Por Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 134 (Abril, 2021)
La historia del danzón en México estaría trunca si echamos de menos a las grandes orquestas que interpretaron danzones junto con otros géneros musicales.
Se puede decir que José Gamboa Ceballos nació con esa “célula rítmica del danzón”, lo digo, por la bella y blanca ciudad de Mérida, Yucatán, ciudad donde en 1920 vio la primera luz este gran músico, sí el Yucatán donde según musicólogos e historiadores fue la ciudad que recibió por primera vez el danzón cubano y además de ser cuna de tantos compositores, trovadores y músicos.
José, siendo joven un buen día decidió estudiar música especialmente piano y percusión por lo que ingresó en el Conservatorio de Música de Mérida donde ya con todo lo aprendido, le tomó más amor a la música comenzando su carrera musical formando parte de grupos musicales, bandas y hasta orquestas que tocaban en los salones de baile de Mérida.
Cumplidos sus 20 años decide radicar en la Ciudad de México donde había más oportunidad de alcanzar sus metas, empezando por hacer composición y arreglos para diversas agrupaciones musicales, hasta que por fin llegó la oportunidad de formar su gran orquesta y así comenzó una carrera llena de éxitos y contrataciones en los mejores salones de baile, cabarets, eventos sociales y participación en programas de radio y televisión. Su orquesta tenía un estilo propio y una forma muy agradable de interpretar la música bailable sobre todo el danzón y bolero. Algo importante a comentar del maestro Gamboa Ceballos, es el hecho de haber inventado el ritmo “Zamboleo”, del cual, no se tienen registros, solo testimonios de personas de aquel tiempo..
Como compositor de danzón tenemos el danzón que lo identifica, claro dedicado a su ciudad natal “Mi Mérida”, también el que le compuso a su estado “Mi Lindo Yucatán”, otros danzones con el sello y estilo de Gamboa Ceballos tenemos , “Campeche”, “México mi capital” (danzón cantado), “Uxmal”, “Villahermosa”, “Arriba el Istmo”, “Tapachula Hermosa”, “Tierra de Dios Veracruz” “Camelia”, “Vámonos a Acapulco”, “El Cosmonauta”, “Puebla”, “Tómbola”, “Danzón de Etiqueta”, “La Palma” y, uno muy acorde para muchos que asisten a los salones de baile: “Buscando pareja”.
Su orquesta como muchas otras de aquella época, estuvo influenciada por las grandes bandas norteamericanas, (cuya época de oro fue de 1935 a 1950), pero, eso sí, con el toque particular que le imprimió a su música donde sus danzones, por ejemplo, los podemos considerar como el autentico “estilo mexicano del danzón”, nada de estructura cubana “Urfeliana”, se dice que es el “Danzón Achachachado” o “Danzón Tropical”, en cuya instrumentación orquestal sustituyen los timbales por pailas, tumbadoras o batería, aunque mucha gente tiene la idea errónea de que si no hay timbales no es danzón, si no hay pausas tampoco es danzón, lo que sí es un hecho es que también se trata de un ritmo híbrido, como el de José Urfé, o “El Danzonete”, el “Danzón de nuevo ritmo”, el “danzón cha”, y el Danzón Timba.
A mí en lo particular me encanta escuchar los danzones de este “estilo mexicano” interpretados por las orquestas como la de Gamboa Ceballos, Carlos Campos, Ramón Márquez, Arturo Núñez, Juan García Esquivel, Alejandro Cardona y la del recién fallecido Pepe Luis y su orquesta universitaria.
Para finalizar, vuelvo a recordar que José Gamboa Ceballos en 1937 musicalizo la película “La Mancha de Sangre” dirigida por el artista plástico, pintor y cineasta, Adolfo Best Maugard, donde podemos apreciar al maestro Gamboa Ceballos dirigiendo su gran orquesta y escuchar varios danzones poco conocidos en un hermoso ambiente cabaretero. Los interesados en esta película pueden leer el artículo “LA MANCHA DE SANGRE BAILA DANZÓN” en el número 131 de este boletín DANZÓN CLUB.
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