ESPEJISMO DANZONERO

 Por Luis Pérez “Simpson”

Extracto del Boletín Danzón Club No. 99 (Mayo, 2018)

Estimados lectores, alguna vez se han preguntado:

¿Qué imagen estamos dando al mundo de lo que es actualmente el danzón en México?

Difícilmente nos vendría una respuesta inmediata, ya que por una parte, existe una pobreza manifiesta sobre la Cultura del Danzón, misma que nos impide identificar elementos de juicio y, por otra parte, un profundo conformismo a las “innovaciones” dancísticas que dictan esos “snobistas” improvisados del danzón.

Sobre la dichosa imagen que actualmente ofrecemos del danzón, lo primero que me viene a la mente es que el danzón actual en México se encentra “maquillado” y no con una, sino con varias capas, desde un academismo muy mecanizado, hasta la codiciosa comercialización de convertir al danzón en una mercancía.

A pesar de que habrá quien lo niegue, es una sensación perceptible que al danzón lo han inflado, deformado y en ocasiones hasta idolatrado y, todo esto ha producido un singular “espejismo”, que sin quebrarnos mucho la cabeza, encuentra su máxima expresión en esas “Muestras Nacionales”, oasis artificiales dentro de un desierto o vacío de la Cultura del Danzón en medios de comunicación, así como de espacios para el baile social en el interior de la república.

De hecho, esta imagen deformada o espejismo, me produce cierta sensación de decepción y, no es para menos, basta imaginar la imagen que transmiten las dichosas coreografías rutinarias teatrales, que transforman a este sensual y lúdico baile de salón en una especie de ballet folclórico, quitándole toda su esencia y propósito de lo que es en realidad y, les pregunto: ¿Qué han aportado estas coreografías rutinarias al danzón?

Otro aspecto relacionado con este “espejismo representativo” es la imagen que se ha difundido de colocar al “pachuco” o, más bien a los que se disfrazan de “pachucos” como iconos del danzón, no pocas veces he oído decir que estos personajes son la imagen del bailador de danzón, así como, los conocedores tradicionales de este ritmo, caray, que falta de conocimiento sobre la historia del danzón en México.

Por supuesto que hay más ejemplos, solamente citaré en este espacio esta joya en donde ahora el danzón es un “baile fino de salón”, concepto que tanto han difundido esos “snobistas” en diversos medios, sin dar una explicación convincente, baste sumergirse en los escritos de los gigantes escritores e investigadores sobre el danzón en México como Don Jesús Flores y Escalante y Don Simón Jara para desmentir semejante ocurrencia, pero ¿a quién le interesa leer?, lo que ahora interesa son las farsas teatrales , esas que llaman coreografías y las ganancias monetarias de ciertos “promotores” del danzón.

Para finalizar con este espejismo y su mal sabor de boca que me deja, quisiera recordar las películas de la época de oro del cine mexicano (satanizadas inmisericordemente por los “snobistas” del danzón), donde aparecían ocasionalmente escenas de danzón, dichas escenas, si retrataban una imagen real del danzón y sus escenarios, ese autentico danzón sin “reglas”, sin formalismos, sensual, alcahuete, cabaretero, prostibulario, arrabalero y no lo digo yo, insisto, lean a don Jesús Flores y Escalante para no ser víctimas de esos “espejismos danzoneros” que tanto mal le han hecho a nuestro amado ritmo.