Por Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 101 (Julio, 2018)
Estimados lectores, en muy contadas ocasiones he escuchado entre bailadores, así como leído en reportajes periodísticos, y aun en videos una frase que dice “Bailar danzón es mejor que hacer el amor”, quizá resulte un tanto exagerada esta afirmación y, seguramente para muchos ajenos al baile de salón podrán calificarla de un verdadero disparate, pero, oh sorpresa, desde el ámbito científico, esta locución resulta con muchas probabilidades de ser cierta.
Sabemos, que la investigación científica tiene senderos ilimitados y uno de ellos es el que compete al ramo de la neurociencia donde, científicos de la Universidad McGill de Montreal, Canadá, dedicados a esta disciplina, han descubierto que la música produce en el cerebro las mismas sustancias placenteras que el sexo, ¿como la ven? y, esto se debe propiamente a los llamados “Opioides”, que en síntesis son agentes endógenos o exógenos que se unen a receptores opioides situados principalmente en el sistema nervioso central y también de manera increíble en el tracto gastrointestinal, ¡vaya descubrimiento!, pero, esto no para aquí.
Profundizando más en el tema nos encontramos que según las investigaciones de estos curiosos científicos, los opioides (endógenos), propios del cerebro, están directamente involucrados en el placer musical, obviamente, de inmediato me viene a la memoria la película “10 la mujer perfecta” del director Blake Edwards donde la actriz Bo Derek es mundialmente recordada por aquella famosa escena llena de sensualidad y erotismo al son del Bolero de Maurice Ravel, ella necesitaba esos compases musicales para “encender” los opioides, tan necesarios en ese preciso momento y, te pregunto estimado lector(a) ¿Cual danzón o melodía sería tu favorita en una situación hipotética y similar?, bien, dejémonos de ociosas fantasías y volviendo a los estudios científicos, nos enteramos que este fenómeno se debe al llamado Sistema Opioide Endógeno, que en sí, es un sistema neuroquímico compuesto por receptores y sustancias transmisoras (péptidos opioides endógenos), además, por primera vez, se ha podido certificar que el sistema opioideo actúa en las áreas del cerebro humano, mismas que se activan con estímulos placenteros.
En síntesis, estos químicos neuronales, los opioides, son los responsables de lo que tanto nos gusta, el placer, interesante, ¿verdad?
Pero, los estudios científicos van más allá, no solo se trata del importante rol que juegan los opioides en el placer tanto en la música como en el sexo, ahora también está involucrada la danza o el baile, tal y como un grupo de científicos dirigidos por el Dr. Dunbar (experto en psicología evolutiva), dio a conocer en un estudio sobre la relación entre los opioides y el baile, donde de una manera sutil científico-poética nos dice que “La danza genera cascadas de opioides” o en otras palabras, “El baile es en sí una lluvia de opioides”, maravillosa definición y, a la vez, nos relata que de una manera innata o aprendida que cuando dos personas al bailar hacen pequeños movimientos a la vez, se incrementan sus sensaciones de simpatía mutua activándose de manera simultánea sus respectivas redes neuronales de acción y percepción, es en palabras más simples, un clásico “Amor a primera vista” dancistico.
Como ven, resulta muy interesante ver el baile desde otra óptica, la científica, claro los científicos también bailan y escuchan música y son capaces de sentir ese placer, tal y como nos lo explica el Dr Dunbar en esta otra frase que me encantó: “Bailar dispara el sistema de endorfinas del cerebro y genera una sensación de calidez y calma”.
Sin embargo, como dice el refrán popular, “no todo es miel sobre hojuelas”, también los científicos nos recuerdan que ciertas actividades que disfrutamos los humanos, como tomar alcohol, practicar sexo o jugar a las cartas, entre otras muchas, pueden también generar dependencias que dañan nuestras vidas y relaciones, además, hay que tener mucho cuidado con los opioides exógenos o externos (Opiaceos) como el “extasis” o “molly” (metilendioxi-metanfetamina por sus siglas MDMA) que es una droga sintética que altera el estado de ánimo y la percepción, lamentablemente, están de manera común a la venta en forma de fármacos “estimulantes de placer” consumidos generalmente entre los jóvenes devotos de la música electrónica de baile., mucho cuidado papás y mamás con sus hijos que pueden caer víctimas de estos nocivos estimulantes.
Finalmente, esperemos que estas drogas sintéticas no invadan los salones de baile a los que habitualmente solemos asistir para pasar un buen rato de diversión, esparcimiento y “Lluvia de opioides” dentro de un ambiente sano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario