El baile popular…..............salones y
más salones
Por Enrique Guerrero
“Aspirante Eterno”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 47, Enero, 2014
“Y ya se pensaba al Danzón sepultado por toneladas de rock, y fíjate que no, un día la nación entera supo a trasmano la existencia de un público, en su mayoría adolescente, ávido de danzones y cumbias y boleros fatales entonados por voces antioperísticas que alargan las palabras con ternura rígida y contenciosa.” Carlos Monsivais 1
Es fascinante para su servidor la historia sobre la proliferación de salones de baile en el intervalo de los años 1920 a 1960 en la ciudad de México, sobre todo los que se abrieron para bailar Danzón exclusivamente, todo esto relatado en el libro “De Cuba con amor….el Danzón en México” por el legendario empresario, Don Simón Jara Gámez, junto con el Sr. Antonio Zedillo Castillo, antropólogo de profesión, quien con una acuciosa investigación de campo logran dejar un claro testimonio del ambiente del baile como diversión favorita de la sociedad en esos años, en que en la ciudad de México la población llegaba a los 800 000 habitantes, y los lugares de diversión barata eran sumamente escasas.
La familia Jara Valadez, originarios de Zacatecas, llegan a la ciudad de México huyendo de la revolución, inician el negocio de la diversión, en el año 1922 instalando un galerón con techo de láminas de cartón, en las afueras de la ciudad, en un lugar llamado El Cuartelillo, el cual se derrumba el mismo día de su inauguración debido a una gran granizada. Fatalidad que no arredra a la familia, y en 1924 nuevamente levantan un salón en la Colonia Obrera de Bolivar, al que le nombran SALÓN COLONIA en la calle Prolongación de Martínez de Río utilizando un fonógrafo para reproducir discos de acetato en formato long play, logrando un gran éxito económico por la misma ubicación en la zona popular; “Así durante varios años lo rodeo un mercado callejero con puesto de madera que solo dejaba un pasillo por la acera que servía de pasillo para llegar hasta la puerta del Cocol. Al cobijo de los puestos llegaban todo tipo de personas, que quizás sin éste abrigo no se hubieran atrevido a entrar, sobre todo las mujeres que entraban a escondidas, dejaban en el guardarropa el pan y la leche o la canasta del mandado y bailaban unos cuantos danzones y se retiraban con la sonrisa en los labios por el deber cumplido. Pero también a los hombres les convenía aquel resguardo para no ser observados en su asistencia al Cocoliso, en donde antes o después de ir al trabajo, “pasaban lista de asistencia” en su pasatiempo favorito” 2
Similares historias tiene la apertura de muchos más salones en ese período de tiempo en que surgen debido a que descubren que el baile es un buen negocio también utilizando de los primeros fonógrafos como fuentes de la música, y surgen los siguientes salones:
El Tacubaya, en la avenida Parque Lira
El Salón Grillon, en la colonia Nápoles
El Mundial, en Corregidora
La Playa en las calles de Argentina
El Chamberí, en las calles de Penitenciaría, conocido
también como El Chamorro
El Swing Club, en la Colonia Roma, en las calles de
Coahuila
La Hormiga, en la avenida Azcapotzalco, favorito de los
trabajadores petroleros
El San Luis, en la av. Del Taller y Calzada de la Viga
El Iztacalco Club, cerca del cruce de vías de los
ferrocarriles del Valle de México
El Peñon, también conocido como “El Chipote” en el
Peñon de los Baños
El Club Anahuac,
conocido como “El Nahual” en la Colonia Postal
El Club Escandón, en la calle
12 de Octubre # 69 en la Colonia
del mismo nombre
El Club Portales, en Santa Cruz # 71
La Floresta, en la Av. Pedro Antonio de los Santos,
Colonia San Miguel Chapultepec
La Kermesse de Liceaga, en la Colonia de los Doctores.3
Cuestión aparte son los Salones míticos, SALÓN SMYRNA y SALÓN MÉXICO, ambos ya desaparecidos, sin embargo el segundo tuvo un intento de resucitarle por parte de la actriz María Rojo, mientras que aún perduran otros dos de esos considerados como lugares para conocedores o bailadores de hueso colorado, que son: SALÓN CALIFORNIA DANCING CLUB, y SALÓN LOS ÁNGELES todo gracias al espíritu bohemio y romántico de los empresarios actuales que hubo en el tiempo de decadencia en el gusto de los bailadores por el Danzón y voltearon a otros géneros como el Rock and Roll, y su alejamiento de las parejas solo provocaba pérdidas, sin embargo se negaron a dejar sin espacio y diversión a las personas fieles al ritmo que lo consideran como una religión alterna y han hecho de los salones, su rincón de la nostalgia y la fuente de su alegría, extraordinarios lugares.
Notas:
1.-Página 113 Jara Gámez Simón y Castillo Cedillo Antonio “
De cuba con amor….. el Danzón en México”
2.- página 84 ibid
3.- ibid página 103
No hay comentarios:
Publicar un comentario