Por Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 145 (Marzo, 2022)
Hablar de “Rumbera” es, un por así decirlo una palabra que tiene varias connotaciones y, en esta ocasión solo por un “momentico” dirigiré los reflectores a ese subgénero cinematográfico llamado “Cine de Rumberas”, el cual, tiene un importante bagaje cultural, sociológico, musical y testimonial, valga la famosa frase “La Rumba es Cultura” del maestro Froylán López Narvaez, y vaya que la rumba deambula en este ambiente fílmico.Este sub género cinematográfico “Cine de Rumberas” que situandolo en el tiempo, se desarrollo en México desde mediados de los años 40s hasta finales de loa años 50s del siglo XX, teniendo gran aceptación y éxito en países de Europa, Francia principalmente, EEUU y Centro y Sudamérica.
Pero, ¿qué era lo que lo hacía atractivo y diferente?, pues bien, este subgénero tenía varios y sabrosos ingredientes, comenzando con esas bellas actrices que además eran excelentes bailarinas de cuerpos esculturales sobre todo, de hermosas piernas que lucían portando esos trajes exóticos y por supuesto bailando coreográficamente los ritmos afroantillanos que estaban en boga como: Mambo, Rumba, Conga, Calypso, Samba. Bolero y Cha Cha Chá.
Es de suma importancia el valor testimonial que este subgénero cinematográfico encierra, más aun en este siglo XXI donde muchos de los escenarios donde se filmaron estas películas lamentablemente ya no, existen, o han cambiado de manera rotunda, pero a decir verdad, es muy agradable poder apreciar escenas filmadas en México, Cuba, España y hasta en Brasil y, cabe señalar que en aquella época estaba en su plenitud la cinematografía en México, por la que fue llamada “La Época de oro del cine mexicano” (1936-1978”, fue tan grande su impacto que México fue considerado como el “Hollywood de habla hispana”.
El mexicanísimo “El cine de Rumberas”, tuvo su inspiración en Los “Teatros de Revista” popularmente llamados “Teatros de Frivolidades”, también, en los espectáculos que se daban en las carpas allá por los años 1920 del siglo pasado, pero, hay que decirlo, “las rumberas”, fue una tradición que tuvo su origen en el teatro en Cuba y que pasó al cine, años más tarde, este concepto llegó a México y, aquí viene lo interesante, se considera que la película “Siboney” (1938), filmada en Cuba, protagonizada por la actriz y bailarina cubana, María Antonieta Pons y dirigida por su esposo el cineasta español Juan Orol (quien también participó como actor principal). Siboney, fue la primera película con la temática de “rumberas”, pero, la cinta que dio inicio en México a la producción masiva del “Cine de Rumberas” fue “Humo en los Ojos” (1946) dirigida por Alberto Gout y protagonizada por la actriz mexicana Meche Barba y David Silva, se dice que esta cinta sería protagonizada por María Antonieta Pons, pero, no se llegó a un arreglo con esta actriz.
Las famosas “Rumberas” protagonistas e iconos de este subgénero cinematográfico fueron 5, cuatro cubanas, María Antonieta Pons, Ninón Sevilla, Amalia Aguilar y Rosa Carmina y la mexicana Meche Barba, pero, por su gran talento para bailar, por su cuerpo escultural, símbolo sexual a nivel internacional, por montar sus propias coreografías en sus películas y muchos atributos más, a Ninón Sevilla (Emelia Pérez Castellanos, 1929-2015) se le consideró “La Reina de las Rumberas”, aparte de protagonizar la obra cumbre de del “Cine de Rumberas”, la cinta “Aventurera” (1950) del cineasta Alberto Gout con la participación de la primera actriz Andrea palma y Tito Junco. También hubo otras actrices que protagonizaron el “rol de rumberas”, pero, que no lograron ser iconos de este subgénero cinematográfico, tales como Lilia Prado, Lina Salomé, María Esquivel, Ana Bertha Lepe, Silvia Pinal, Evangelina Elizondo y Ana Luisa Pelufo entre otras..
Entre sus principales directores del “Cine de Rumberas” se encuentran:
Juan Orol, Alberto Gout, Ramón Pereda, Jaime Salvador, José Díaz Morales, Emilio Fernández y hasta Joaquín Pardavé. Para sorpresa, “El Cine de Rumberas” fue muy rentable y produjo cerca de 200 películas entre las que destacan:
Siboney (1938), La reina del trópico (1946). Humo en los ojos (1946), Pecadora (1946), Una mujer de Oriente (1946), Un cuerpo de mujer (1947), Señora Tentación (1947), Tania, la Bella salvaje (1947), Flor de caña (1948)
La Venus Azteca (1949), Coqueta (1949), Perdida (1949), Negra consentida (1949), Amor salvaje (1949), La reina del mambo (1950), Al son del Mambo (1950), Aventurera (1950), No niego mi pasado (1951), La Niña Popoff (1951), Sensualidad (1952) y Aventura en Río (1952).
Por lo general el melodrama, melodrama arrabalero o, el melodrama tropical es la característica que impregna este sub género cinematográfico, cuyas tramas estaban desarrolladas principalmente en ambientes de cabaret y bajos fondos, por lo que, se cataloga como un cine urbano, aunque, algunas fueron filmadas en ambientes tropicales playeros. Es importante apuntar que la cinta Siboney, comienza en un ambiente rural, donde se observa la explotación de esclavos de color en los ingenios azucareros y el comienzo del movimiento independentista, elementos por los cuales es muy interesante el contenido social de esta película.
Por este “Cine de Rumberas”, desfilaron músicos y orquestas de primera línea como: Dámaso Pérez Prado, Beny Moré, Agustín Lara, Kiko Mendive, Toña la Negra, Rita Montaner, Olga Guillot, la orquesta de Luis Arcaraz, La orquesta de Gonzalo Curiel, El Chamaco Domínguez, el trió Los Tres Diamantes, Los Xochimilcas Boys, y muchos más.
Pongo en primer lugar a Dámaso Pérez Prado, ya que, el cine de rumberas sería inconcebible sin el mambo. Como algo inusual y curioso, al gran “Cara de Foca” lo podemos ver actuar en la película “Al Son del Mambo” y , por supuesto dirigiendo su excelente y “mambera” orquesta; vale mucho la pena ver esta película estelarizada por la rumberísima Amalia Aguilar.
Algo que si se debe aclarar, es que no se debe confundir a las “Rumberas” con las vedettes como Olga Breeskin, Wanda Seux y Gina Montes, etc, ni con las que se llamaban “Exoticas” como Tongolele, "Su Muy Key", "Bongala", etc, y por otra parte es inadmisible confundir el “Cine de Rumberas” con el abominable “Cine de Ficheras” ejemplo ostensible de la decadencia del cine mexicano.
Por último, y ¿El Danzón?”:
Como se mencionó al principio, entre los ritmos que caracterizaron al “Cine de Rumberas” no incluye al danzón, esto, tiene un valor testimonial y razonable, por lo siguiente, con la llegada del mambo y Pérez Prado a México en 1949 prácticamente este ritmo opacó a los anteriores como el danzón, más no al bolero ni a la rumba y, cabe decir que ninguna de “Las Rumberas” portando sus exóticos trajes apareció en escena bailando Danzón, a decir verdad, muy, pero muy rara vez aparecía una brevísima escena de danzón y esto como un relleno ambiental, pero, ¿qué creen?, sí hay una escena coreográfica de danzón, aunque, bastante grotesca donde el gran bailarin, Adalberto Martínez “Resortes” en la cinta “Al Son del Mambo”, baila (a su manera) el danzón “Almendra” interpretado por “Los Xochimilcas”, teniendo de pareja de baile a la bella actriz estadounidense Joan Page, a quien de una manera muy corriente y vulgar “Resortin de la resortera” huele la axila de Joan Page haciendo una mueca de “fuchi”, caray, que forma de desaprovechar este único espacio que le dedican al danzón.Otro aspecto a mencionar, es que en ningún reparto de este “Cine de Rumberas” aparece alguna orquesta Danzonera, en cambio, las grandes orquestas de aquella época, aprovecharon el momento, se actualizaron y comenzaron a hacer arreglos y composiciones de Mambo y ChaChaChá.
Parecería desapercibido, pero, a pesar que en este subgénero cinematográfico, el danzón prácticamente no tuvo cabida, el danzón les rinde homenaje con danzones dedicados a estas divas llamadas “Las Rumberas” como lo son el danzón “Ninón Sevilla” y el danzón “Rosa Carmina”, lo que corrobora que en aquellos tiempos se componían danzones a verdaderos ídolos nacionales conocidos en México y el mundo, ahora ya cualquier desconocido con algo de dinerito puede hacer que le compongan su “danzoncito” para “pavonearse”… “cosas de la vida chatos”.
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