Recibido el 9 de Febrero de 2010.
DOS ÉPOCAS, DIFERENTE VISIÓN………..DEL DANZÓN
Saludos a los danzoneros de corazón:
En esta ocasión les quiero compartir una comparación entre la percepción de su servidor en la actualidad y la interesantísima visión que del Danzón del pasado tiene y expresa en su libro el escritor e historiador, Don Jesús Flores y Escalante, en su obra IMÁGENES DEL DANZÓN (Iconografía del Danzón en México), en su primera edición de Octubre del año de 1994, ISBN 968-6950-06-0 de la editorial AMEF A. C. la cual es mucho muy válida para su época, que es alrededor del año 1932, pero que al parecer ésta imagen se instaló en la mente del señor escritor con ese cúmulo de circunstancias que menciona, ya que al menos en dos ocasiones en que estuve presente en sus amenas charlas, siempre mencionaba los mismos criterios del Danzón, cuando lo comparaba con la actual situación en que lo tratamos al Danzón de forma diferente los actuales grupos y bailadores. De verdad durante esas exposiciones de parte de Don Jesús, muchos diferimos interiormente de tales conceptos que vertía éste personaje dentro de las sesiones ofrecidas por él a quienes estamos interesados en el tema de la historia del Danzón en México, entendiéndose por el Distrito Federal. Este es un fragmento de lo que escribe en la página 64, 65 y 66 de este libro el cual transcribo algunos fragmentos;
(Pág.64)Por aquellos años (1932), el país era todavía, en más del treinta por ciento, un país de descalzos o gente sin zapatos, ya que mucha gente del pueblo no ganaba lo suficiente para comprarlos; en cambio quienes si podían pagara ese “lujillo”, comprando calzado corriente, era de inmediato llamados “chancludos”: personajes anónimos que mayoreaban en El Nereidas, El Colonia, El México, o en cualquier otro salón o cabaret de la Ciudad de México. Es notoria la diferencia de apariencia en cuestión de ropa y tipo de zapatos actualmente entre quienes frecuentan los últimos sitios de baile que sobreviven.
(Pág.65) “Y pese a todas éstas circunstancias, el danzonerísismo Nereidas siguió y sigue siendo el Danzón que deslindó una época, un estilo y particularmente una forma de baile de estilo mexicano y arrabalero por excelencia, aunque hoy muchos trasnochados puristas quieran convertirlo en algo “digno”, sin mácula y exento de sus vivencialidades prostibularias, cabareteras, congaleras y vecinderas, cuando que lo prohibido, lo sensual, lo erótico y lo lascivo son características propias de su permanencia. Por lo menos uno no se puede imaginar a las hermanas de la caridad chancleteando el Danzón Nereidas en una pista de salón de baile o de noctámbulo cabaretucho”. Esta aseveración y perspectiva de parte del autor, ya la he mencionado en uno de mis anteriores escritos acerca de la connotación del contenido sicalíptico del acto de bailar Danzón, que puedo asegurar está ausente, al menos en la actualidad dentro de la mayoría de los grupos y parejas de bailadores, difiero también en la radicalización de la postura de establecer al Danzón y su pertenencia y exclusividad en ese ambiente prosaico y de personas incultas y que haya perdido la esencia de ludicidad. Así mismo he subrayado la palabra “digno” que emplea el historiador, puesto que en mi percepción, cualquier actividad puede ser digna, y uso la aportación de un personaje amante del Danzón en Querétaro, el Lic. Francisco Barrera Ríos, quien me corrigió el mismo concepto, y declara que en realidad lo que actualmente estamos proponiendo los numerosos grupos danzoneros de la república, es “posicionarlo” dentro de un ámbito socio económico, como en una época diferente, respetando la esencia de la música y proponiendo aspectos evolutivos en su ejecución y hasta en el uso de la vestimenta.
(Pág65) Desde otro ángulo, también muchos esnobistas supuestos defensores del Danzón, lo manosean comercialmente con ciertos tintes intelectualoides, acomododándolo dentro de un pseudo movimiento de “Bailes Finos de Salón”, cuando por simple sentido común (ni lógica cabe) se sabe que ni el tango, el fox- trot y mucho menos el Danzón pertenecen a bailes refinados (ni en el aspecto danzarlo ni en lo social)o finos ya que todos ellos nacieron al abrigo de lupanares, trasnochadas, bulines, lunfardos rioplatenses y caló mexicalpense propio de gandallas y padrotes: magia prostibularia de canallitas y descarados que desde su llegada a Veracruz y al barrio de San Miguel, en la ciudad de México desde finales del siglo pasado lo han consentido como parte esencial de sus existencias, por lo general escuálidas y anónimas pero no ajenas a su connotación sexual que lo ha perpetuado por ya más de un siglo, fenómeno que solo el Danzón y el Tango han permitido, debido a su extraordinaria fuerza erótica, en ocasiones cargada de prohibiciones amatorias que suelen aflorar tan solo al bailarlos. Nuevamente lo sigue encasillando en un ambiente y concepto sexual, que nada tiene que ver con la actualidad, ya que quienes estamos inmersos en el Danzón, cuidamos mucho que esas circunstancias de promiscuidad en que el autor lo vio desarrollarse, no esté presentes en los grupos danzoneros ni en las parejas bailadoras..
Pudiera interpretarse que todos estos comentarios de mi parte, son para descalificar al escritor, por lo que debo de aclarar que de ninguna manera es mi propósito, puesto que en mi particular concepto, este libro Imágenes del Danzón: Iconografía del Danzón en México y su otra obra, Historia Documental y Gráfica del Danzón en México: Salón México, las cuales son una valiosísima fuente extensa y variada de información antropológica e histórica enriquecida por las iconografías, por lo que debo de agradecer tanto a Don Jesús Flores y Escalante, como a la Dra. Amparo Sevilla con su libro Los Templos del Buen Bailar por su aportación a favor del Danzón, con ese trabajo de campo tan arduo y bien desarrollado entre los consuetudinarios bailadores de los sobrevivientes salones de baile. Ellos han escrito obras que nos pueden ayudar seguir esforzándonos por efectuar y organizar eventos de tal naturaleza que motiven de manera efectiva a la permanencia del gusto por el Danzón por muchos más años en una mayor cantidad de regiones de nuestra república y a la aparición de nuevas generaciones de bailadores de Danzón. Es mucho más lo que nos aportan todas éstas publicaciones, tales como anécdotas, nombre de bailadores de esa época, con la particular presencia de los sobrenombres o alias, como actualmente se sigue con este modalidad entre los bailadores del mismo Distrito Federal lugar en el que al parecer nuca el Danzón pasará a la historia, así que los demás estado nos podemos flaquear en este esfuerzo ya que tenemos el mismo amor por el sincopado ritmo.
Atentamente
Aspirante eterno
Febrero del 2010
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