BIENVENIDOS A SU DANZOTECA 5

Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

martes, 16 de enero de 2024

¡”DANZONEANDO” EN VERACRUZ CON EL SUPLENTE Y EL EXTRAVIADO!

 Por Leonardo Rosen “El Brujo del Danzón”

Extracto del Boletín Danzón Club No. 125 (Julio, 2020)

Estimados danzoneros:

Espero que se mantengan sanos y salvos hasta el fin de esta crisis del Covid-19. Están en mis buenos pensamientos y oraciones. Me quedo en cuarentena y para no volverme loco, leo, escribo, canto, toco la guitarra y bailo. ¿Qué hacen ustedes? Como muchas personas, tengo mucho tiempo para pensar y recordar las varias etapas de mi vida.

Yo vivía en la ciudad de Nueva York y en 1998 me fui a radicar a San miguel de Allende, GTO, anteriormente, desde 1963 solía viajar mucho a México. Ya en San miguel de Allende me aficioné a la música y al baile social, razón por la cual, la Directora de Educación y Cultura de esta ciudad me pidió impartir clases de salsa en la Biblioteca Municipal. También, empecé a estudiar el tango argentino y, por fin, tuve la oportunidad de aprender el baile de danzón con una pareja de excelentes maestros de la CDMX. Por dos años, tomé clases intensivas con ellos en San Miguel de Allende, me gustaba mucho el danzón, así que empecé a viajar con frecuencia al puerto de Veracruz para observarlo y bailarlo en su auténtico entorno, no sólo me sumergí en la vida danzonera de Veracruz, sino también en la vida detrás del danzón. Aquí comparto con ustedes dos episodios, tal y como los recuerdo:

Al llegar a Veracruz, decidí a buscar a parejas cuyos estilos de bailar me darían algo que aprender. Por finí, encontré a una pareja que bailaba el danzón con una combinación de buena técnica y mucha alegría. Una noche, los observé sentados en una mesa con amigos en la Plazuela de la Campana, y me presenté con ellos, por lo cual me aceptaron de buena manera y formamos una amistad. En poco tiempo, aprendí que su situación era un poco complicada, el señor estaba casado, pero no con su pareja de baile que era una viuda, era “la otra mujer”. Con el tiempo y ya en confianza, me propusieron un arreglo, yo podría bailar con ella en los eventos del danzón hasta que él llegara de su otra vida, mientras yo podría bailar con ella por todo el evento si este señor no pudiera llegar de su compromiso formal, todo parecía muy bien,. era muy buena bailadora del danzón y yo sin dudarlo acepté. Ellos, sabían muy bien que yo no tenía otro tipo de interés más que bailar condicionado a esta situación. Esta pareja era muy conocida en el ámbito del danzón y al ver a la señora llegar al baile conmigo y no con su acostumbrada pareja, sus amigos me preguntaban, ¿Dónde está -----, y quién eres tú? Les contesté, “¡Yo soy el suplente!”, y así me ingresé a este grupo social. La verdad es que aprendí muchísimo danzón de ella durante mis visitas al puerto, cosa que se lo agradezco hasta la fecha. Tristemente, tuve que dejar esta amistad porque ellos dos, especialmente el señor, tenían un fuerte problema de alcoholismo, que se mostraba más y más abiertamente. Todo terminó con un suceso muy desagradable que no quiero contar aquí y me tuve que marchar. Tiempo después, me enteré que el señor había fallecido y no he visto a la dichosa señora en mis viajes más recientes a Veracruz. En lo personal, yo nunca he tenido ese problema, sin embargo, y parcialmente influenciado por esta experiencia, he dejado en absoluto tomar bebidas alcohólicas por bastante años. El alcoholismo es una enfermedad terrible que destruye amistades.

Un relato más placentero: Una noche en el Zócalo de Veracruz (Plaza de Armas), yo observaba que muchas mujeres querían bailar con un caballero moreno, alto, delgado, elegante, vestido de traje yucateco color negro y sombrero panamá de corte cordobés color blanco. Cuando hubo un descanso, me acerqué saludándole, “¡Buenas noches, don Carmelo!”, Con una sonrisa, me contestó, “Ay, es lo que todo el mundo me dice, pero soy Daniel.”, Yo dije, “perdone Usted, pero soy su fanático, me llamo Leonardo, y es mi gran honor conocerle, don Daniel.” Le invité a tomar una cerveza en un café situado en los portales a un lado del zócalo, y caballerosamente aceptó. ¿Tengo que decirles que me refiero al actor Daniel Regis, co-estrella de la película, “Danzón”, en el papel de Carmelo Benítez, el “danzonero extraviado”? A mi sorpresa, explicó que sólo estaba visitando su ciudad natal porque ya radicaba en Los Ángeles, California, pero, muy frecuentemente venía para convivir con su familia y amigos. Le pregunté si se mantenía en contacto con la gran actriz, María Rojo, estrella de “Danzón” y María Novaro, excelente directora de esta película, y me dijo que sí solía hablar con ellas por teléfono. La charla fue muy amena, pero, percibí que sus admiradores, especialmente sus admiradoras, lo estaban esperando y consideré no ocupar más de su valioso tiempo, sin embargo, quería pedirle un último favor y le expliqué que a mi querida mamá en Nueva York le encantaba la película, “Danzón”, y que lo consideraba a Daniel, “Carmelo” el hombre más guapo del mundo, por tal motivo, le solicité que permitiera que un fotógrafo ambulante de “Polaroid” nos tomara una foto y, con una sonrisa me dijo “Sí, como no, será un placer”. Al final, este gran hombre le escribió un hermoso saludo a mi mamá al revés de la foto, la cual fue uno de sus tesoros especiales hasta el fin de su vida. Entonces, nos despedimos con fuertes abrazos. Lamentablemente, estando en San Miguel de Allende, un amigo, al tanto de las noticias, me comunicó que don Daniel Regis había fallecido, para mí, fue un momento muy triste, pero hasta la fecha siento la felicidad de haberlo conocido vivito y coleando.

Una posdata. Unos años después, una mujer norteamericana llegó a una de mis clases de danzón, ella me dijo que ya sabía bailar algo de danzón porque lo había estudiado en Los Angeles, California con un maestro mexicano de nombre Daniel Rergis, como verán el mundo es muy pequeño.

Especialmente durante esta crisis que se parece a un castigo del Antiguo Testamento o una película de ciencia ficción, me gustaría recibir sus comentarios. Todos estamos en la misma situación y somos iguales.

Por favor, reciban muy fuertes abrazos llenos de amor de su amigo y servidor, LEO, “El Brujo del Danzón”.

No hay comentarios:

INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

Fill out my online form.