DE MAESTROS Y PROFESORES DE BAILE
Por Luis Pérez “Simpson”
Boletín Danzón Club, No. 40, Junio, 2013
Primeramente, hago un sincero reconocimiento a todos los llamados “maestros”
(as) que han dedicado gran parte de su tiempo a la enseñanza del baile de
salón.
Antes de abordar el tema, considero oportuno aclarar que no todos los llamados “maestros” son los que se dedican a la enseñanza, ya que según el diccionario, también se le suele llamar “maestro” al que destaca entre los del mismo tipo de disciplina por su destreza y perfección, razón por la cual prefiero nombrarlos como “profesores”.
En múltiples ocasiones he escuchado a gente del medio danzonero comentar en forma despectiva y en algunos casos hasta de manera arrogante, expresiones como “ya todos son maestros de danzón” ó “ya cualquiera es maestro de danzón” refiriéndose en la mayoría de los casos a personas que con un nivel relativamente bajo en el entorno del “danzón académico” se “atreven” a enseñar lo poco que han aprendido. Pero, me pregunto ¿hasta qué punto son válidas estas expresiones?, a lo cual, dicho cuestionamiento me llevó a la siguiente reflexión:
Hablando de “danzón académico”, es decir el danzón que se enseña generalmente en escuelas y academias de baile de salón, mismas que entre sus características fundamentales es aplicar un método de enseñanza progresivo, es decir el alumno va avanzando a través de niveles desde básicos, intermedios, avanzados y últimamente hasta con “especialización”. Ahora bien, haciendo un “símil” con el sistema educativo, es muy comprensible que existan infinidad de “maestros de kínder” y pocos de “nivel licenciatura” en la enseñanza del baile de salón, ya depende de los alumnos la elección de seguir “eternamente” con un “maestro de Kinder” o progresar con otras opciones.
Nos guste o no, hay que reconocer que todo aquel enseña aunque sea lo más básico del baile, potencialmente está salvando a mucha gente de caer vicios o en la delincuencia, recuerden que “los que están bailando no están delinquiendo”.
De manera casi general, nuestros primeros maestros de baile fueron nuestros padres, hermanos, hermanas, familiares o amigos, así es como tradicionalmente se transmitía esta disciplina dancística.
Sin lugar a dudas para muchos de nosotros nuestra primera clase de baile
se presentó cuando fuimos convocados a participar en un tradicional “Baile
de Quinceañera” donde un maestro (a) nos enseñó algunos pasos de baile
aplicados a una o varias rutinas coreográficas (cualquier similitud con
las coreográficas rutinarias teatrales de las “muestras” de danzón es mera
coincidencia).
Como lo mencioné al principio, es más adecuado usar el término “profesor”
cuando nos referimos a una persona dedicada a la enseñanza dancística como lo
es en nuestro caso el baile de salón.
Pues bien, vayamos a lo medular del tema que es lo relativo a la función del profesor de baile de salón.
Es un hecho bastante evidente que muchos profesores lo que hacen es
enseñar bailes en lugar de enseñar a bailar ya que esto resulta menos
complicado y más redituable, es decir, lo único que te van a enseñar son pasos,
en cambio, solo los grandes profesores te van a enseñan a bailar.
Los alumnos de este tipo de profesores (los que solo enseñan
pasos) tienen la idea que aprenderse el ”paso” de la semana o coleccionar un
sin número de “pasos” es la clave del éxito, cuando lo más importante es ser
capaz de “Llevar” a su pareja en la pista de baile, de igual manera se
puede decir que una buena bailadora es aquella que tiene la capacidad de “Seguir” hasta a un mal
“conductor”.
Muy importante es comprender que la idea básica en cualquier baile de
pareja (baile de salón) es aprender a “Llevar-Seguir”, que no es otra
cosa que capacidad de adaptarse a
distintas formas de bailar inclusive con parejas adiestradas con otros
profesores. Este es el gran problema que presenta la gran mayoría de los
alumnos adiestrados para las coreografías rutinarias, es decir, no han
aprendido el “Llevar –Seguir” y el resultado lo vemos en las pistas de
baile cuando son incapaces de bailar con alguien de otra escuela o academia de
baile.
Es un hecho que muchos profesores no enseñan esta dicotomía “Llevar–Seguir” y en su lugar enseñan secuencias de pasos que hace que los principiantes crean que los bailadores solo se limitan a realizar secuencias memorizadas de pasos.
Un buen profesor da prioridad a enseñar los “conceptos y técnicas
esenciales” del baile, pero como esto no es fácil, muchos profesores solo
se limitan a enseñar pasos con lo que de manera muy cómoda sustituyen “mis
alumnos han aprendido 30 pasos” en vez de decir “Mis alumnos han desarrollado
10 conceptos esenciales de baile”
Afortunadamente hay profesores muy capacitados en la enseñanza del baile de salón que dan en sus clases una balanceada dosis compuesta de “conceptos y técnicas esenciales” y pasos de baile”.
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