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Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

sábado, 16 de diciembre de 2023

UN APUNTE SOBRE LA PIANOLA Y EL DANZÓN

 Por Luis Pérez “Simpson”

Extracto del Boletín Danzón Club No. 121 (Marzo, 2020)

Cuando escucho la palabra pianola me llega súbitamente la nostalgia de aquellas reuniones familiares en casa de mi abuela, donde había un piano- pianola, bien recuerdo la emoción de pedalear y ver las teclas en movimiento ejecutando la música, era un chamaquito en la edad de la sorpresa, claro, mis primos mayores y mis tíos se encargaban de colocar los rollos perforados a esa vieja pianola que sirvió de elemento motivarte para que varios de la familia estudiaran piano en su forma académica.

Bueno, después de este lapso nostálgico, comenzaremos por la descripción de la pianola ó piano mecánico que en sí, es un instrumento musical que incorpora el mecanismo natural del piano y se le agregan elementos mecánicos y neumáticos, los cuales permiten la reproducción automática de la música previamente perforada en un rollo de papel.

No cabe duda que se trataba de un ingenioso mecanismo que funcionaba por succión, la cual estaba generada por la acción de dos pedales, mientras que la música estaba representada por pequeñas perforaciones o agujeritos en rollos de papel intercambiables, era transformar la partitura a un papel perforado. Un buen “pianolista”(así solía llamárseles a los operadores de pianolas), es quién logra una correcta interpretación dándole precisas variaciones a la presión en el pedaleo. Aparte de los pedales, las pianolas contaban con unos controles manuales ubicados al frente justamente debajo del teclado, dichos controles servían para dar activación a los efectos de los pedales “fuerte” y “pianísimo” además de servir como selector del tiempo musical

Una Pianola

Como dato histórico, el origen del término "pianola" corresponde a una marca registrada originalmente por la Aeolian Company en 1897 la ciudad de Detroit (Míchigan). y cuyo inventor fue Edwin Scott Votey.

Como muchos inventos, las pianolas tuvieron su época de auge entre 1910 y 1930 y se dice que en este periodo existieron más de 800 marcas registradas y se calcula que se fabricaron alrededor de dos millones y medio de pianolas. La gran innovación fue que por primera vez, se pudo escuchar la música deseada en el momento deseado, dicho acontecimiento revolucionó la forma de escuchar y sobretodo el “marketing” de la música permitiendo el nacimiento de la Industria Musical del sigloXX.

Bueno, ahora entra en escena el danzón, como verán los inicios de la pianola y el danzón son contemporáneos, nacen prácticamente al final del siglo XIX, pero en diferentes países.

Como todo gran invento, la pianola tenía que trascender y, esta, llegaría a casi la totalidad del mundo “civilizado” y no serían excepción Cuba y México, países cercanos y con gran actividad comercial en aquella época con Los Estados Unidos.

Remontémonos a Cuba en 1914, año en que ya se tocaba el danzón con la estructura musical “Urfeliana” con su innovación el montuno, recordemos que ya se había introducido el piano al danzón gracias al maestro Antonio María Romeu “El mago de las teclas”, justamente, era una época esplendorosa del danzón en Cuba.

Rollos para pianola

Para dar una descripción breve sobre este año 1914 en Cuba, me permito hacer una transcripción fiel, tomada de la página. 8 del libro “Centenario del Danzón, Homenaje al XX ANIVERSARIO E LA Revolución Cubana”.

“[1914

Por este año cobra auge la pianola y se introduce la fabricación de rollos en Cuba por el danzonero Francisco (Tata) Pereira bajo la marca TTP. The Cuban Perforator Co. Pereira y Ca. Asimismo se dan a la tarea de “picar” rollos los hermanos Romeu y Luis Casas Romeu, entre otros.

De esta difusión, se encuentran danzones “picados” y fabricados por marcas cubanas y extrajeras como “La Patti Negra” de Raymundo Valenzuela, de la marca Orchestelle Company, London; “La mañanita de abril” de Francisco (Tata) Pereira, por la TTP; “Gaseosa Bellamar” de Aniceto Díaz. Por “Casas”; “La Mora” de Eliseo Grenet (perforado por el autor), de Pascuali Music Rolls; “Para pantalón y saco” de Tomás Corman, de la Q.R.S. Company; “El Cocotero”, arreglo de Raymond Roy, por The Universal Music Co.; “Los Frescos”, “Parlá sobre el Niágara” de Antonio María Romeu , en los rollos “Romeu”]”

Me causa mucha emoción y admiración el hecho de que el propio Antonio María Romeu y su hermano Armando se hayan dado a la tarea de picar y fabricar sus propios rollos para pianola que tenían además una excelente calidad a tal grado que una colección de estos, les hizo ganar el primer premio, medalla de plata y mención honorífica en la Exposición de Filadelfia en el año de 1924.

En México también La Pianola tuvo su época de apogeo paralelamente, coincidiendo con los mismos tiempos en Cuba, sin embargo en esa época el danzón no era un ritmo demandado por los compradores de rollos de pianola razón por la cual su producción era mínima en comparación a otros ritmos.

Una de las compañías más importantes en la producción y venta de rollos para pianola fue la famosa Casa Wagner, que no solo distribuía música editada por ella misma, en realidad, fueron muchos los artistas y compañías editoras que distribuyeron sus piezas a través de esta casa

Según documentos de esta casa, en 1927 contaba con una existencia de 7000 rollos para pianola, claro, que la inmensa mayoría correspondían a ritmos como el Fox trot, Vals, Tango, Bolero y Paso Doble, los danzones prácticamente no pintaban.

Para darse una idea, de un catalogo de esta casa en aproximadamente cien rollos para pianola publicitados, aparece un danzón “Juventud Ardiente” con un precio de venta de $3.00 pesos, “Que tiempos aquellos”.

El tiempo y la modernidad tenían que llegar manifestándose en la decadencia de las pianolas que poco a poco iban perdiendo terreno con los discos para fonógrafos y todo lo que siguió después.

Hoy en día, me viene a memoria un CD que no debe faltar en la discoteca de todo verdadero amante y estudioso del danzón, me refiero a “De Cuba con amor…Danzón”, editado en 1994 bajo la marca Pentagrama y auspiciado por la Dirección General de Culturas Populares, donde la recopilación de las pistas estuvo nada menos que a cargo de don Simón Jara y Antonio Zedillo. Hago mención especial de este imperdible CD, ya que, la pista número uno corresponde a una verdadera joya, se trata del danzón “Nereidas” en una versión especial en pianola y, que según los recopiladores, fue una aportación de Oscar Chávez para este CD.

A pesar de la modernidad en la edición de música, no debe sorprendernos que en la actualidad y en países como Argentina existan coleccionistas de estos rollos de pianola, como lo es, Horacio Asborno quién en su colección cuenta con danzones como “El Cisne” de Tomás Ponce Reyes y el danzón cubano “Aguanta” de M. Font, además de coleccionarlos, se da a la tarea de restaurarlos para tocarlos en pianolas.

Por último, es menester tener siempre presente que a La Pianola fue un importante instrumento de difusión del danzón y debemos darle su justo mérito, lamentablemente

, a muchos “fanáticos del danzón” incluso, “conferenciantes” ó, “ponentes del danzón”, nunca, los he escuchado mencionar sobre el importante papel que jugaron las pianolas en la Historia del Danzón, al menos aquí en México.

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INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

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