Por Enrique Guerrero Rivera “Aspirante Eterno”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 94 (Diciembre, 2017)
Un saludo desde las queretanas tierras a los lectores del boletín Danzón Club
A propósito de la presencia en nuestro país de Etiel Faílde con la orquesta “Miguel Faílde” que ha actuado en diversas plazas danzoneras de México y hasta en lugares en donde el Danzón no tiene presencia, como es la ciudad de Uruapan, Michoacán, debido esto, a que se celebró un aniversario más de la declaración de Uruapan y Matanzas como ciudades hermanas, es que siendo éste joven cubano descendiente del creador del primer Danzón por ello estas letras tratan del fenómeno de Ascendencia y de Descendencia.
He leído con mucho agrado, bastantes notas periodísticas acerca de eventos en que el Danzón es protagonista, lo que me hace pensar que probablemente sea longeva la permanencia del Danzón en la república mexicana, aunado también a la proliferación de plazas danzoneras en el país, apareciendo éste ritmo ahora en ciudades costeras del océano Pacífico como Colima, Guerrero, Sinaloa y en muchas ciudades del centro, que ni en sus más febriles sueños de algunos bailadores lo creerían ya que en las ciudades de Morelia, Guanajuato, San Luis Potosí, ya se inicia el arraigo del Danzón , así mismo en la frontera norte de la república, como en la ciudad de Tijuana y en Ciudad Juárez, Saltillo, destacando la ciudad de Monterrey en donde ahora existen varios grupos danzoneros y además, uno de ellos mantiene su propia danzonera llamada Sierra Madre, integrada por jóvenes músicos con estudios musicales académicos, que les infiere un timbre muy distintivo. Los siguientes factores me hacen pensar en un futuro incierto para el Danzón. Si embargo es muy escasa la aparición de parejas jóvenes entre las agrupaciones de todos estos lugares, con grandes excepciones, en que participan algunas parejas de niños esporádicamente en algunos de ellos. Es entendible la situación del porqué así se da, ya que lo más importante a esa edad es la educación que siempre debe de ser la prioridad, entre los adolescentes o jóvenes en edad pre universitaria, y algunos más en carrera profesional.
Al parecer, la constante que prevalece entre la población danzonera de la mayor parte del país, es que tal vez solo unos pocos tienen una ascendencia danzonera, exceptuando algunos de los bailadores originarios del estado de Veracruz y una gran parte de bailadores de la ciudad de México, ya que fueron los primeros lugares en que se estableció el ritmo antillano de manera permanente y desde los inicios de su llegada a México además de que los factores de la creación de múltiples Danzoneras y la apertura de diversos salones de baile, lo hicieron ser parte de la cultura en estas plazas, cierto que tal vez en la ciudad de Mérida existan escasamente bailadores con ascendencia danzonera, empero no se continuó con la tradición del baile del Danzón, ya que además del factor de idiosincrasia y cultural, no se crearon salones de baile, ni mucho menos apareció alguna danzonera en ese lugar, por lo tanto muchas de las parejas de baile de ese tiempo ya dejaron de hacerlo o han partido a otra dimensión.
Pido perdón por hablar en primera persona, solo es para contextualizar mi escrito. De mi parte, con dos hijos de edad adulta, 40 y 42 años, a ninguno le ha inspirado el bailar ningún tipo de género, a pesar de que en algunas ocasiones nos han acompañado a diversos lugares en donde lo hacemos mi esposa Clementina y su servidor, como en el jardín Zenea del centro de Querétaro o en la presentación del programa de los sábados HEEEEEEEY, FAMILIAAAA de RTQ, más ellos siguen inmunes a la música del Danzón, pues no muestran el menor intento de moverse al ritmo de la música, ni a sus novias les llama la atención. Así que de momento, estoy seguro que no seguirán nuestros pasos. Tal como lo relato, hay también otra parejas conocidas en nuestro andar en el ambiente y han bailado Danzón desde hace varios años, y que sus hijos, niños entonces, en el inicio de su actividad danzonera, se vieron bastante involucrados en participar, sin embargo, sus actividades propias de estudios, los alejó de tal manera que actualmente, ahora profesionistas y hasta padres de familia, no muestran ni un ápice de interés en continuar bailando lo que una vez les dio muchas satisfacciones tanto a ellos como a sus padres.
Por ello es que la población activa en el baile de Danzón en cualquier evento, cuenta con un promedio de edad de 60 años, tanto de damas como de caballeros, y solamente durante la participación de las rutinas en las Muestras es en donde en ocasiones se les aprecia a pequeños grupos de niños y jóvenes disfrutando del baile.
Queda en el aire la respuesta; ¿Cuál debe de ser la estrategia tanto de los empresarios, organizadores de bailes, y de las mismas Danzoneras, para continuar conformando generaciones de descendientes danzoneros?, Probablemente sea el de instaurar una cuota de entrada para a niños y jóvenes a los bailes de las agrupaciones de manera muy económica, con cierto límite de edad, no tengo conocimiento si es posible el hacer lo mismo en los salones de baile que existen actualmente en la ciudad de México, sobre todo debido a reglamentos y normas de gobierno, para permitir su entrada libremente a esos lugares. Nos queda investigar los obstáculos que se les presentan a los jóvenes para seguir bailando danzón, o también para entender que los aleja de los eventos dazoneros aparte de su atención a los estudios y otros muchos más cuestionamientos que nos den datos para elaborar un plan efectivo y no pasar a conformar parte de los últimos o únicos bailadores de Danzón en la familia y posiblemente de la ciudad en donde cada quien radica.
“No quiero gente que quiera bailar, quiero gente que tenga que bailar”.-George Balanchine.
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