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martes, 4 de noviembre de 2025

ABUNDIO MARTINEZ, EL GRAN OLVIDADO

ABUNDIO MARTINEZ, EL GRAN OLVIDADO 

Por Luis Pérez “Simpson”. 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 182 (Abril, 2025)

Hay grandes compositores mexicanos que lamentablemente permanecen casi en el olvido, uno de ellos es el ilustre músico mexicano, Apolonio Abundio de Jesús Martínez Martínez y, una forma colaborar para rescatarlo de ese injusto olvido es difundir su encomiable trayectoria y dar a conocer su obra musical. 

Apolonio Abundio de Jesús Martínez Martínez 

Abundio Martínez, de raíces indígenas otomíes, nació en Huichapan, Edo. de Hgo., en el Barrio de Santa Bárbara el 8 de febrero de 1865. Desde muy pequeño aprendió solfeo, armonía y contrapunto por parte de su señor padre, el músico José María Martínez, quien era el director de la Banda de Música de Huichapan, HGO. En poco tiempo y en base a sus conocimientos musicales aprendidos, llegó a ser integrante de esta banda municipal y participaba de manera ocasional, ya que tenía que trabajar vendiendo en el tianguis costureros de madera que él mismo hacía y que también aprendió este oficio de su padre. Años más tarde en 1882, decidió trasladarse a Polotitlán, Estado de México, ya que fue requerido para dirigir la Banda de Música de ese municipio a los 17 años de edad.


Pintura al óleo de la Banda dirigida por Abundio Martínez, autor: Máximo Pacheco. 

Después de su exitosa estancia en Polotitlán y con el firme propósito de aprender más sobre el piano y violín, decidió radicar en la ciudad de Pachuca HGO, donde formó una orquesta que la integraban señoritas quienes destacaban por tener amplios conocimientos musicales tanto en teoría, como en interpretación instrumental. 

Siguiendo su “peregrinaje” y sus deseos de seguir interpretando y componiendo obras musicales, opta por radicar en la Ciudad de México donde en 1892 se integra como clarinetista en la prestigiada Banda de Zapadores dirigida por el maestro Miguel Ríos Toledano. 

En esta ciudad cosmopolita, a pesar de tener la férrea competencia de grandes músicos y compositores, se destacó rápidamente como un gran compositor multifacético componiendo piezas en varios géneros como valses, danzas, marchas, pasodobles, himnos, choties, cake walk, two step, también obras para orquestas de cámara y bandas. Se dice que también escribió algunos danzones, pero no aparecen en los documentos consultados. Su obra se encuentra almacenada en la biblioteca de la Escuela Nacional de Música de la UNAM. 

Cabe señalar que Abundio Martínez no tuvo estudios formales de música y a pesar de esto, fue reconocido como un gran exponente musical de esa época ya que dominaba varios instrumentos como el piano, la flauta, el violín, la guitarra, el chelo, el clarinete y la mandolina. De su prolífica obra musical estimada en aproximadamente 200 obras, destacan las composiciones: en primerísimo lugar él famoso vals “Arpa de Oro” que le dedicó al general y presidente de México, Porfirio Díaz, así como, el vals “En Alta Mar” que le dedicó a Doña Carmen Romero Rubio, esposa de Don Porfirio, además el vals “Noche Apacible” dedicado al general Bernardo Reyes y el famosísimo pasodoble "Hidalguense" dedicado a su querido estado. 

Para pronta referencia de estas obras citadas, tenemos estos “links” donde podemos apreciar la exquisitez musical y la calidad de compositor que fue Abundio Martínez: 

Abundio Martinez: Vals "Arpa de Oro" https://www.youtube.com/watch?v=JXcDiDOE5SA 

Abundio Martínez M. "HIDALGUENSE", Paso doble (Finales del siglo XIX) México https://www.youtube.com/watch?v=et0L8-l5xpk&t=19s 

Abundio Martínez. Vals En Altamar (Interpreta Jazmin Sandragosian). https://www.youtube.com/watch?v=-RUnpyNWNvo

Es preciso mencionar que las letras que aparecen en sus obras fueron escritas por su gran amigo el poeta español Julio Sesto. 

Abundio Martínez (sentado al centro) con su Quinteto de Cuerdas 

Abundio Martínez fue un fiel representante del patriotismo que imperaba en aquella época y se ve reflejado en sus obras como el himno “Democracia”, el himno “Juárez” con letra del poeta español Julio Sesto, dedicado a Benito Juárez, la marcha “En Campaña”, la marcha “Congreso panamericano”, el pasodoble “El Escudo Mexicano”, el two-step “Cielo Mexicano”, la polka “La paz en México”, el pasodoble “Unión y Progreso” y el pasodoble flamenco “México Nuevo”. 

Por supuesto en aquella época estaba de moda el romanticismo y Abundio Martínez no escapó de imprimir el espíritu de este movimiento artístico, razón por la cual, no podían faltar la extensa gama de composiciones dedicadas a las numerosas mujeres que conoció, de las cuales solo citaré algunas: “Cuatro Danzas” dedicadas a sus discípulas Margarita Pazco, Anita Pazco, Matilde Jiménez y Celerina Jiménez, la danza “Las Tres Artistas” dedicada a las señoritas Luz Recinos, Dolores Torres y María Luisa Espinosa, la polca “Cuca” para la señorita Refugio Vásquez, el vals “A la luz de la luna” para la señorita Elisa de la Garza, la marcha “La Jalisciense” dedicada al a señorita Virginia Garnica. Hablando de mujeres famosas, no podía faltar la actriz, vedette y cantante, María Conesa a quien, por su gran admiración hacia ella, le dedico el vals “Lo Infinito”. 

A pesar de que la mujer fue fuente de inspiración para muchas de sus obras, no se le conoció ningún romance, esto quizá por la lamentable escasez de datos biográficos de este gran compositor. Sus obras fueron editadas por diferentes compañías grabadoras como: Casa Editorial H. Nagel Sucesores, Otto y Arzoz Editores, Promotora Hispano Americana de la Música S. A., Enrique Heuer y Compañía Sucesores, Tipografía Literaria, American Piano Co. S. A., Repertorio Musical Menzel, Ediciones Escogidas, Enrique Munguía Editor, Braulio Acosta, pero, la principal fue A. Wagner y Levien Sucs, con la cual, editó la mayoría de sus obras.

Abundio Martínez tuvo la oportunidad de entablar amistad con intelectuales, músicos, poetas como el músico Julián Carrillo, creador del Sonido 13, al que le dedicó su vals “La Imagen que Soñé”. el vals “En el espacio” se lo dedico a sus amigos los poetas, Salvador Quevedo, Julio Sesto, Ramón N. Franco, Fernando Celada, Carlos Ezeta, Leonardo Pardo y Julián F. del Campo, al poeta Juan de Dios Peza le dedicó el vals “Liras Hermanas” y al poeta español Julio Sesto le dedicó el vals “Poesía”, estos entre tantas obras dedicadas a ilustres personajes de la época. 

Hay que decirlo con todo respeto y admiración que, por su manera de vivir, Abundio Martínez fue un fiel “arquetipo” del artista bohemio de aquella época, así como se presentaba y tocaba para la alta sociedad también tocaba frecuentemente el piano en las innombrables “Casas de citas”. Sus compañeros inseparables, el infortunio y la pobreza, su amor por el arte musical, la creatividad, la espontaneidad y vivir en la austeridad, al grado que en los últimos años de su vida ya no tenía ni para pagar la renta del cuarto de vecindad donde él habitaba, afortunadamente la casa Wagner se “compadeció” de él y le pagaba la renta, además, le obsequió un piano de cola. 

Vale la pena leer “La Bohemia de la Muerte”, del poeta español Julio Sesto, quien fuera un amigo cercano, donde retrata justamente la vida en la pobreza y abandono y muerte de Abundio Martínez. Sus obras musicales fueron interpretadas por muchas bandas como La Banda de Rurales de Pachuca, la Banda de Artillería de Ricardo Pacheco, la Banda de Policía de Velino M. Preza, la Banda del Estado de Hidalgo. Su música era imprescindible en todas las fiestas de la época y la bailaban tanto los científicos porfiristas hasta “parroquianos” de cantina y antros similares. 

Sobre sus facciones, Leopoldo Tejo dijo lo siguiente “Abundio Martínez siempre vivió sumergido en una modestia que casi tocaba los umbrales de la miseria y lo definió como hombre delgado y enfermizo, de rostro trigueño con marcadas cicatrices de viruela de angulosas facciones labios prominentes y ralo bigote, contrastaba con su innato complejo de inferioridad: siempre prefirió la anonimidad a la ostentación” 

Finalmente, llega lo inevitable para el gran compositor, Abundio Martínez quien fallece en la Ciudad De México a los 49 años de edad el 27 de abril de 1914, solo en su humilde cuarto de vecindad a consecuencia de una tuberculosis aguda, dicen algunos testigos que en la bolsa de su abrigo tenía tan solo 22 pesos. Su tumba se encuentra en el Panteón Civil de Dolores en la Ciudad de México. Es toda una lástima que este gran compositor solo fue conocido en su tiempo, pero, desgraciadamente no fue reconocido como muchos grandes artistas. Claro, después de su muerte vienen la admiración y reconocimiento nacional y extranjero por la calidad de sus composiciones, pero sigue siendo “el gran olvidado”. 


Bibliografía: Vida y Obra de Abundio Martínez, autor, María de los Ángeles Chapa Bezanilla. Diccionario Enciclopédico Ilustrado, autor Humberto Musacchio. La Bohemia de la Muerte por Julio Sesto, México, 1930.  

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INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

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