Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 96 (Febrero, 2018)
Pónganse de pie señores
y que suenen los clarines
hagan valla serafines
vamos a rendir honores
a la diosa de las flores,
a la brisa majestuosa,
a la danzonera hermosa,
esa de vaivén de mar,
la que cautiva al mirar,
la que de garbo rebosa.
II
La décima amorosa
afina mi entonación,
para cantar mi canción
a la Nereida gozosa
que tiene alma de diosa,
en sus labios el coral
y en sus besos un panal;
acapara las miradas
tiene virtudes sumadas
y un coqueteo especial.
III
Canto al canto de tu ser,
danzonera celestial
que atraes como el timbal;
mi pecho lo haces arder
con tus encantos, mujer.
Flor de cántaros turgentes
empinados y sonrientes,
espumas de un mar risueño,
que me hacen sentir pequeño
tus aromas complacientes.
IV
Ligera como gacela
sutil como el arrayán,
amable como edecán,
delgada como la vela
luminosa cual estela
en un cielo tropical;
te busco como al peral
cuyo fruto da la vida;
quien te mira no te olvida
tu apostura es de quetzal.
V
Vales más que el universo,
más que la Copa de Higía.
y aunque sea de fantasía
yo me muero por un beso
que me permita el regreso
a tu boca de granada
a la que pido posada
porque es un paraíso
que Dios con amor la hizo
para dármela en cascada.
VI
Y para bailar danzón
no hay deidad más elegida
que esa dama distinguida
que de dioses, milagrón.
Baila rumba, baila son;
soy dichoso cuando la veo
aunque a veces me mareo
de admirar tanta belleza,
lo expreso con certeza:
“domina el mejor floreo.”
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VII
Danzonera, flor divina,
retablo de beatitud,
y mirar de juventud,
mi religión y doctrina.
Tu presencia me ilumina
de manera permanente
porque vives en mi mente
también en mi corazón
y con el ritmo del danzón
vivirás hasta la muerte.
VIII
Bendita sea tu figura
dama de dulce fragancia
admiro tu elegancia
que todos mis males cura,
mi pensamiento captura
cuando te veo en el Zamora
donde la alegría aflora
igual que en el malecón
donde pierdo la razón
al mirarte, bailadora.
IX
Más fuertes que un ciclón
son tus lindas pantorrillas
que son bellas maravillas
al bailar alegre son.
Pero si bailan danzón
en la plaza principal
es un delirio sensual
que de éxtasis nos llena
y decirlo no me apena,
vales más que un misal.
X
Gracias, doy gracias al cielo
por tu presencia afable
y tu gracia interminable
que a mí me da consuelo;
por bailar contigo muero
y loco de emoción,
espero la ocasión,
que me obsequies la bailada
para sentir tu mirada
que me quita lo tristón.
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