Por Leonardo Rosen, “El Brujo del Danzón"
Extracto del Boletín Danzón Club No. 123 (Mayo, 2020)
Estimados danzoneros:
Espero que se mantengan fuertes durante esta crisis del coronavirus. Que Dios nos proteja.
Fachada de El Palladium en Nueva York.
El mes pasado, escribí un artículo sobre el legendario Salón México en la CDMX, y siendo originario de la ciudad de Nueva York, decidí a seguirlo con una pieza sobre el igualmente legendario Salón de baile latino (afroantillano), “The Palladium Ballroom”, conocido como “The Home of the Mambo” (“La Casa del Mambo”). No hay ningún lugar más importante en la historia del baile latino de esa ciudad. Se ubicó a 1692 Broadway a la esquina de la calle 53 oeste en el mero centro de Manhattan, y funcionó de 1947 a 1966. Entre los años 1920 y los 1930, había dos tipos de música latina bailable en Nueva York: la autentica (típica) con fuerte influencia de ritmos afrocubanos, y una versión diluida y simplificada para los blancos en sus salones en el centro. Además, la gente de color no se encontraba bienvenida en los lugares que servían a los blancos. En ese ambiente de la segregación de facto racial y étnica nació el Palladium Ballroom.Entr 1942 y 1692 se abrió en Broadway un salón de baile de tipo “taxi dance”, es decir, los clientes varones compraban boletos para bailar con “hostesses” (“anfitrionas”). Dos años después, el lugar tuvo que cerrar porque dos “hostesses” fueron arrestadas por prostitución. Después, un grupo de empresarios incorporaron el Palladium Ballroom a esa ubicación y consiguieron su licencia estatal para vender licor.
Este nuevo salón se abrió en 1947. El gerente, Tommy Morton, le invitó a su oficina al gran Machito (Frank Grillo), cantante y jefe de Machito and his Afro-Cubans para ofrecerle un trabajo. Machito llegó con su cuñado y director musical, el gran Mario Bauzá. Don Mario le preguntó a Morton cómo sentía sobre bailadores de color en su club, y Morton le contestó que sólo le interesaba el color verde de los billetes U.S. Machito y Bauzá, reclutaron a Federico Pagani, un muy conocido promotor de bailes. Bajo el nombre, Blen Blen Blen Club, calendarizaron su primer tardeada dominical, repartiendo volantes y otra publicidad en las comunidades latinas. Seis orquestas tocaron, incluidas las de Machito y Noro Morales. ¡Fue un éxito muy rotundo, con el salón completamente lleno de bailadores felices! Muy pronto, se añadieron las orquestas de Tito Puente y Tito Rodríguez, para formar junto con Machito el trío de los máximos Reyes del Mambo de Nueva York. Desde luego, muchas otras de las mejores orquestas latinas tocaron en el Palladium a través de los años.
Con la manía del mambo de los años 1940 y 1950, las barreras raciales y étnicas empezaron a caerse, y bailadores latinos, afroamericanos y blancos solían frecuentar El Palladium, hasta celebridades se veían en el salón, por ejemplo, Marlon Brando y Sammy Davis, Jr. Así, vemos que el Palladium Ballroom desempeñó un papel muy positivo en la evolución social de Nueva York. Además, siempre asistían a los mejores bailadores del mundo ejecutando sus pasos increíbles. Después de la época del mambo, llegaron otras orquestas tocando los ritmos precursores de la salsa, también con mucho éxito.
El ambiente del Palladium era completamente único, inolvidable e inimitable. Tristemente, como en el caso del Salón México, todo llegó a su final.
En 1962, en pleno baile, se oyó por las bocinas un anuncio, “This is a raid!” (“¡Este es un Allanamiento!”).La policía encontró mariguana, heroína, cuchillos, pistolas y arrestó a 25 personas. Como resultado, el salón perdió su licencia de licor. El entonces dueño, Max Hyman, seguía operándolo hasta que no podía más. Este es otro caso en que la gente decente sufrió por los hechos de los delincuentes, y el Palladium Ballroom cerró sus puertas para siempre en 1966. Una nota final, la última orquesta en tocar en el Palladium Ballroom fue la gran charanga, Orquesta Broadway, y su último número fue el son cubano, “Pare Cochero”.
Mi mayor fuente de información para este artículo es el libro, “Mambo Kingdom: Latin Music in New York”, by Max Salazar (Q.E.P.D), Schirmer Trade Books, 2002, English. Estoy muy agradecido a este gran historiador. Ahora, mis queridos lectores, favor de decirme lo que piensan de este tema. Hasta entonces, reciban muchos abrazos de su servidor,
LEO, “El Brujo del Danzón”.
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