Por Alejandro Cornejo Mérida
El danzón es un ritmo bello y para muchos fino y elegante pero no sería tanta maravilla si las pistas de baile carecieran de la presencia de las distinguidas damas que practican ese ritmo cautivador. La finura, gracia, garbos y distinción de esas hechiceras sílfides nos hacen suspirar y nos transportan al paraíso. Para ellas nuestro reconocimiento expresado en estas décimas.
Brissa de mar hecha flor,
Mujer de bello danzar
Que cautivas al mirar
Y enamoras con tu amor.
Tu vaivén es un primor
Que me atrapa sin piedad
Te pido por caridad
Que alegres mi corazón
Con el amoroso rondón
Que me da felicidad
Lindos son tus pies de seda,
Obsequios para el poeta
Que lo mantienes a dieta
Si tu danzar vive en veda.
Esperar es lo que queda
Para que vuelvas a lucir,
Porque lo debo admitir,
Que en una pista de altura,
Tus floreos son dulzura
Que me animan a vivir.
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