REFLEXIONES SOBRE EL DANZÓN II

 Por Alejandro Cornejo Mérida

Extracto del Boletín Danzón Club No. 64 (Junio, 2015)

Continuando con el tema Reflexiones sobre el danzón, debo ser cuidadoso de no omitir el comentario, que al decirlo me hace sentir bien:

Abrazado por el silencio y la soledad, condición necesaria para la reflexión, descendí a las profundidades de mi ser, acompañado por el poder del libre albedrío que siempre lo asocio con la meditación, me introduje a los recodos de la mente y el espíritu y así poder valorarme y apreciar las buenas acciones que he recibido de personas que me han dado a conocer el camino que conduce a la diversión, el placer y la felicidad.

Mi presencia en el danzón, del cual soy su apasionado súbdito no hubiera sido posible sin las reiteradas invitaciones, que desde hace más de diez años, me hiciera mi entrañable y caballeroso amigo licenciado Ernesto Xelhuatzi Ávila. Sí, gracias a él conocí las virtudes y bondades del señor de los encantos, el fascinante danzón. Han sido muchos años de alegría y de placer que han derivado de las primeras invitaciones que me hiciera a las placenteras clases de danzón. No encuentro cómo pagar o cómo agradecer el que me hayan llevado al glorioso mundo del danzón.

Las andanzas realizadas no hubieran sido posibles sin la motivación que recibí de mi colega profesor quien se ha distinguido por ser un agradable aderezo en la ejecución de nuestro baile elegante, además de un admirado académico del tango, salsa y otros bellos ritmos donde, como bailarín, siempre ha brillado con luz propia, como el gran Tonatiuh.

Existen personas que rechazan los elogios, pero los actos virtuosos se deben dar a conocer y difundirlos para que sean ejemplo a seguir por las nuevas generaciones que requieren de diversiones sanas que las aparten de los destructivos vicios. Y en ese sentido deseo comentar que actualmente existen instructores de excelencia cuyo prestigio y buena fama la han ganado por la aplicación de una didáctica clara y eficiente como la utilizada por Saúl Torres Villarreal, maestro de Danzas y bailes tradicionales de México, además, autor del libro El danzón al alcance de todos, que mucho ha ayudado a quienes tienen el deseo de incursionar en la bellísima práctica de ejecutar el danzón.

Emitir un comentario, aunque sea breve, sobre el actuar o formación de los maestros que he conocido en los espacios danzoneros, no llevan la intención de glorificar a unos y hacer menos a otros; ésto, deseo me lo comprendas amable lector, pues mal haría yo en engrandecer falsamente a ciertas figuras y omitir la grandiosidad de otros. Mi apreciación, tal vez, pueda estar errada pero nunca mal intencionada. Espero no lastimar a nadie por olvidar, involuntariamente, nombrarlo o por sólo mencionarlo sin ahondar en su actividad docente.

Existen maestros en la enseñanza del ritmo paradisíaco que por su eficiencia siempre se les recordará como es el caso de Lorena Villaseñor y Francisco Guerrero, egregios profesionales en el campo de la psicología, la música y la enseñanza; por su labor académica en el taller de danzón del Centro Cultural de Tijuana y por su loable ejercicio de alto nivel en la música, son una pareja ampliamente conocida no sólo en el estado de Baja California, sino que su presencia de alta calidad y pesados quilates se extiende por todo el país; por esas envidiables virtudes y por la experiencia que poseen como destacados ejecutores del ritmo elegante, son en su región dignos representantes del Centro Nacional de Investigación y Difusión del Danzón que tiene su sede en el bello Puerto de Veracruz, y que preside Miguel Ángel Zamudio Abdala, sabio heredero de una tradición danzonera reconocida en el país y en el extranjero.

El gusto por el danzón se ha extendido ampliamente por diversas regiones de México, debido a ello han surgido parejas de instructores que por su reconocida calidad en la enseñanza y en la ejecución del ritmo se han ganado el reconocimiento nacional de grandes expertos académicos de ese baile cautivador. El mérito de ellos no sólo se circunscribe en la docencia y modo de ejecutar el baile, sino que va más allá porque con su actividad educativa se han convertido en promotores de excelencia ya que, también nos enriquecen con sus pláticas, consejos, exhibiciones y conferencias, llevando así, a los seguidores del baile elegante, grandes caudales de cultura danzonera. De este conjunto de paladines destacan amables figuras como: Maru Ayala y Miguel Velasco, maestros de la elegancia en el bello danzar; además, ella excelente conductora y animadora en el Festival Nacional de Danzón que anualmente se celebra en la hermosa ciudad de Monterrey, él, director administrativo de la muy admirada Danzonera SierraMadre, única en su clase y de especial calidad, organización que nació en el año 2009 en la ciudad Regiomontana y que a pesar de su corta existencia se ha colocado en el gusto preferencial de los seguidores del danzón; Diosinanzin García y Paco Agustín, jóvenes instructore que gozan de fama y simpatía a nivel nacional; Félix y Xóchitl Rentería, coreógrafos y profesores con muchos años de experiencia en la enseñanza del danzón, él tiene el mérito de haber sido campeón en el Primer Concurso en ese género de baile, celebrado al aire libre hace aproximadamente 18 años en La Ciudadela de la Ciudad de México; los conocidos maestros y amos en el baile de exhibición Alicia y Miguel Ángel; Gisselle y Jacobo Salazar, jóvenes maestros conferencistas, actores y conductores de cursos y talleres en diversas ciudades; Tere Salazar, experimentada maestra de varios géneros de baile pero principalmente de danzón; del heroico Puerto de Veracruz, Ysa Spadavecchia y Juan Joel Rodríguez, instructores de alto nivel y ampliamente admirados por sus bellísimas rutinas; José Cano y Carmen, ambos amables y admirados por su apostura natural; Verónica y Daniel Chamorro, Rosario y Manuel Manolo Álvarez, Rosa María Gómez y Eduardo Tunales, distinguido y conocido instructor, ilustre por su elegancia y finura en la práctica del ritmo.

El danzón vive fortalecido y el gusto por él crece como las flores en primavera, por eso la lista de talentosos y creativos instructores aumenta en la medida en que el dulce baile sigue extendiéndose. Esta es razón suficiente para no dejar de nombrar a figuras destacadas que por su distinción y belleza en la ejecución del endulzado ritmo han cosechado cascadas de aplausos en diversos lugares del país. Me refiero a Clarita y Juan Daniel Rodríguez Ramírez, pareja aclamada, que por su singular estilo se han convertido en un icono del danzón de exhibición, en cuyas muestras nacionales han dirigido a personas que por su brillante e impecable realización, son conocidos y aplaudidos en diversos eventos; es el caso de Concepción Esquivel e Ignacio Muñoz; Violeta Hernández Quintero, María Victoria Cárdenas, Silvia Herrera Rangel y caballeros de la talla de Alfonso Segura Arvizu, Carlos Barrera Fuentes, Joaquín Martínez y Jaime Joaquín Aguilar; el elenco no se agota con ellos, por eso es preciso hablar de estrellas que brillan con gracia, talento y simpatías atrayendo siempre las miradas del público conocedor que les brinda nutridas ovaciones por sus derramas de encanto y singular donaire, ellas son Martha Oliveros e Itzel Rosales.

Pero como el danzón es una galaxia de atractivos que se ha extendido hasta los lugares donde no se bailaba, los seguidores del glorioso baile solicitan la enseñanza de instructores de calidad y experiencia y es así como vemos en actividad docente a Laurita y Jesús Uvalle “El Gato”, y los legendarios maestros de varias generaciones Pedro Velázquez Medrano y su esposa María Elena Campos y Guerrero, conocidos como los “Abuelos”; Arturo Sánchez y su esposa, pareja ampliamente conocida en la enseñanza del danzón; es digno mencionar a instructores radicados en Coatzacoalcos, Ver., Bibiana del Águila y su esposo Arturo Talancón; Magaly Cruz y Manuel Villanueva; maestros de probada trayectoria como el profesor Abel Ayala Vallejo, teórico y con una praxis de muchos años, además de un destacado conocedor de la historia del ritmo de ensoñación; el desaparecido y siempre bien recordado por su elevada calidad académica, maestro Roberto Salazar; Armando Fuentes, de San Luis Potosí; Ignacio Méndez e Irving Medel Campos, así como la muy célebre promotora Antonia González de la Torre, todos ellos de Veracruz, Ver.; Raúl Félix Leal Conde, de la blanca Mérida, Yuc.; de la ciudad de Guadalajara, Jal. Carlos Aguilar, profesor de muchos años y creador de nuevas técnicas de enseñanzas; Alfonso Ramírez y Lupita Hernández, sin dejar de reconocer los méritos del célebre maestro Antonio Ríos Pita.

CONTINUARÁ…