Recibido el 26 de ENERO DE 2009.
LA MÚSICA CUBANA (1)
Me allegué a través de Don Manuel Mata Hernández, conocido por algunos de nosotros los Danzoneros, una verdadera joya de Antropología Social cuya investigación fue hecha en la Isla en el año de 1999 por una persona de nacionalidad francesa cuyo nombre es ISABELLE LEYMARIE, en donde mediante la aplicación de técnicas de investigación rigurosamente científicas, logra llegar hasta los lejanos orígenes de las diferentes etnias traídas como esclavos de los pueblos del África en los tiempos de la depredación española, toda esta madeja de esclavos, quienes con un verdadero acervo cultural tanto en el ámbito de las cosmogonías, como musicales se entretejen en una finísima trama para formar el actual sincretismo que ofrecen en el campo de la música los actuales habitantes de Cuba, creadores de una infinidad de ritmos que han trascendido y perdurado que tiene una posibilidad de explicación cuando se lee y se interpreta el contenido de este libro.
Siento que esta es una aportación histórica invaluable ya que el contenido tanto escrito como gráfico, la mayor parte a color, nos ofrece evidencias y detalles que enriquecen a los espíritus inquietos que no nos conformamos con solo bailar Danzón, sino conocer más de sus circunstancias, ya que menciona una series de detalles tales como el que he tomado de la página 12 en donde se refiere a la influencia de la santería en la música cubana que a la letra dice: “ Por su parte Yemayá, la diosa del Mar corresponde a la Virgen de la Regla; Ochún, a la Virgen de la Caridad del Cobre, y Ogún a San Pedro de hecho la santería es el tema principal de muchas canciones. Así por ejemplo, la conocida Bururú Barará, interpretada en la década de 1920 por el Sexteto Habanero, está inspirada en Cheche Bururú, que es un cántico a Ochún”
Aquí les anexo la imagen en blanco y negro que viene en la guarda de un disco compacto que acompaña al libro cuya cubierta tiene la misma imagen, en donde se alcanza a leer en la parte media inferior el nombre de la editorial OCEANO, así también les comparto una imagen de un ceremonial que hasta al actualidad continúan ofreciendo los moradores de la Isla a las diferentes deidades, en este caso un ceremonial Yoruba, destacando la mirada de la bailadora en una actitud de haber caído en profundo trance, así también se muestran los tambores Batá que utilizan los músicos del grupo Ireme en el festival de Palma de Soriano, tal vez con toda esta información se pudiera dar un viso de explicación del porqué la longevidad del Danzón, ya que sus raíces son de origen supraterrenal, y no de características comerciales como lo son los ritmos que así como llegaron, se fueron.

Atentamente
“Aspirante Eterno”
Enrique Guerrero Rivera (I-2006)
LA MÚSICA CUBANA (2)
Me parece una acto de justicia el continuar comentando el contenido de este trabajo de investigación ya que veladamente en el primer comentario exprese una hipótesis de carácter declaratorio, de que se pueda tener una explicación de la permanencia del Danzón hasta estos tiempos y que esta que es una de sus circunstancias, tal vez se deban a la hetereogeneidad de las raíces de los actuales pobladores de la isla de Cuba, este Danzón que se ha vuelto una paradoja al manifestarse entre nosotros los mexicanos del siglo XXI “eternamente actualizado, y a la vez inmutable”.

Tomé como argumento para formular esta hipótesis previa, la referencia que hace en la página 7 en donde menciona “La trata de esclavos empezó en 1520 y alcanzó su punto culminante hacia la mitad del siglo XIX. Para aquel entonces la población negra constituía ya más de la mitad de la población cubana. De África llegaron los Bantús (Congos), los Yoruba (Locomís), los Ibo, los Ibibio, los Efik y otros habitantes de la costa de Calabar, al sur de Nigeria (Carabalís), así como los Fon, Ewe, y Mahí procedentes de Dahomey y conocidos bajo la denominación genérica de [ararás]. Los Yoruba, que llegaron en masa hacia 1850, se concentraron esencialmente en la Habana y Matanzas, mientras que los Bantús se establecieron en el centro de la isla, concretamente en la Llanura de Colón”.
Es necesario destacar que un párrafo antes de esto menciona como el acto de depredación y de barbarie de parte del primer comandante de la colonia el español Diego Velázquez de Cuellar, exterminó a los “indios” pobladores originales de la isla en solo 20 años, por lo que no quedaron vestigios ni influencias de su cultura, excepto un instrumento musical que evolucionó como el Güiro. Esto fue como arrancar de cero y dar inicio a la urdimbre del lienzo musical que distinguirá en adelante al pueblo cubano.
Inserto también las letras de Don Jesús Flores Escalante, quien en su libro IMÁGENES DEL DANZÓN Iconografía del Danzón en México menciona dentro de la introducción la influencia de la Negritud como parte del la composición étnica en los habitantes de México y de manera intrínseca da la idea de que esa pudiera ser una de las razones de la apropiación de que ha sido objeto el Danzón por parte de nosotros, quienes dice que finalmente estamos conformados por reminiscencias de las cuatro razas, raza blanca, raza amarilla, raza rojiza y finalmente raza negra, sin embargo difiero completamente de esa postura ya que según los estudios actuales de los mapas Genómicos, son diferencias mínimas las que hay entre los humanos cualquiera que sea el color de su piel, y que las características físicas solo son adaptaciones evolutivas propiciadas por el clima y el medio ambiente, descartándose la presencia de diferentes razas, más bien afirmando que existe y ha existido una sola, la Raza Humana. Claro que él también menciona a varios estudiosos de la africanía de los cubanos, destacando a una persona de nombre Fernando Ortiz, aunque no da más datos de su preparación académica, quien propone algo similar a mi teoría acerca de la aportación del sentimiento en los ritmos creados en la Isla por parte de los pueblos africanos, así como el sincretismo religioso de cada una de las tribus traídas como esclavos a la isla de Cuba que se consolidó en la idiosincrasia de sus pobladores actuales que se rigen en su cotidianeidad con la Santería. Sería muy largo el seguir haciendo comentarios acerca del contenido de este y otros libros, pues más de algunos de nosotros ya los hemos leído, más bien el objetivo de hacer estos comentarios sería el motivar a su adquisición para aumentar el acervo cultural de lo que se relaciona con este ritmo que genera tanta pasión entre los mexicanos actuales que nos embarga un mar de preguntas, y que nos aumenta cada vez más una avidez por saber todo sobre el Danzón.
Atentamente
“Aspirante Eterno”
Enrique Guerrero Rivera (II-2006)
LA MÚSICA CUBANA (1)
Me allegué a través de Don Manuel Mata Hernández, conocido por algunos de nosotros los Danzoneros, una verdadera joya de Antropología Social cuya investigación fue hecha en la Isla en el año de 1999 por una persona de nacionalidad francesa cuyo nombre es ISABELLE LEYMARIE, en donde mediante la aplicación de técnicas de investigación rigurosamente científicas, logra llegar hasta los lejanos orígenes de las diferentes etnias traídas como esclavos de los pueblos del África en los tiempos de la depredación española, toda esta madeja de esclavos, quienes con un verdadero acervo cultural tanto en el ámbito de las cosmogonías, como musicales se entretejen en una finísima trama para formar el actual sincretismo que ofrecen en el campo de la música los actuales habitantes de Cuba, creadores de una infinidad de ritmos que han trascendido y perdurado que tiene una posibilidad de explicación cuando se lee y se interpreta el contenido de este libro.
Siento que esta es una aportación histórica invaluable ya que el contenido tanto escrito como gráfico, la mayor parte a color, nos ofrece evidencias y detalles que enriquecen a los espíritus inquietos que no nos conformamos con solo bailar Danzón, sino conocer más de sus circunstancias, ya que menciona una series de detalles tales como el que he tomado de la página 12 en donde se refiere a la influencia de la santería en la música cubana que a la letra dice: “ Por su parte Yemayá, la diosa del Mar corresponde a la Virgen de la Regla; Ochún, a la Virgen de la Caridad del Cobre, y Ogún a San Pedro de hecho la santería es el tema principal de muchas canciones. Así por ejemplo, la conocida Bururú Barará, interpretada en la década de 1920 por el Sexteto Habanero, está inspirada en Cheche Bururú, que es un cántico a Ochún”

Aquí les anexo la imagen en blanco y negro que viene en la guarda de un disco compacto que acompaña al libro cuya cubierta tiene la misma imagen, en donde se alcanza a leer en la parte media inferior el nombre de la editorial OCEANO, así también les comparto una imagen de un ceremonial que hasta al actualidad continúan ofreciendo los moradores de la Isla a las diferentes deidades, en este caso un ceremonial Yoruba, destacando la mirada de la bailadora en una actitud de haber caído en profundo trance, así también se muestran los tambores Batá que utilizan los músicos del grupo Ireme en el festival de Palma de Soriano, tal vez con toda esta información se pudiera dar un viso de explicación del porqué la longevidad del Danzón, ya que sus raíces son de origen supraterrenal, y no de características comerciales como lo son los ritmos que así como llegaron, se fueron.

Atentamente
“Aspirante Eterno”
Enrique Guerrero Rivera (I-2006)
LA MÚSICA CUBANA (2)
Me parece una acto de justicia el continuar comentando el contenido de este trabajo de investigación ya que veladamente en el primer comentario exprese una hipótesis de carácter declaratorio, de que se pueda tener una explicación de la permanencia del Danzón hasta estos tiempos y que esta que es una de sus circunstancias, tal vez se deban a la hetereogeneidad de las raíces de los actuales pobladores de la isla de Cuba, este Danzón que se ha vuelto una paradoja al manifestarse entre nosotros los mexicanos del siglo XXI “eternamente actualizado, y a la vez inmutable”.

Tomé como argumento para formular esta hipótesis previa, la referencia que hace en la página 7 en donde menciona “La trata de esclavos empezó en 1520 y alcanzó su punto culminante hacia la mitad del siglo XIX. Para aquel entonces la población negra constituía ya más de la mitad de la población cubana. De África llegaron los Bantús (Congos), los Yoruba (Locomís), los Ibo, los Ibibio, los Efik y otros habitantes de la costa de Calabar, al sur de Nigeria (Carabalís), así como los Fon, Ewe, y Mahí procedentes de Dahomey y conocidos bajo la denominación genérica de [ararás]. Los Yoruba, que llegaron en masa hacia 1850, se concentraron esencialmente en la Habana y Matanzas, mientras que los Bantús se establecieron en el centro de la isla, concretamente en la Llanura de Colón”.
Es necesario destacar que un párrafo antes de esto menciona como el acto de depredación y de barbarie de parte del primer comandante de la colonia el español Diego Velázquez de Cuellar, exterminó a los “indios” pobladores originales de la isla en solo 20 años, por lo que no quedaron vestigios ni influencias de su cultura, excepto un instrumento musical que evolucionó como el Güiro. Esto fue como arrancar de cero y dar inicio a la urdimbre del lienzo musical que distinguirá en adelante al pueblo cubano.
Inserto también las letras de Don Jesús Flores Escalante, quien en su libro IMÁGENES DEL DANZÓN Iconografía del Danzón en México menciona dentro de la introducción la influencia de la Negritud como parte del la composición étnica en los habitantes de México y de manera intrínseca da la idea de que esa pudiera ser una de las razones de la apropiación de que ha sido objeto el Danzón por parte de nosotros, quienes dice que finalmente estamos conformados por reminiscencias de las cuatro razas, raza blanca, raza amarilla, raza rojiza y finalmente raza negra, sin embargo difiero completamente de esa postura ya que según los estudios actuales de los mapas Genómicos, son diferencias mínimas las que hay entre los humanos cualquiera que sea el color de su piel, y que las características físicas solo son adaptaciones evolutivas propiciadas por el clima y el medio ambiente, descartándose la presencia de diferentes razas, más bien afirmando que existe y ha existido una sola, la Raza Humana. Claro que él también menciona a varios estudiosos de la africanía de los cubanos, destacando a una persona de nombre Fernando Ortiz, aunque no da más datos de su preparación académica, quien propone algo similar a mi teoría acerca de la aportación del sentimiento en los ritmos creados en la Isla por parte de los pueblos africanos, así como el sincretismo religioso de cada una de las tribus traídas como esclavos a la isla de Cuba que se consolidó en la idiosincrasia de sus pobladores actuales que se rigen en su cotidianeidad con la Santería. Sería muy largo el seguir haciendo comentarios acerca del contenido de este y otros libros, pues más de algunos de nosotros ya los hemos leído, más bien el objetivo de hacer estos comentarios sería el motivar a su adquisición para aumentar el acervo cultural de lo que se relaciona con este ritmo que genera tanta pasión entre los mexicanos actuales que nos embarga un mar de preguntas, y que nos aumenta cada vez más una avidez por saber todo sobre el Danzón.
Atentamente
“Aspirante Eterno”
Enrique Guerrero Rivera (II-2006)
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