Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 53 (Julio, 2014)
Extracto del Boletín Danzón Club No. 99 (Mayo, 2018)
Existen danzones que por su belleza melódica y por su estructura se recuerdan con bastante frecuencia, pero permanecen más en la memoria cuando se les asocia a algún acontecimiento relacionado con nuestras vivencias. Así ocurrió con un danzón que, en lo particular, es de mi especial agrado.
Un día asistí al taller de danzón que dirige el conocido instructor Juan Daniel Rodríguez Ramírez; cuando llegué estaban ensayando una rutina acorde con el danzón Don Guillermo Tell. Me llamó la atención los bellos pasos y cortes que se hicieron en la ejecución de tan hermosa melodía; en verdad esa coreografía fue bien pensada y los integrantes del grupo la dominaban a la perfección; quienes tuvimos la oportunidad de observarla quedamos tan ampliamente complacidos con la belleza mostrada, que de manera espontánea y honesta felicitamos al prestigiado monitor. Fue en ese instante en que quise saber más sobre el legendario personaje cuyo nombre se le asignó a tan hermoso danzón: Guillermo Tell.
Con la información buscada se obtuvieron datos que muestran que las semillas están en la novela Guillermo Tell escrita hacia el año de 1804 por Friedrich von Schiller, escritor, poeta, dramaturgo, historiador y filósofo que nació en Marbach, Alemania en 1759.
Don Guillermo Tell, según la historia de Suiza, fue un legendario héroe que vivió en entre los siglos Xlll y XlV, personaje que luchó por la liberación de su pueblo sometido a la tiranía de un gobernador austriaco conocido como Hermann Gessler quien a su vez representaba la sangrienta y despótica autocracia de un emperador alemán. El espíritu liberal del temerario personaje, según se cuenta, lo llevó a realizar acciones distinguidas y valerosas como esa hazaña en la que dio muerte al despiadado Gessler cuando éste se disponía a lanzar su caballo sobre una indefensa y humilde mujer que clamaba justicia para su inocente marido preso en un calabozo acusado de un delito no cometido. Antes de este significativo acontecimiento, se dieron hechos un tanto penosos y de alta degradación, como el de que la gente tenía que inclinarse y reverenciar obligatoriamente al encontrarse frente al sombrero del tal Gessler. Ese capelo había sido colocado previamente en un poste de madera. Como Don Guillermo se negó a hacer tal mandato, fue apresado y amenazado con ser sacrificado. El déspota gobernador prometió perdonarle la vida al rebelde si éste, con una flecha lanzada con su ballesta atravesaba una manzana colocada sobre la cabeza del hijo del sublevado. El indómito insurgente logró la hazaña.
Debido a su insurrección, el célebre personaje cobró popularidad por haberse pronunciado en contra de la humillación y los atropellos que les hacían a la gente indefensa, pobre y trabajadora, a quienes explotaban y no les respetaban sus mínimos derechos.
Después de conocerse la obra literaria de Johann Christoph Friedrich von Schiller, escrita en el año de 1804 y conocida como drama de perfiles históricos cuyo protagonista principal fue la figura de Guillelrmo Tell, Gioachino Rossini compuso una ópera, estrenada en París en el año de 1829, que tituló de igual manera. Esta obra consta de cuatro actos, y fue elaborada para presentarla al público parisino, amante de la ópera romántica, según algunos comentarios históricos. En México, diversas sinfónicas y orquestas han interpretado esa bella composición del genio de la música de origen italiano, Rossini.
Posteriormente, después de muchos años, con la aparición de uno de los exponentes más brillantes del género musical que apasiona: el danzón, se volvió a hablar de Don Guillermo Tell. Fue precisamente Consejo Valiente Roberts, Acerina, que nació en Santiago de Cuba en el año de 1899 y murió en la Ciudad de México en 1987, a quien debemos que, en los espacios del danzón, se escuche nuevamente y con fuerza el nombre de Don Guillermo Tell; y todo esto debido a que el brillante timbalero cubano dio a conocer a través de su popular y prestigiada danzonera el danzón que tituló precisamente con el nombre del legendario héroe suizo: Don Guillermo Tell.
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