Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 87 (Mayo, 2017)
VOLVERAN MIS ÁUREAS MELODÍAS…
Volverán los danzones que pediste;
mi deseo de bailar renacerá,
pero aquel rondó que tú me diste
en bello matiné … no volverá;
y el danzón que amables nos tocaron,
que bailamos suspirando amor,
son recuerdos que tristes se alejaron
en las alas del llanto y el dolor.
Volverán mis áureas melodías;
en tu andar otros aires soplarán
llevándose caricias, alegrías
y besos que a mí no volverán;
los montunos regios de alegres pasos
son testigos que nunca callarán;
hablarán de tus frívolos ocasos,
que mis ojos ya no los mirarán;
volverán a la pista tus dulzuras;
tus cadencias y garbos lucirán,
pero aquellas, las bellas locuras,
las que gozamos… no renacerán.
Volverán muchas manos a tocarte,
los fuegos de tu piel despertarán,
y los besos que alegre te llevaste,
¡esos, nunca jamás regresarán!
Volverán a las flores tus miradas;
tus pupilas, orquídeas buscarán;
y las rosas que alegre te llevaba,
¡Convéncete, mujer!... no volverán.
Tus recuerdos, tal vez, han de volver;
orgulloso tu ego morirá
y aquello que te hacía enloquecer,
¡Entiéndelo!… jamás retornará.
Los ardientes deseos de mirarte
y mis gustos por ti, se morirán;
anhelos y locuras por besarte
no volverán… también fenecerán.
Y el altar que en mi corazón yo puse,
sin orquídeas ahora lucirá;
derribado ya, sus escombros luce,
¡Y nada! ¡Ni Dios lo levantará!
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