Por Leonardo Rosen “El Brujo del Danzón”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 146 (Abril, 2022)
Ahora, el danzón está saliendo de las restricciones impuestas por el Covid-19 y sus variantes, los salones y plazas públicas reanudan sus actividades bailables, claro que, aun con ciertas medidas sanitarias como el mantenerse a sana distancia y el uso del cubrebocas. Si estas precauciones se cumplen, la gente puede volver a bailar con seguridad razonable y, ¡qué bueno!. Además, los practicantes del danzón también regresan a otro aspecto de esta actividad, las “Muestras Nacionales”, es decir, lo mismo de siempre. Antes de la crisis del Covid-19, algunos de nosotros habíamos escrito artículos sobre este tema, los pros y los contras, ahora es tiempo para reconsiderar este tema según los resultados.
En una “Muestra Nacional”, en promedio se tienen 25, 30 o más grupos de alumnos de varios niveles de aprendizaje del baile de danzón, llevan su vestuario y exhiben rutinas de pasos que por lo general, se pueden bailar con cualquier otro danzón, no importa el título, el tema o el carácter de la música. Hay muy poco o no hay nada de público general en el teatro, más bien, son los grupos participantes los que ocupan las butacas esperando su turno. Hay muy pocas actuaciones de profesionales o aficionados adeptos, no me pongo contra esta actividad, pero, me es difícil concebir eso de “Muestra Nacional”. Estas son exhibiciones estudiantiles, nada más y nada menos, y deben identificarse como tal. Entiendo muy bien la atracción para los participantes, el viaje a otra ciudad, la convivencia con pares y amigos del mismo ámbito y la oportunidad de lucirse ante ellos, además, los promotores, los teatros y las orquestas tienen forma de ganarse la vida, sin embargo, sugiero otra forma de hacerlo.
En otros géneros de baile social, por ejemplo, el tango argentino o la salsa, una exhibición estudiantil se distingue de uno formado por profesionales y/o aficionados adeptos. Me gustaría ver más exhibiciones de nuestros profesionales en el danzón ante un público general, y no sólo de vez en cuando entre las muchas actuaciones de grupos estudiantiles; esto sería un gesto de respeto a nuestros profesionales, que también son nuestros instructores más destacados y, se podría incluir a aficionados realmente adeptos. Este tipo de concierto podría incluir coreografías más elaboradas de alta calidad, sería una forma de atraer más personas a tomar clases de danzón, y de esta manera aumentar considerablemente el número de bailadores de
Si los promotores quieren continuar con el nombre de “Muestra Nacional”, pues, que así sea.. En este caso, propongo que la nueva “Muestra Nacional” se divida en dos partes, la exhibición de grupos de estudiantes (lo mismo de siempre), y el concierto de profesionales, instructores y aficionados adeptos, así, los grupos de estudiantes no perderían nada de su querida “Muestra”. En cambio, los que quieran observar un concierto a nivel profesional podrán hacerlo, y nuestros profesionales recibirían el respeto que merecen. Además, los promotores, los teatros y las orquestas Danzoneras ganarían bien con ese cambio de imagen a nivel nacional e internacional, se vería una gran mejoría en la imagen del danzón.
Finalmente, Cuba y México podrían proponer a la UNESCO que el danzón sea nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad, como Argentina y Uruguay hicieron para que el tango ganara ese título.
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