Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 160 (Junio, 2023)
En la Ciudad de México el traslado masivo de persona más conocido y de mayor prestigio es el que se hace a través del Sistema de Transporte Colectivo conocido como el Metro.
Este tipo de transporte tiene sus antecedentes en Londres, lugar donde en 1863 fue inaugurado por primera vez y se le nombró “El Metropolitano”; y dado que en México se acostumbra acortar las palabras, desapareciendo algunas sílabas, (apócope), se le empezó a nombrar “El Metro”, fenómeno del habla que se popularizó, y por eso, desde que inició sus servicios, el 4 de septiembre de 1969, todos lo nombramos de esa manera.
Cuando este transporte andaba ya en sus 49 años tuvimos el agrado de ver que se empezaron a dar acontecimientos dancísticos hermosos para las personas que gustan del baile fino; en efecto, el maestro de Danzón Juan Daniel Rodríguez Carrera inició sus eventos conocidos como “El danzón viaja en metro”, dando lugar a que hasta las personas que no acostumbra viajar en ese sistema de transporte comenzaran hacerlo sólo para detenerse en ciertas estaciones y poder ver, escuchar y bailar el ritmo que apasiona y enaltece, el Danzón.
En las conocidas estaciones de Ermita, Zapata, El Rosario y Periférico y Chabacano, el maestro Rodríguez Carrera, ha logrado que los sábados y domingos a las 14: 00 horas se disfrute y se goce ese ritmo atrapador que ha dado felicidad a muchas generaciones.
Este acontecimiento es la razón por las que muchas personas que no están conectadas con esa sana diversión, detienen su andar para observar y aplaudir a quienes luciendo sus elegantes atuendos muestran sus habilidades y llamativos pasos arrancando del público fuertes aplausos, al mostrar con precisión los garbosos remates.
Con gusto se recuerda que en uno de esos agradables espacios hubo alegres momentos en los disfrutamos hora y media de complacencia con música viva al compás de la Danzonera Pegaso que brilló con esplendor al deleitarnos con un vasto repertorio de danzones clásicos.
Aficionados y experimentados bailadores de ese ritmo acuden a los lugares mencionados, previa invitación que se hace por Internet, indicándoles el nombre de la estación donde se hará el evento. Cuando por alguna razón el acontecimiento no se realiza en una estación, la diversión se traslada a las instalaciones del sindicato del Sistema de Transporte Colectivo que se ubica en la cercana estación de Tacubaya, donde con decisión y alegría los amantes de su Majestad el Danzón nos reencontramos con el inmortal ritmo que alegra el corazón y por dulce consecuencia alarga la existencia.
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