ANÉCDOTA O MITO
Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 47, Enero, 2014
Aunque el mito se ocupa de personajes imaginarios en sus relatos fabulosos, también es cierto que en dichas narraciones se crean imágenes que idealizamos y que se forman en nuestras mentes como derivación de ciertas personas o acontecimientos que luego consideramos como verdaderos.
Lo que voy a contar no procede de una
fuente directa de primera mano; tampoco de una información documental, sino que
se basa débilmente en datos endebles, de notas manifestadas por personas cuyos
datos no podemos verificar y que por lo tanto usted amigo lector tiene la
libertad de creerlo o no.
Como yo siempre he sido un ferviente y
apasionado admirador del Maestro “Dimas”, su danzonera y de la creación de sus
bellísimos danzones, no he tenido impedimento para creer devotamente en todos
los sublimes y positivos comentarios que se hagan de tan distinguida persona.
Por todo esto me alegra decir lo siguiente:
Cierto día llegué a mi aposento,
busqué mi sillón favorito, encendí la radio y me senté a escucharla. No
recuerdo en qué estación o frecuencia estaba sintonizado el aparato receptor,
pero lo importante es que en esos instantes la conductora del programa hablaba
de las bondades del Danzón, ese ritmo que cautiva y atrapa provocando intensos
delirios en sus seguidores.
Con atención escuché el programa y me
esmeré más en atenderlo cuando se habló del extinto, apreciado y muy recordado
maestro Don Amador Pérez Torres “Dimas”, autor del Danzón Circulando. Ese es el título que se hace notar en unos de sus
discos. En dicha exposición la conductora, cuyo nombre ignoro, entre otros
comentarios, narró que en cierta ocasión el ilustre Maestro, creador del inmortal Danzón Nereidas, juró que definitivamente no volvería a probar una
copa de licor. Sin embargo, al poco tiempo, y estando en su pueblo natal
Zaachila, Oaxaca, entró a un expendio
donde entre tantos artículos también se vendía licor; después de tomar su copa,
y dado que el lugar era pequeño y concurrido, el dueño tenía que decirle a la
clientela que circulara para que dejara espacio para los nuevos clientes; así
fue como en su momento al maestro que degustaba su bebida tuvieron que decirle:
circulando, circulando, y se cuenta que
fue así como surgió la idea para componer el danzón que lleva el título de Circulando.
Posteriormente apareció la versión del
maestro Diego Pérez que se ha difundido ampliamente y que conocemos como Circulando por Oaxaca.
También el maestro Vicente Labastida Velasco,
Director de
La conductora de la radio concluyó su
programa expresando con palabras diferentes a las mías, que fue ese
acontecimiento en que el maestro “Dimas” fue protagonista principal al convivir
con la copa baconiana, lo que dio motivo para que el célebre compositor creara
el bellísimo danzón que unos conocemos como Circulando
y otos lo identifican el nombre de Circulando
por Oaxaca; sin faltar quienes le llamen Circulando por Veracruz.
El hecho de tomar una copa quizá no
tenga relevancia en este relato, eso es bastante común y cualquier persona lo hace, y no es mal visto
ni rechazado por nuestra sociedad, lo que nosotros deseamos es hacer resaltar
el hecho que dio motivo al nacimiento de ese conocidísimo danzón.
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