BRISA DE MAR

Por Alejandro Cornejo Mérida

Extracto del Boletín Danzón Club No. 121 (Marzo, 2020)

Brisa, eres mi sustento,

gracia y regalo de Dios;

por eso con suave voz

y amoroso acento

te expreso lo que siento:

No hay estrella más grandiosa

ni en el danzón más diosa

que derrame simpatía

y me colme de alegría

que tu danza tan hermosa

Brisa de mar hecha flor,

mujer de bello danzar

que cautivas al mirar

y enamoras con tu amor.

Tu vaivén es un primor

que me atrapa sin piedad

te pido por caridad

que alegres mi corazón

con amoroso danzón

que me da felicidad.

Lindos son tus pies de seda,

obsequios para el poeta

que lo mantienes a dieta

si tu danzar vive en veda.

Esperar es lo que queda

para volver a lucir,

porque lo debo admitir,

que en una pista de altura,

tus floreos son dulzura

que me alargan el vivir.

Baila, gloriosa mujer,

que tu gracia me enloquece

porque el danzón se enriquece

con lo bello de tu ser.

Mirarte es un placer

que duerme de frenesí,

si tú me dices que sí

un altar yo te pondré;

bellas flores llevaré

hasta tu trono de rubí

Yo apoyaré tu danzar

princesa de encantos mil;

valiosa como el marfil

porque bien sabes amar

y al cielo me has de llevar

con ese bailar divino

marcando bien el camino

que mi pluma necesita

ya que tú, mujer bonita,

inspiras el verso fino.

Ya se extiende el rumor

que del cielo te escapaste

y al mundo cautivaste

al inundarlo de amor

con tu danzar de furor

que es gracia y gallardía,

una perfecta armonía

que niega comparación,

es un cielo de emoción

que me embriaga de alegría.

Sin pena tu amor mendigo

Y a ti me enfrento sonriente

deseando un ritual decente

en el que estés conmigo

con un danzón de testigo

en tu bailar primoroso,

pues no hay nada más hermoso

que esos bellos remates,

oro de muchos quilates,

que a mí me hacen dichoso.

Brisa, eres mi sustento

y me embriaga tu danzar;

tú me enseñaste amar

lo digo con fuerte acento;

y te expreso lo que siento:

no hay más dama que al danzar

me motive a suspirar

y derrame simpatía

colmándome de alegría

como tú, Brisa de Mar.