TLALTENCO, provincia danzonera del d.f.
Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 46, Diciembre, 2013
Dentro del Distrito Federal, orgullosamente tenemos
instalada la bella Ciudad de México, Capital del país, principal centro de
negocios, cultural, científico, educativo, financiero y sede de los Poderes de
de Unión. Con sus grandes rascacielos, avenidas y centros de diversión, es una
las urbes más pobladas del mundo. También encontramos en las partes alejadas de
En esa memorable fecha, en
Al declinar el día, el termómetro
indicaba que la temperatura empezaba a descender pero eso a nadie importó
porque el calor y la emoción estimulada por su Majestad el Danzón, hizo que los
bailadores integrantes de cada uno de los grupos, se llenaran de entusiasmo y
de vigor, inspirándose y luciendo, como pocas veces, las rutinas aprendidas en
los célebres talleres que dirigen los maestros antes mencionados.
El festival se inició con la ejecución
del bello danzón La playa; siguieron
otras melodías como Dónde estás corazón,
Taza de arroz, Masacre, y la hermosa composición titulada Clarita y Daniel. Se buscó complacer a
todos los bailadores, por eso se dio la agraciada oportunidad de bailar un
danzón colectivo en el que diversas parejas, muy experimentadas y conocidas en
el mundo del danzón, lucieron sus mejores pasos, su esbeltez y llamativas
figuras.
El cierre del evento fue excepcional,
algo fuera de lo común; en una plaza pública sencilla pero alegre, se
desarrolló el grandioso festival y el final del mismo estuvo a cargo de una
pareja de instructores que bailó un danzón alegre y de hermosas notas titulado
precisamente Clarita y Daniel que,
en honor a ellos, compuso el extinto director de
Durante el desarrollo de su número
fueron admirados no sólo por sus hermosos pasos, cadencia y elegancia, sino
también por su distinguida manera de vestir, pues la blancura de sus atuendos
embelleció el marco y el fondo del paradisíaco cuadro que nos mostraron al
danzar en esa radiante población de la provincia del Distrito Federal.
Antes de esa espléndida actuación,
tuvimos el gusto de alegrar la pupila con la ejecución de diversos danzones en
la que los ejecutantes lucieron como deslumbrantes luminarias del universo
danzonero, sobresaliendo las figuras de Cony y Nacho, Itzel y Mario, Lulú y
Mariano, Violeta y Alfonso así como otras personalidades no menos brillantes
que las nombradas pero cuyos nombres escapan a mi memoria.
En las rutinas de los danzones Masacre
y Dónde estás corazón, hubo especial deleite para el público,
pues la intención, la gracia, la elegancia, la apostura y precisión en los
cierres y remates fue tan perfecta que la concurrencia quedó hechizada por la
exquisita forma de bailar de las parejas integradas por Silvia Herrera y Carlos
Barrera, Martha Oliveros y el maestro Juan Daniel Rodríguez Ramírez quienes
fueron elogiados por el particular estilo de impregnarle alegría y belleza a
los pasos con que marcan sus frases musicales. Ellos y los demás integrantes
del grupo de ejecutantes deslumbraron como el Sol de medio día, dejando
satisfechos y alegres los corazones de todos los asistentes que tuvimos la
fortuna de vivir esos momentos en que observamos cómo se baila magistralmente el rey de todos los ritmos: Su
majestad el Danzón.
No está por demás decir que todas las
damas que participaron se mostraron como hijas de los dioses de los hombres,
como Pléyades descendientes de Atlas y Pleione, que se transformaron en
estrellas, sí, pero nuestras danzoneras se transmutaron en estrellas luminosas del aromático danzón contemporáneo.
Al terminar el evento, el conductor del
mismo e integrante de la admirada danzonera, invitó al público en general a
bailar en la bonita plaza del lugar, donde de inmediato todos los amantes del
paradisíaco ritmo acudimos para disfrutar de las bellas notas musicales
surgidas de los instrumentos de los integrantes de la muy gustada Danzonera
México que dirige el Dr. Daniel Guzmán Solís.
El Astro Rey, no se detuvo, prosiguió
con su cotidiano andar y sus rayos de luz se escondieron tras los cerros verdes
y de aromática vegetación para luego dirigirse al Poniente donde se abrieron
las puertas para que entrara la noche con su Luna de primer cuarto creciente.
Como el evento coincidió con
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