Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 104 (Octubre, 2018)
Última parte…
XXII
Lo alumbran las estrellas,
las brisas lo acarician,
danzoneros lo codician;
oigo sus notas tan bellas
que imagino doncellas,
ninfas saliendo del mar
muy dispuestas a bailar
con garbo y con salero
queriendo yo ser primero
en poderlas enlazar.
XXIII
Al danzón un monumento
por ser ritmo generoso;
se distingue por sabroso,
para el alma un alimento
¡es el agua del sediento!
¡Una estatua!, es el clamor
por ser ritmo seductor
que de lo infinito viene
y contentos nos mantiene
disfrutando su sabor.
XXIV
Se le escucha por todos lados
porque sus notas embrujan
y sus ecos se dibujan
en los aires endulzados
y en las nubes transportados
para formar la hermandad
y tener felicidad.
¡Gloria! y patrimonio sean
que en el mundo todos vean
que es de la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario