Una Rosa de Francia, la Criolla-Bolero y Danzón
Por Luis Pérez “Simpson”
Extracto del Boletín Danzón Club No. 49, Marzo, 2014
Dentro del inmenso acervo de danzones cubanos nos encontramos ante una verdadera obra maestra, me refiero al danzón titulado “Una Rosa de Francia”, danzón que desde que lo escuché por primera vez en una de aquellas memorables “Tardeadas del Salón Atzín” e interpretada singularmente por la Danzonera Yucatán, me produjo una verdadera emoción por su estilo melodioso y penetrante, si lo dijera poéticamente diría que hasta percibí su aroma, es más, algo que me llamó mucho la atención fueron las palabras del locutor que al anunciar este danzón agregó “Este es uno de los Danzones caros”, misma frase que se repitió en múltiples ocasiones en que se interpretaba este danzón.
Años después, cual sería mi sorpresa al enterarme que originalmente la partitura de “Una rosa de Francia” no fue un danzón, ,sino una canción perteneciente al género musical llamado criolla- bolero, y que además contaba con letra exquisita, y digo exquisita porque provenía de un poema de amor escrito por Gabriel Gravier, quien era amigo de la familia Prats y vino lo sorprendente, fortuitamente en el año de 1924 en la ciudad de Santiago de las Vegas, Cuba, se dio el gran encuentro entre el poeta y el joven estudiante de piano, Rodrigo Prats quien tenía la edad de 15 años, no obstante su corta edad el joven Rodrigo al leer el poema le gustó tanto que raudo y veloz con ese ímpetu juvenil se dirigió al piano y compuso la parte musical cuyo resultado fue una joya inmortal del inmensurable catalogo cancionero cubano. Quien iba a pensar que dentro de la vasta obra musical del maestro, pianista y director de orquesta, Rodrigo Prats (Sagua la Grande, 1909-La Habana, 1980), fue precisamente la criolla-bolero “Una Rosa de Francia” la que lo inmortalizó.
Se cuenta que una bellísima mujer de rasgos afrancesados llamada María Teresa fue la musa que inspiró al abogado Gabriel Gravier a escribir el poema citado, ya podemos imaginarnos la hermosura, porte y elegancia de aquella mujer cubana a quien le debemos en gran parte la creación de esta criolla–bolero que no tardó en convertirse en un soberbio y cubanísimo Danzón Cantado.
El primer cantante que estrenó “Una Rosa de Francia” fue Fernando Collazo, mismo que también la llevara al danzón y popularizarla justo en los años 20s, pero, sin lugar a dudas la versión más conocida y popular de este Danzón Cantado es la interpretada por el genial cantante cubano, Barbarito Diez, “La voz del Danzón” allá por la década de los 50s.
A pesar de no ser un danzón puro, como muchos que se han transportado del bolero y otros ritmos al danzón, se le clasifica dentro del género de “Danzones Cantados”, ojo, no confundirlos con Danzonetes.
Desgraciadamente, en México la gran mayoría de las Danzoneras no cuentan con cantantes, y generalmente los Danzones Cantados como “Una Rosa de Francia” solo los ejecutan instrumentalmente, razón por la cual quedan truncos, cuestión que no debería de suceder ya que los Danzones Cantados formaron parte de una época de oro del danzón cubano con vocalistas de verdadera antología.
Como dato adicional les comento que la criolla-bolero “Una Rosa de Francia” fue utilizada como tema para la película del mismo nombre dirigida por director de cine, guionista y escritor español, Manuel Gutiérrez Aragón, en una coproducción España-Cuba, en 2005 y producida por el Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas,(ICAIC).
ROSA DE FRANCIA
Una rosa de Francia
cuya suave
fragancia
una tarde de
Mayo
su milagro
me dio.
De mi
jardín, en calma
aún la llevo
en el alma
como un rayo
de sol.
Por sus
pétalos blancos
es la rosa
más linda
y hechicera
que brinda
elegancia y
olor.
Aquella rosa
de Francia
cuya suave
fragancia
una tarde de
Mayo
su milagro
me dio.
Una tarde de
Mayo
su milagro me dio.
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