Recibido el 22 de Septiembre de 2009.
DESINTOXICACIÓN FALLIDA……… DE ADICCIÓN AL DANZÓN
Después de haber estado retirado de manera involuntaria por diversos motivos, a manera de una especie de desintoxicación, del ambiente danzonero por cerca de un mes o tal vez más, he recaído en esta deliciosa enfermedad de estar metido en los sucesos que día con día se desarrollan en la republica mexicana y que conforman la historia contemporánea del Danzón…… y sus circunstancias, las cuales nos hacen sentir parte de un especial conglomerado de delirantes amantes de las notas del sincopado ritmo, cubano de nacimiento pero mexicano por esencia y amorosa adopción, que es todo un fenómeno en el ámbito del lenguaje corporal que los humanos usamos para manifestar nuestra alegría, digo fenómeno, pues no existe otro ritmo que tenga la misma edad y la misma multitudinaria presencia y aceptación igual o semejante en cualquier otra parte del mundo.
Son varias notas y escritos de sucesos que he encontrado en los diversos espacios del ciberespacio relacionados con esto del Danzón, dos de ellas son las que me han hecho sentir nuevamente la necesidad de expresar mis ideas y mis opiniones, una de ellas se encuentra en la página de www.danzon.com. administrada por el joven Miguel Ángel Zamudio, presidente del CENIDAAC, aparece como una opinión de una persona bajo el nombre de Simpson, que titula su nota como Las Muestras… la Peste del Danzón, en que hace referencia de una nota de su servidor emitida hace tiempo en este espacio, intitulado como Los Concursos……….el Cáncer del Danzón, y no cabe duda que tenemos una enorme coincidencia en apreciación de lo nefasto de esta modalidad de presentar el Danzón de forma tan desgastada por su uso y abuso en los eventos de aniversario de los diferentes grupos danzoneros de nuestra patria. Ustedes podrán sacar sus propias conclusiones acerca de su contenido, por lo que de mi parte solamente deseo añadir a todas estas observaciones de este audaz participante del foro Danzonero veracruzano, lo siguiente:
Esta modalidad es regularmente usada por los directores de grupos danzoneros invitados a los aniversarios, con dos objetivos escondidos, uno de ellos es para mostrar ante los demás directores un liderazgo, por llevar un contingente bastante numeroso, queriendo señalar con esto, que son mejores y excelentes “maestros” que los que solo asisten con una mínima representación, pero en el fondo, es que mediante la organización del viaje por parte de los mismos directores, para presentarse en estos foros en diversas ciudades, se ven favorecidos por el prorrateo de sus propios gastos entre los bailadores, tales como pasajes, costo de habitación, entrada a el baile, quedando por cubrir de su parte solamente su alimentación, y en ocasiones ni ello, y todo es por saber vender entre sus integrantes “sueños e ilusiones” por estar en un teatro o en un espacio en donde mostrarán todo lo que han “aprendido” acerca de la ejecución del Danzón.
De la calidad de las Muestras, ni que decir, ya he opinado demasiado, solamente me queda reflexionar e invitarles a ello también, estas, nunca me han dejado admirado, o han satisfecho mis expectativas, pues no aportan nada como espectáculo ni como parte de aprendizaje para mejorar en nuestra ejecución dancística, no son esencialmente un evento lúdico, en donde contagien de alegría a los observadores por la proyección de su satisfacción plena por estar bailando el ritmo centenario, lo más notorios es la presencia de rostros desbordantes de ansiedad, de ira y enojo por momentos, por parte de algunas parejas, que cometen un error en la secuencia de sus figuras. En fin que coincido totalmente en que estos eventos son una verdadera Peste que puede enfermar seriamente al Danzón. Con respecto a otro tópico que me encontré dentro de este espacio y que deseo comentar es el caso de Carlos Capetillo, director del grupo danzonero de la ciudad de Celaya, Gto., Joven Recuerdo, quien bizarramente ha presentado propuestas de cambio dentro de los esquemas de estas Muestras, y metido ahora en la filmación de un cortometraje, (el cual me encantaría ver), en que solicita el apoyo con llamadas por parte de los participantes del mismo espacio a un teléfono de los organizadores de un concurso, y lo que más me asombra es que paradójicamente, él mismo Carlos Capetillo, en una ocasión, propuso con una buena dosis de sarcasmo, el término del “APLAUSÓMETRO” para medir la popularidad de determinado grupo danzonero, y resulta que el parámetro a usar en este concurso en que ahora participa, es precisamente ese, ganará quien más llamadas telefónicas reciba como apoyo, dejando de lado la calidad de el material o sea una especie de “TELEFONÓMETRO”. Todo puede pasar en este….México lindo y querido.
Atentamente
Aspirante eterno
Enrique Guerrero Rivera
Septiembre 2009
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