A y C, utilizaron en forma notable la clave, cinquillo, pero la sección B sólo incluye el cinquillo durante la cadencia final.
Por otra parte:
Sigryd Padrón Díaz, en “Galicia en el baile nacional cubano: el danzón”, Galicia – Cuba: un patrimonio cultural de referencias y confluencias, Ed. Por C. Fontela y M. Silva. Coruña: Edicios do Castro año 2000, refiere que “Las alturas de Simpson”, antes de su debut en sociedad en el Club de Matanzas, se tocó en la residencia de los Condes de Luna para la celebración de la fiesta de Santa Aurora en el mes de agosto de 1878.
Eminentes musicólogos difieren con respecto a la partitura de a versión de tres partes de Failde fue La primera composición en ese estilo, y algunos atribuyen la creación de danzones tripartitos a Raimundo Valenzuela y no a Failde.
Otro tema casi ignorado es que Failde compuso una serie de cuatro danzones:
Las alturas de Simpson, El delirio, La ingratitud y Las quejas, estos tres últimos con nombres de lamento o desamor:
La ingratitud, es uno de los sentimientos más desagradables que puede sentir el ser humano, la persona afectada se siente sola, defraudada y sin fuerzas, y que todo su esfuerzo por agradar, complacer o interesar ha sido en vano.
El delirio es un estado de alteración mental provocado por un trastorno en el que se produce excitación e intranquilidad.
Las quejas, en sentido emocional es un resentimiento o disgusto por la actuación o comportamiento de la persona amada.
Alejo Carpentier en su magna obra sobre la música cubana expresa “hemos dado con los manuscritos originales”, sin embargo, no los publicó.
No así, Zoila Lapique Becali, musicóloga admiradora de Don Alejo Carpentier, investigadora profunda de géneros tan definitorios para el arte sonoro de La isla, como la contradanza, La Habanera y el danzón, quien en su libro, fruto de cuarenta años de investigación “Cuba colonial, música, compositores e interpretes 1570-1902” publica en la página 245 los manuscritos de los cuatro danzones de Failde fechados en Matanzas, en 1877, apareciendo la fecha y la firma de Failde, la reproducción está un poco fuera de foco, pero legible para un músico con formación en partituras.
Hasta ahora es un misterio saber, si en el Liceo de Matanzas en 1879, sólo se tocó “Las alturas de Simpson” y otros tres danzones.
Hace aproximadamente cuatro años, convocado por la agrupación “Clave Coyoacán”, dirigida por María Orduña Carrasco y Mario Martínez Higuera, el actual Miguel Failde impartió una conferencia en la Casa de la Cultura Raúl Anguiano, del Parque ecológico Huayamilpas, Miguel tuvo a bien hacernos escuchar una grabación, de la primera versión de “Las alturas de Simpson”.
Continuará…
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