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Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

martes, 6 de febrero de 2024

EL TIMBALERO

Extracto del Boletín Danzón Club No. 135 (Mayo, 2021)

 Por Leonardo Rosen “El Brujo del Danzón”

En el año 2025 en la vida pos-covidiana, el danzón había regresado y estaba floreciendo de nuevo, los bailadores llenaban las plazas públicas y los salones de la Ciudad de México, las orquestas danzoneras tenían mucho trabajo y con eso, los músicos se habían recuperado de la "hambruna covidiana". Todo el mundo respiraba el aire libre sin portar cubrebocas, con alegría y agradecimiento a Dios y la Ciencia, sin embargo, aun en estos mejores de tiempos, una orquesta danzonera tenía un serio problema, veamos:

En Coyoacán, una orquesta muy establecida y popular, “La Danzonera Tentación”, solía ensayar en una sala de la Casa de la Cultura, donde se preparaba para sus contrataciones en la CDMX y otras ciudades.

Varios de sus integrantes eran de la “tercera edad” y, bien es sabido que la vida de los músicos profesionales se basaba en tener “horarios locos”, viajes largos y comida no de la mejor calidad, aparte, les exigían un precio muy alto en cuanto a la salud, sin embargo, seguían en la lucha por el amor a la música, y específicamente, al danzón, pero, todo tiene su final. El ancla de esta orquesta era el maestro, Luis Medina Salas, conocido en todo México como el "Timbalero Mayor", no había alguien que lo superara. Conocía todas las sutilezas del ritmo llamado danzón y los danzoneros bailaban mejor con él en los timbales, pero, por su edad avanzada y su afición por el tequila, sufrió un infarto, no murió, pero tuvo que dejar su oficio de timbalero por necesidad. Al salir del hospital, sus compañeros le organizaron una gran fiesta de despedida. Don Lucho tenía algunos estudiantes jóvenes, pero, a decir verdad, preferían trabajar en orquestas de salsa y cumbia tocando los timbales más pequeños, "las pailas" como dicen los cubanos y, por esta razón no estaban disponibles para cumplir con varias orquestas a la vez, por lo que, la Danzonera Tentación tocaba con timbaleros prestados de otras Danzoneras mientras buscaba a alguien “de planta”. El director y pianista, el maestro Jesús Galindo Soler, hizo anuncios tanto en la prensa como en las redes sociales para realizar audiciones a fin de contratar a un timbalero de calidad acorde a la categoría de esta Danzonera, Después de toda una vida con don Lucho, el director no estaba satisfecho con los solicitantes que venían, eran percusionistas que buscaban el trabajo, pero no tocaban bien el danzón, por lo que, Don Chuy se sentía muy frustrado, sin embargo, si todo tiene un final, también todo tiene un comienzo.

Una tarde, donde nadie llegaba a la audición calendarizada, Don Chuy, a quien acompañaban el contrabajista y el güirista, estaba al punto de terminar, cuando llegó alguien, era un joven de unos 25 años de apariencia "afro", guapo y muy oscuro de tez, Don Chuy le preguntó con cortesía, "¿En qué podemos ayudarle, mi joven señor?", "Pues, entiendo que buscan a un timbalero.", le contestó en un acento muy cubano. "Sí, es verdad. ¿Es usted timbalero?, sí, maestro, lo soy, me llamo Adán Clemente Vaillant, "Es usted muy joven. ¿Sabe tocar el danzón?", a lo que el joven respondió "Sí, señor.", pero, se nota que es cubano por su acento respondió Don Chuy y preguntó. ¿Sabe tocar el danzón mexicano?", "Para mí, el danzón es el danzón", "¿Está listo, joven?, siempre estoy listo maestro, ¿Qué quiere que toquemos?" "Lo que usted escoja, maestro.", Don Chuy se sentó al piano y dijo, "Pues, empezamos con "Almendra", que es cubano. ¿Quieres la partitura o la notación de percusión?" "No es necesario, gracias.", “bien comenzamos” y, para sorpresa de Don Chuy, el joven timbalero lo tocó perfectamente,. 

Don Chucho intentó ocultar su sorpresa y dijo, "Muy bien, ahora "Nereidas", que es un danzón mexicano", el joven cubano también lo tocó a la perfección. "Ahora, intentemos algunos danzones mexicanos más difíciles. Tal vez que no los sepas. ¿No quieres ver las partituras?" "Con permiso, maestro, prefiero tocarlos sin partitura." "¿A poco? Pues, manos a la obra.", tocaron "Club Anáhuac", "El Arete de Mariles" y "La Leyenda del Beso". Adán tocó estos tres danzones con técnica y estilo impecables. ¿Cómo era posible? Don Chuy, el contrabajista y el güirista gritaron "¡Bravo! ¡Excelente!" "¿Quiere ser el timbalero de esta orquesta?" "¡Claro que sí, muchísimas gracias!" "¿tiene su pasaporte y documentos para trabajar en este país?" "Sí." "Entonces, arreglaré su contrato y la membrecía en el sindicato." "Bienvenido, compañero, “No más usted y señor”. Ahora, un fuerte abrazo entre hombres.", y los cuatro músicos se abrazaron con toda la emoción de verdaderos amigos.

En los ensayos, los demás integrantes de la Danzonera Tentación conocieron a Adán, y le preguntaron dónde aprendió a tocar el danzón, sólo les contestó que tuvo a un profesor muy bueno, sin entrar en detalles. Sucedió que en pocos días tuvieron una presentación de esta orquesta en el legendario Salón Los Ángeles, donde el joven cubano tocó con tremendo "swing", añadiendo a su fuerte cadencia en los timbales acentos y síncopas muy sabrosos muy al gusto de los bailadores. Sus compañeros músicos observaron que tocaba aun mejor que el gran Lucho Medina Salas, además, tenía mucho carisma en el público, siempre con su hermosa sonrisa y los movimientos rítmicos de la cabeza y los hombros mientras tocaba, especialmente en los montunos. El mismo éxito se repitió cuando la Danzonera Tentación tocó en el Malecón del puerto de Veracruz y posteriormente, en otras ciudades de México. 

Los danzoneros en todo el país querían bailar con la Danzonera Tentación y con su estrella, Adán el joven timbalero y, como siempre, los voraces promotores querían satisfacer la demanda para obtener grandes ganancias. Esta Danzonera tenía el éxito más grande de toda su historia, Don Chuy y todos los músicos de esta agrupación estaban eufóricos, el único que lo tomaba todo con tranquilidad y humildad era Adán, la estrella del momento poseído de un carácter muy noble.

En poco tiempo, se hizo muy querido y respetado por sus compañeros músicos y por los bailadores. Don Luis Pérez "Simpson" escribió en el Boletín DANZÓN CLUB, un artículo muy laudatorio sobre este joven fenómeno. en donde pronunció, "Este joven virtuoso es más que 'timbalero', ¡es un gran 'timbalista'!".

Adán era muy simpático y muy fluido al hablar en entrevistas con la prensa y también en la televisión. Este sueño hecho realidad duró por más de un año, pero, todo tiene su final.

Una tarde, don Chuy y los integrantes de la Danzonera Tentación llegaron a la Casa de la Cultura de Coyoacán para un ensayo, todos llegaron puntualmente, salvó uno, el joven cubano, Adán. Esperaron 15 minutos, 30 minutos, 45 minutos, una hora completa, pero no llegó, Don Chuy marcó al número de celular de Adán, pero nadie contestó y dejó un recado, esperaron al joven timbalero un poco más, pero, no recibió ninguna respuesta y dijo, "En vez de ensayar, debemos buscar a nuestro amigo, ojalá que no le haya sucedido nada malo." Los músicos lo buscaron en su humilde departamento, pero no estaba, entonces se dirigieron al pequeño café frecuentado por su compañero, pero tampoco lo encontraron. La gente en el café y en la calle dijeron que no lo habían visto por hace un par de días, Don Chuy esperó un día más y entonces, reportó la ausencia de Adán a la policía que se dio a la tarea de buscarlo sin encontrar nada sobre su paradero. El joven había desparecido sin huella, desde luego, Don Chuy estaba my preocupado por su amigo, además el problema que significaba que la Danzonera Tentación se quedaba otra vez sin timbalero. Después de una semana, el director estaba tomándose un tequila añejo en una cantina cercana para calmar los nervios y la tristeza, cuando un joven se le acercó y le dijo, "Maestro, entiendo que necesitan a un timbalero, me llamo Pancho Robles Paz, soy estudiante de don Lucho Medina y acabo de regresar de una gira con una orquesta de salsa." Así, Pancho se integró en la Danzonera Tentación. No era tan impresionante como Adán, pero había aprendido mucho del gran don Lucho y tocaba bastante bien. La orquesta se salvó y continuaba con éxito, más no con el mismo brillo.

Dos semanas después, un muchacho llegó a la sala de ensayo y le dio a Don Chuy un sobre y le dijo, "Patrón, alguien me dio esta carta para entregársela a usted". "Gracias, toma tu propina, adiós." No había nada escrito en el sobre, pero había una carta adentro, el director la sacó y empezó a leer su mensaje:

Queridísimo maestro:

Espero que todos mis compañeros músicos de la Danzonera Tentación , sobre todo usted, gocen de buena salud y mucho éxito. Ya los extraño mucho, les pido perdón por no haber podido despedirme en persona, pero recibí una orden de un
jefe más alto y tuve que irme con él. De antemano, le agradezco su comprensión.

Muchísimas gracias por permitirme tocar con la Danzonera Tentación, fue un gran honor y placer para este servidor, espero que se me dé otra oportunidad de hacerlo. Hasta entonces, reciba un abrazo muy fuerte con mucho amor de su hermano,

Consejo Valiente Roberts.


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INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

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