Por Leonardo Rosen “El Brujo Del Danzón”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 115 (Septiembre, 2019)
Estimados danzoneros:
Espero que hayan disfrutado muy bien el verano y les comparto a ustedes otro pedazo de la vida real de este danzonero y productor de eventos bailables.
Aunque el danzón nació en Cuba hace más de 140 años y llegó a México poco después, es relativamente nuevo en San Miguel de Allende, ya que nuestra ciudad no tiene una tradición bien arraigada de danzón, no podemos tocarlo tanto en nuestros eventos de baile mensuales como lo hacen en los eventos de baile semanales y mensuales de algunas ciudades cercanas, como Celaya, Guanajuato, León, Querétaro y San Juan del Río. Lo que hacemos aquí es brindar una variedad de música de baile latino ya que muchas personas en nuestros eventos no son bailadores experimentados o entrenados, sin embargo, creemos en la inclusión, no en la exclusión, por lo que nuestro deseo es que todos bailen por lo que, ya se imaginarán que no podrá faltar la popular cumbia.
La cumbia es la mayor aportación de Colombia al baile latino. En ese país, comenzó como una forma folclórica, con raíces africanas e indígenas. Como en otras danzas folclóricas, se convirtió en un baile popular y es muy identificada con la cultura colombiana contemporánea, luego, se extendió a otros países, convirtiéndose en posiblemente el baile social más popular en América Latina, incluyendo a México. Por supuesto, hay personas que lo bailan muy bien, sin embargo, tiene un ritmo fuerte y constante de "chuk-a-chuk" que es accesible a personas cuyas habilidades de bailar son limitadas. En este sentido, la cumbia es una bendición. Casi todos pueden bailarla de una forma u otra.
Sin embargo, la cumbia también es una maldición. A lo largo de los años, han llegado personas a nuestros eventos que la demandan y con gusto bailarían largos períodos de cumbia con exclusión de otros bailes, como danzón, mambo, chachachá, salsa, merengue, etc. A veces, se opondrían si yo cambiara a otro ritmo de baile. Tuve que aprender a tomar una mano fuerte con la gente de la cumbia, sin causarles molestia, siempre les explico que son pacientes, ciertamente les daré una dosis saludable de su ritmo favorito y en muchos casos único baile, así que les ponemos cumbias en los intervalos. Hace años, algunos de ellos se ponían resistentes, pero ahora ya no, porque ya tenemos a contingentes fuertes de “salseros” y “danzoneros”. Afortunadamente, la vasta mayoría de bailadores son buenas personas, casi todo el mundo entiende que tenemos que compartir equitativamente este precioso y delicioso tiempo para bailar con ritmo y sabor.
¿Han tenido experiencias parecidas? Favor de compartirlas conmigo. Hasta entonces, reciban muchos abrazos de
LEO, "El Brujo del Danzón."
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