Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 126 (Agosto, 2020)
Cuando pase la tormenta
de ese viral azote,
que no lo calmó el peyote
porque fue virulenta,
dolorosa y violenta,
el corazón se abrirá
y el mundo cantará;
ya seremos diferentes
más humanos, no insolentes
y arrogancias ya no habrá.
Benévolo y generoso,
solidario y más consciente
me acercaré a la gente
noble, cortés y jocoso;
y el corazón amoroso
listo ya para apoyar
a los parias del lugar
que sufren lo infernal
por ser gente desigual,
pero, esto se va acabar.
Ese zoon politikón
sufrió con la epidemia,
más cruel que la leucemia,
violenta como el tifón,
de nadie tuvo perdón
y arrasó con lo soñado,
el pueblo quedó atrapado
sin libertad de pasear
y sus bienes disfrutar,
como lo habían pensado.
Quedarnos quietos en casa,
bastante valió la pena;
termina la cuarentena,
la peste infernal pasó
la gente se presentó
con sus mentes renovadas;
volvieron las carcajadas,
los besos y los abrazos
y se acercaron los pasos
a las personas amadas.
Fue una gran experiencia
que a muchos causó dolor,
hoy lo digo sin temor
y lo repite la ciencia:
obedece y ten paciencia
siembra amor y sé clemente,
virtuoso entre la gente.
Viviremos siempre en paz
unidos a lo veraz,
con actitud diferente.
Soberbios y egoístas
fantoches y presumidos
arrogantes sin sentidos
ya no serán elitistas
se volverán altruistas
serán nobles ciudadanos,
sensibles con los ancianos,
respetuosos de la vida.
Con la pandemia sufrida
nos veremos como hermanos.
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