Por Enrique Guerrero Rivera “Aspirante Eterno”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 69 (Noviembre, 2015)
Saludos lectores del Boletín Danzonero
Esta ocasión les comparto la visión que me dejó el observar las actuaciones de varios artistas que trabajaron en dos películas relacionadas con el baile del tipo latino, una de origen japonés filmada en el año de 1996 cuyo link aquí se los comparto: www.youtube.com/watch?v=9rcecBuySJ4 mientras que la otra es estadunidense con link decine21.com/peliculas/bailamos-560 con el mismo título, “¿Bailamos?” en inglés es “¿Shall we dance?”, en que por cierto es el mismo argumento, con ligeras variaciones en el contenido, más es de destacar el que en la japonesa, hacen mucho hincapié en los prejuicios que esta sociedad tiene al respecto de la moral y honor de la familia, y sus tabúes acerca del aspecto lúdico individual, ya que no es correcto el que un hombre casado se divierta lejos de la familia y mucho menos el que se acerque casi íntimamente a otra mujer durante el baile empeorando el asunto si ésta no es su esposa, mientras que en la segunda historia que se maneja en una sociedad de los Estados Unidos, con la actuación de Jennifer López y Richard Gere en donde se trata más del distanciamiento de pareja y la infelicidad del marido producto de una vida rutinaria de entrega en el trabajo lo que fomenta que se pierda comunicación e intimidad entre el matrimonio involucrado. Así mismo cabe mencionar dentro de ambas películas, aún y cuando es tocado de manera muy breve el modo de instruir a los alumnos ya que todo ello se hace a base de conteo numérico sin que se mencione alguna relación con los elementos básicos de la música que se interpreta dancísticamente, nada acerca del ritmo, o de la melodía mucho menos acerca del aspecto armónico que cada pieza bailable contiene, toda ella es de carácter caribeño, en que se distingue la ausencia del Danzón, pues al parecer no tienen ni la mínima idea de su existencia como baile latino, y todo su conocimiento lo reducen a la Salsa o el cha cha chá y la rumba dentro de sus idiosincrasias. Toda ésta historia refleja la situación de los “maestros” de Danzón en México en que sin tener los mínimos conocimientos musicales se dedican a “enseñar pasos” sin metodología, ni relación con las frases musicales que el Danzón contiene pero que según ellos lo conceptúan como TÉCNICO.
Es muy peculiar el concepto de elegancia que en las dos películas se maneja, ya que la postura del bailador es sustentada en la rigidez del tronco en el varón, mientras que en la dama se hace énfasis en el manejo de las manos durante las evoluciones así mismo de la posición de la cabeza durante el baile en que jamás se busca tener contacto visual permanente, sobre todo debido a que siempre se está buscando COMPETIR por lo que se exagera en la estilización de los movimientos y posturas que me remiten a pensar que son las de divas en busca del reconocimiento y aplauso del público y de los jueces, no en el carácter lúdico que produce el bailar. En las dos versiones el argumento trata de magnificar la subjetividad que tiene el interpretar el baile, tal como la Pasión, la Proyección de los movimientos, además de ciertas emociones y erotismo que debe de mostrar el caballero al manejar a la pareja, nuevamente sin parámetros ponderables, tal como los concursos danzoneros en nuestro país.
Es de destacar la vestimenta de las parejas en que en la parte japonesa son totalmente occidentalizada, puesto que no son parte de la tradición del país, por parte de la película de factura hollywoodense se manejan totalmente la idea de cuál debe de ser el uso de el atuendo al más claro sentido peliculésco.
Espero que tengan la oportunidad de ver ambas versiones y tratar de tomar lo bueno del baile desde lo que para nuestra perspectiva latina tiene sentido: DIVERTIRNOS CON LA PAREJA BAILANDO.
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