Por Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 67 (Septiembre, 2015)
Dentro de la literatura Danzonera hay una frase que encontramos frecuentemente que dice: “El Danzón es hijo de la Danza, nieto de la Contradanza, padre del Mambo y abuelo del Cha Cha Cha.”, la cual nos dice que tanto el Mambo como el Cha Cha Cha surgieron a partir del Danzón y ambos se internacionalizaron en mucho mayor medida que el Danzón.
La experiencia histórica nos ha enseñado que tanto los ritmos bailables como las modas, tienen un periodo de duración, mientras no llega otro ritmo o moda que lo desplace y justamente a propósito de esto me viene a la memoria un fragmento de la melodía “Rock and Roll” del canta-autor cubano Frank Domínguez interpretada por la exquisita voz de Celia Cruz acompañada por la Sonora Matancera que dice:
El mambo hizo furor en Nueva York
pero el cha cha cha lo derrotó
ahora un nuevo ritmo apareció
y es el inquietante rock and roll
De acuerdo a este párrafo, el que desplazó al Mambo fue el Neodanzón o Cha Cha Cha como mundialmente se le conoce, sí mis estimados lectores, el Neodanzón fue el nombre original con el que fue “bautizadó” por su creador, el músico, compositor y director de orquesta cubano Enrique Jorrín, sin embargo el nombre de Neodanzón tuvo una vida más que efímera ya que muy pronto los bailadores de la Sociedad Silver Star de la Habana lo “rebautizaron” con el nombre de Cha Cha Cha, palabra surgida de la onomatopeya de los sonidos producidos por los pies (un “escobilleo”, marcando a un lado y otro, el un, dos; un, dos, tres, y ese sonido sobre el piso fue lo que le dio el nombre de Cha Cha Cha, dos pasos lentos y tres pasos rápidos, un dos cha cha cha).
El maestro Enrique Jorrín Oleaga, nació el 25 de diciembre de 1926 en el pueblo de Candelaria, provincia de Pinar del Río, Cuba, pocos años vivió en este lugar, ya que, cuando solo contaba con 5 años su familia se trasladó a la ciudad de la Habana, específicamente al barrio del Cerro donde pasó prácticamente el resto de su vida. Aprovechando su estancia en la Habana, el joven Enrique Jorrín ingresó al Conservatorio Municipal donde desarrolló su carrera de músico resultando un magnifico violinista y compositor, mostrando desde su temprana carrera musical una admirable inclinación y habilidad para componer danzones en donde ya se notaba el germen de lo más tarde llegaría ser el Neodanzón o Cha Cha Cha.
Hablando de sus danzones, el mismo Enrique Jorrín dijo que su primer danzón “Osiris” lo hizo a la edad de 12 años y la parte del violín la completó años más tarde, podríamos decir sin lugar a equivocarnos que fue un “bárbaro revolucionario del danzón” con una vasta creación de danzones que sobrepasa los cien, entre los cuales, los más conocidos son. Osiris, Unión Cienfueguera, Doña Olga, Central Constancia, La Antorcha de Artemisa, Caminante del desierto, La Polonesa, Varón lo que sea, Jóvenes del Danubio, Liceo del Pilar y Candelaria (inmortalizando a su pueblo natal). Vale la pena escuchar sus danzones para identificar musicalmente lo que podremos llamar la génesis del Cha Cha Cha.
Un paso muy definitivo dentro de su gran trayectoria se dio en 1944 cuando Enrique Jorrín ingresa como violinista en la Orquesta de Arcaño y sus Maravillas que traían entre sus músicos y compositores nada menos que a los hermanos López, Israel conocido mundialmente como “Cachao” y Orestes, ambos, gigantes del danzón y justamente en aquel tiempo esta súper orquesta tocaba danzones modernos, los denominados de “Ritmo Nuevo”, obviamente el maestro Jorrín también aportó sus composiciones para que fuesen interpretadas por esta gran orquesta. Varios musicólogos afirman que los danzones de ritmo nuevo influyeron en gran medida al desarrollo y estructura musical del Cha Cha Cha, aunque el mismo Jorrín lo negó. Solo dos años permaneció Jorrín en en esta orquesta y en 1946 pasa a formar parte de la Orquesta América dirigida por el cantante y compositor Ninón Mondejar (Anacario Cipriano Mondéjar Soto) y fue precisamente con esta orquesta a principios de los 50s donde Jorrín cristalizó esa nueva fórmula musical llamada Cha Cha Cha, que de hecho ya se venía gestando desde 1948 y fue en el año de 1953, cuando Jorrín dio a conocer el tema "La Engañadora" interpretada por la Orquesta América, que de hecho en propias palabras de Jorrín no fue el primer Cha Cha Cha, pero sí el primer exitazo de este nuevo ritmo por lo que se le considera la primera obra de este género. Con esta orquesta se dio a conocer el Cha Cha Cha por varios países de Centroamérica incluyendo a México. Posteriormente y debido a un desacuerdo entre Ninón Mondejar y Enrique Jorrín por la creación e introducción del Cha Cha Cha en Cuba, este ultimo decide independizarse y con fecha 8 de mayo de 1954 forma su propia agrupación musical, “Enrique Jorrin y su Orquesta” que lo llevaría definitivamente a una fama internacional difundiendo el Cha Cha Cha.
La propuesta musical de Jorrín fue crear un ritmo ni tan lento como el danzón primitivo ni tan agitado como el mambo y de esta manera lo describió “el Chachachá es un baile intermedio, ni muy despacio, ni muy rápido, lo que permitió al ciudadano común desplegar, sin prejuicios, sus normalmente limitadas capacidades dancísticas y al mismo tiempo disfrutar de la música”. Generalmente el chachachá es cantado con letras alegres, cómicas y picarescas y en un tiempo musical binario de dos por cuatro como la mayoría de la música cubana.
EL Cha Cha Cha jugó un rol muy importante en la identidad musical cubana y vean porqué; en esos años el rock and roll ya estaba haciendo furor y lo que se oía en Cuba eran las orquestas de jazz incluso dentro de los propios salones de baile, pero el surgimiento del Cha Cha Cha hizo que volviera el danzón, el son, la guaracha, y también la rumba, regresó la música cubana con sus orquestas y charangas, .tanto fue el impacto del Cha Cha chá y su instrumentación que las orquestas de jazz tuvieron que hacer cambios para aproximarse lo más posible a la sonoridad de la Charanga francesa.
Este regreso del Danzón combinado con el Cha Cha Cha dio por resultado otra variante moderna del danzón, lo se le llama el “Danzón Cha” y en México con la llegada del Cha Cha Cha, ritmo que enloqueció a la juventud, las orquestas mexicanas comenzaron a componer y a hacer arreglos de danzones agregándoles el Cha Cha Cha, lo que algunos bailadores los han “bautizado” con el nombre de “danzones achachachados”
En cuanto al concepto dancístico y como manifestación bailable se considera anónimo, lo mismo que el danzón y se puede ejecutar tanto por parejas enlazadas en posición de baile (como originalmente se bailaba), como por bailadores sueltos dando una exquisita versatilidad a este ritmo cadencioso. Hay una forma que se propagó en los salones de la ciudad de México que consiste en hacer dos filas, una de hombres otra de mujeres en la que se baila a base de “rutinas”, donde un bailador es el que lleva al grupo, se les conoce como “rutineros” lo curioso es que esta forma es la que generalmente se aplica como método didáctico en el academismo danzonero.y de otros bailes de salón. Otro dato interesante es que el Cha Cha Cha hizo escuela en Inglaterra donde se le conoce como Chachachá de Ballroom instituido por el profesor de danza Monsieur Pierre (Pierre Zurcher-Margolle), bueno hasta la estrella de cine Brigite Bardot bailó Chachachá en una película, con decirles que en Japón hay clubes de este ritmo y hasta fuera de este planeta…, “Los marcianos llegaron ya, y llegaron bailando Ricachaá, Ricachá ricachá ricachá, así llaman en Marte al Cha Cha Chá…. “.
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