Por Leonardo Rosen “Ex-Brujo del Danzón””
Extracto del Boletín Danzón Club No. 150 (Agosto, 2022)
Antes que nada, quiero felicitar a Luis “Simpson” Pérez por la publicación del #150 del Boletín DANZÓN CLUB. Don Luis merece muchos galardones por su importante aportación a la comunidad “danzonera”. Gracias a su tremenda labor, siempre existirá la documentación por escrito de la historia y la cultura del danzón en México. Para mí, ha sido un gran honor y un gran placer ser colaborador de este Boletín.
Por otra parte, les comento que pasé una semana (del 13 al 20 de julio 2022) en el puerto de Veracruz, justo después del Festival de los Veleros y el Carnaval tardío, es decir, cuando la ciudad volvió a la normalidad. Veracruz siempre había sido uno de mis lugares favoritos, especialmente en mis tiempos de alta actividad en el danzón. Por supuesto, esta ciudad se ha considerado “La Meca2 o “La Medina” de este baile. Probablemente por eso, yo no me había dado cuenta, o no me importaba la creciente decadencia de Veracruz. Antes de la época del Covid-19 había mucho descuido, y aún más durante la pandemia. Dando paseos en la zona turística del centro, que incluye el Zócalo y el malecón, vimos muchos edificios que necesitaban reparación de grietas, nuevo yeso y nueva pintura.
Un buen número de esos edificios estaban vacíos y listos para la demolición. Muchas banquetas y calles estaban rotas con baches. Una noche, a dos cuadras de nuestro muy conocido hotel junto al Malecón, pasamos con miedo por la entrada oscura sin puerta de un edificio abandonado y de pésima condición, además, debido al Covid muchas empresas han clausurado. Por ejemplo, al costado de nuestro hotel había estado otro hotel grande y conocido, pero ahora, estaba cerrado, me parece que toda esta decadencia no le importa nada a las autoridades de Veracruz, en cambio, la otra ciudad que forma una conurbación con Veracruz, Boca del Río, parecía bastante bien y atractiva.
Y, ¿El danzón? Se puede leer en Google que hay el danzón en el Zócalo los martes, los jueves y los sábados a las 7:00 pm. Queríamos bailar el danzón el jueves 14 de julio, para confirmarlo, pasamos por la Subdirección de Cultura y Recreación y nos dijeron que no habría el danzón esa noche en el Zócalo, sino un evento de ajedrez. El viernes, tampoco hubo noche del danzón ya que en su lugar se dio un concierto de danza folklórica de Tamaulipas. Para variar, tampoco el sábado hubo el danzón en el Zócalo, sino un evento bailable en la cercana Plazuela de la Campana, y fuimos. La apariencia de esa plazuela ahora, muy “destartalada” con los muros de los edificios cuarteados y manchados, peor aún, ninguno de los cafés que estaban esa plazuela ahora no existen. El gobierno puso mesas, sillas y cocinas portátiles para vender comida y bebida. En la tarima, un cuarteto de jóvenes tocaba salsa y cumbia, pero nada de danzón, la asistencia la podríamos considerar regular, en todo caso, no era como los eventos con muchedumbres que yo había visto en otros mejores tiempos.
Regresando al Zócalo, los cafés de los portales no tenían tanta gente como en ocasiones anteriores ni tampoco había tantos grupos musicales.
A pesar de toda esta decadencia, vimos algo muy bueno, el gobierno había ampliado mucho la zona peatonal al Malecón, creando una plaza muy grande y muy apta para cualquier tipo de evento público, incluidos los del danzón y otros bailes. Por último, asistimos al “TacoFest”, un evento muy alegre con mucha gente. Había cocinas portátiles con diferentes tipos de tacos deliciosos, hasta pusieron una pista para bailar y una buena orquesta, pero sólo tocaba la cumbia, y nada del danzón.
Ojalá que las autoridades de Veracruz piensen en su rehabilitación, porque no hay ninguna ciudad más histórica e interesante en toda la República Mexicana, y quiero poder decir otra vez, “¡Sólo Veracruz es Bello, sí Señor!”
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