Por Enrique Guerrero Rivera “Aspirante Eterno”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 140 (Octubre, 2021)
Siempre será grato el estar en contacto relativo con quienes somos afortunados apasionados del sabroso ritmo centenario del cual se puede decir que no sabemos si los mexicanos lo escogimos, o él Danzón lo hizo.
Ahora que en este 2021 se cumplieron los 500 años de la caída del imperio mexica, podemos encontrar en los medios tanto escritos como cibernéticos, radiales, y televisivos, una multitud de conferencias, exposiciones y ponencias de excelentes conocedores de la historia de la vida prehispánica, así como de los diversos hechos y detalles de la batalla por Tenochtitlan desde la parte previa de la llegada de los soldados españoles. He estado muy atento a los contenidos que brindaron cada uno de los ponentes de este tema en diversas instituciones, y sobre todo de sus fuentes de información, desde las prehispánicas, las prehispánicas tardías, las de conquista las de la colonia y las coloniales tardías y es increíble la cantidad de versiones que de cada suceso, época y lugar de ellos existen, desde las que escribe el mismo Hernán Cortés, documentos conocidos como Cartas de Relación, los libros escritos y dibujados por los Tlacuilos supervisados por el sacerdote Fray Bernardino de Sahagún, los variados Códices prehispánicos y los posteriores, así como documentos contemporáneos escritos por historiadores como Don Miguel León Portilla y su exquisito libro LA VISIÓN DE LOS VENCIDOS, ponencias del mismo antropólogo insigne y doctor en historia, Eduardo Matos Moctezuma.
El haber tenido la suerte de conocer todo este material me mostró lo ignorante que soy al respecto de la historia de mis raíces, y el saber que, mucho de este extenso y rico material prehispánico, se encuentra fuera de nuestro país por diversas razones que en esta época me parece una verdadera aberración.
Quizas estén desconcertados de este preámbulo de historia de México en una publicación dedicada al Danzón, pues todo ello fue para dar contexto de que algo muy similar sucede con el Danzón y su historia. En nuestro país existen vario libros que hacen referencia al Danzón desde su aparición en la costa del Golfo de México y su diseminación en los estados de Yucatán en nuestras tierras, tales como los libros que escribió Don Jesús Flores y Escalante, así como Don Ángel Trejo, la misma María Luisa Lavin, Antonio Cedillo Castillo junto con don Simón Jara y el cubano Yeyo Rodríguez, además de otros escritores mexicanos que escapan a mi flaca memoria, y en varios de estos trabajos se encuentran breves menciones de los orígenes del Danzón, desde cómo nace, en donde, quien lo creo, cuando, y la primera pieza y cómo se llama, en que lugar se interpretó, en fin, solo escuetas menciones de sus antecedentes y de las circunstancias que se sucedieron en la isla cubana alrededor del ritmo. Toda esta información es repetida, maestros y maestras de baile, músicos, bailadores y promotores de eventos, directores de academias de Baile de Danzón, a veces sin haber abierto uno solo de esos libros de los escritores antes mencionados, es como una especie de tradición oral, que hace que existan una variada multitud de versiones y así mismo la aparición de mitos como la de que el Danzón “se baila encima de un ladrillo”, “se baila sobre de una moneda” y otros más descabelladosMe siento afortunado de haber encontrado de maneras fortuita en el ciberespacio, artículos de una serie de músicos y escritores de origen cubano, radicados en los Estados Unidos, quienes conforman una institución denominada ACADEMIA EDU. Principalmente está quien ofrece una serie de trabajos de investigación respecto a la música cubana, especialmente del Danzón, de nombre ARMANDO RODRIGUEZ RUIDIAZ de quien tomo su sentir:
Este proyecto investigativo sobre la música popular cubana comenzó aproximadamente hace diez años, motivado en primer lugar por una profunda curiosidad personal sobre el tema, y además por la evidente carencia de materiales que pudieran esclarecer numerosas interrogantes y dudas relativas a su estudio. Desde entonces, he dedicado tiempo sustancial a la búsqueda de información sobre los múltiples detalles que me interesaban con respecto al origen y la evolución de los géneros que integran la música popular cubana, y poco a poco fue creciendo y avanzando este trabajo que ahora me complazco en presentarles.
Espero continuar aportando sobre el contenido de varios libros que relatan la investigación de este señor.
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