Por Leonardo Rosen “El Brujo del Danzón”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 154 (Diciembre, 2022)
Durante el tiempo de la pandemia, el Boletín de Danzón publicó mi cuento corto, “La Reina del Danzón”, que trata sobre una mujer que vive en una ciudad pequeña de este país donde se inició en una clase de danzón y después de pocos años se convirtió en la “Reina del Danzón”, reconocida en todo México. Lo escribí como una fantasía, pero, viéndolo bien, es un fenómeno que se manifiesta en la realidad dentro del ámbito del danzón. Yo y otros colegas, hemos escrito artículos sobre el danzón como una actividad social justo en la edad madura y de la tercera edad, sin embargo, a través de los años, hemos visto la ascendencia de personas, especialmente mujeres, no de la tercera edad, sino apenas entrando en la edad mediana.
En la vida actual, se ven más y más mujeres que han sido esposas, madres y trabajadoras fuera de casa para mantener a sus familias, varias de ellas generalmente tienen 40 años de edad o menos, están separadas, divorciadas, aun viudas con sus hijos ya adolescentes o adultos jóvenes. Estas valientes mujeres sólo han conocido el trabajo y no han tenido tiempo para su propio crecimiento intelectual y cultural, sin embargo, en determinado momento les llega la oportunidad para abrir sus alas y volar.
Algunas de estas mujeres tienen la suerte de conocer el danzón y deciden integrarse en ese ámbito ya sea con sus maridos, parejas sentimentales o completamente solas, entonces, se inscriben en algún grupo que les brinda tanto clases de danzón como toda una vida social. Primero, aprenden los aspectos fundamentales del danzón y después, toman clases más avanzadas. La tercera etapa tan importante para su desarrollo, es asistir a eventos bailables con sus compañeros de grupo participando en coreografías en las “Muestras Nacionales” que se anuncian en varias ciudades de México. En estos eventos, actúan con su grupo en coreografías, llevando vestuario elegante con la esperanza de lucirse en el escenario ante sus compañeros. De todo esto brota el deseo consciente o inconsciente de ser una “Reina del Danzón”.
En los eventos locales y nacionales, reciben el elogio y la amistad de bailadoras más experimentadas, lo cual, las invita a observar el atuendo de esas mujeres y lo imitan o, desarrollan su propio estilo de vestirse. Ahora, para llegar a ser una reina en el ámbito del danzón, no es necesario ser una excelente bailadora profesional, o trátese de una instructora o quizá una singular aficionada, todo es cuestión de emanar el aura de una reina y formar amistad con los personajes importantes en el entorno del danzón, mantenerse constante en este medio y algo importante, fotografiarse con ellos. No se puede subestimar la importancia de poner estas fotos en su cuenta de Facebook.
Algunas de estas nuevas reinas, mantienen su sencillez, pero la mayoría se hacen presumidas, hasta “snobs” insufribles, claro, hay otro grupo de mujeres de esta edad y condición mencionadas que no tienen interés de ser Reinas del Danzón y, sin embargo, son admiradas y respetadas, estas son las reinas de verdad, en todo caso, el fenómeno de la reina en el danzón tiene el positivo propósito de elevar su autoestima, aunque el lado negativo es que se crea una clase elitista en el danzón.
Y, ¿Los hombres? Observo que pocos hombres en el danzón exhiben el deseo de ser “Reyes del Danzón”. ¿por qué?, los hombres no han tenido que luchar por su igualdad y sus derechos en la sociedad como las mujeres han hecho, no han sufrido el desprecio y la discriminación como las mujeres. Siempre han disfrutado de un estatus superior y más cómodo, de hecho, ya son “reyes” en la sociedad. Los hombres buenos en el danzón no tienen ningún problema con servir como consortes reales a sus reinas y les atienden como caballeros, por lo que, merecen nuestro respeto.
No soy académico ni sociólogo. Sin embargo, pienso que el comentario social sobre el danzón tiene mucho valor. ¿Qué significa el danzón en nuestra vida social? ¿Qué debemos hacer para asegurar su supervivencia?, primeramente, necesitamos una visión más amplia y no aceptar lo mismo de siempre.
¿Qué opinan ustedes, estimados lectores? Les deseo a ustedes y a sus seres queridos una muy Feliz Navidad con muchas bendiciones.
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