LA MÚSICA CUBANA (3)
Continuo con el ensayo acerca del libro en que plasma su estudio de la música en todas sus variaciones surgidas en Cuba de parte de Isabelle Leymarie el que constituye todo un documento digno de tenerse como invaluable fuente de referencias para el estudio de la evolución de los mismos, como ha sido la aparición de la SALSA, la cual seguramente debe de proceder de alguno de los ritmos que la autora menciona como primitivos, tales como las músicas sagradas de los Taitas que fueron los últimos esclavos, por lo tanto africanos puros, que a fines del siglo XX
desaparecen de la isla, y entonces se despeña la criollización de esta música, atesorada herméticamente por su connotación religiosa, y que sin embargo se mantiene en líneas generales como parte de los cultos ancestrales, tolerando cierta permeabilidad hasta la fecha por parte de los diferentes núcleos de descendentes de cada tribu establecida en las regiones geográficas en que la isla de Cuba se constituyó administrativamente.
Así la autora menciona en su trabajo, las clasificaciones que a su parecer dieron la pauta para el génesis de los actuales ritmos, además de como las influencias de los “conquistadores” españoles en la época colonial se penetraron por imposición en los diferentes rituales y cantos tribales, influencia que hasta la fecha está presente sobre todo en lo que respecta al canto, y con menor dimensión en la música, más si en las formas de baile, ya que era muy frecuente el zapateado, muy parecido al baile de Andalucía, sin faltar algo parecido al cante jondo gitano, continúa nombrando una serie de ritmos de lo más curioso, como el tumabantonio, el calabazón, la caringa, el cariaco, el siguemepollo, el cachirulo, el chinchin, el zapateo.

Creo que la autora nos brinda el verdadera sentido de los bailes de los tiempos primitivos que llenos de misticismo, de sentido ritual, y una conformación de espiritualidad que puede uno darse cuenta que no se producían con ningún cariz comercial, ni de exhibición que en la actualidad les hemos asignado en México y que esto es lo que nos diferencia de los bailadores cubanos, el que para ellos todo tiene una significación más allá de lo terrenal, es un vehículo de contacto entre el espíritu y su cosmogonía, que en contraparte con nosotros los mexicanos en general, lo hemos tomado más para saciar unas serie de frustraciones de realización personal, familiar, intelectual y hasta en lo profesional que lo estamos usando a modo de sucedáneo para destacar de alguna manera dentro de nuestra sociedad, así también el contenido gráfico no me deja dudas acerca de la conceptualización filosófica del baile entre los cubanos con toda la expresión epicúrea, y el contraste de nosotros los mexicanos, bailadores de carácter estoico.
Parece ser que esta superficialidad con que en México hemos tomado la cultura del Danzón (tal vez por ser una cultura apropiada) es la que me explica en parte, el porque de la recurrencia y aceptación de la mayor parte de los grupos Danzoneros de la república a las Exhibiciones o Muestras Nacionales de Danzón que contrastan con las características de encriptamiento de en Cuba, y sobre todo lo Hierático de su contenido, más tengo la expectativa que con el tiempo nos acerquemos a este nivel de disfrute, que se refleja en la proyección de los rostros de los bailadores de las fotografías expuestas y que en adelante proyectemos esa sublimación a las dimensiones del inconsciente de la mente con que bailan los herederos de aquellas tribus africanas, expresando la alegría por vivir, sin importar las precarias y a veces hasta paupérrimas condiciones materiales con que la vida se desarrolla en la isla de Cuba la Bella.
Es evidente que la esencia del trabajo de la autora requiere de un estudio más profesional, que la mía, simple aficionado y ahora autodidacta en el campo de la Antropología Social, más expongo la información de en donde se pudiera adquirir el mencionado libro para quien desee consultar este trabajo, y es www.oceano.com , aunque desconozco tanto el costo como la existencia de este libro, el cual sería una verdadera fuente de saciar la inquietud por la profundización de nuestro conocimiento acerca del Danzón y las circunstancias que lo han hecho un verdadero fenómeno en el ámbito de la música por su longevidad y permanencia en el gusto de los amantes del baile, además de estarse revitalizando en estos tiempos de que hasta la espiritualidad está a la venta así como la enseñanza entre las nuevas generaciones. Agradezco en todo lo que vale su atención a estas líneas, que mis afanes por el Danzón me han hecho escribir.
Atentamente
“Aspirante Eterno”
Enrique Guerrero Rivera
Febrero del 2006
*Material fotográfico tomado del libro, de los archivos Varda
Continuo con el ensayo acerca del libro en que plasma su estudio de la música en todas sus variaciones surgidas en Cuba de parte de Isabelle Leymarie el que constituye todo un documento digno de tenerse como invaluable fuente de referencias para el estudio de la evolución de los mismos, como ha sido la aparición de la SALSA, la cual seguramente debe de proceder de alguno de los ritmos que la autora menciona como primitivos, tales como las músicas sagradas de los Taitas que fueron los últimos esclavos, por lo tanto africanos puros, que a fines del siglo XX

Así la autora menciona en su trabajo, las clasificaciones que a su parecer dieron la pauta para el génesis de los actuales ritmos, además de como las influencias de los “conquistadores” españoles en la época colonial se penetraron por imposición en los diferentes rituales y cantos tribales, influencia que hasta la fecha está presente sobre todo en lo que respecta al canto, y con menor dimensión en la música, más si en las formas de baile, ya que era muy frecuente el zapateado, muy parecido al baile de Andalucía, sin faltar algo parecido al cante jondo gitano, continúa nombrando una serie de ritmos de lo más curioso, como el tumabantonio, el calabazón, la caringa, el cariaco, el siguemepollo, el cachirulo, el chinchin, el zapateo.

Creo que la autora nos brinda el verdadera sentido de los bailes de los tiempos primitivos que llenos de misticismo, de sentido ritual, y una conformación de espiritualidad que puede uno darse cuenta que no se producían con ningún cariz comercial, ni de exhibición que en la actualidad les hemos asignado en México y que esto es lo que nos diferencia de los bailadores cubanos, el que para ellos todo tiene una significación más allá de lo terrenal, es un vehículo de contacto entre el espíritu y su cosmogonía, que en contraparte con nosotros los mexicanos en general, lo hemos tomado más para saciar unas serie de frustraciones de realización personal, familiar, intelectual y hasta en lo profesional que lo estamos usando a modo de sucedáneo para destacar de alguna manera dentro de nuestra sociedad, así también el contenido gráfico no me deja dudas acerca de la conceptualización filosófica del baile entre los cubanos con toda la expresión epicúrea, y el contraste de nosotros los mexicanos, bailadores de carácter estoico.
Parece ser que esta superficialidad con que en México hemos tomado la cultura del Danzón (tal vez por ser una cultura apropiada) es la que me explica en parte, el porque de la recurrencia y aceptación de la mayor parte de los grupos Danzoneros de la república a las Exhibiciones o Muestras Nacionales de Danzón que contrastan con las características de encriptamiento de en Cuba, y sobre todo lo Hierático de su contenido, más tengo la expectativa que con el tiempo nos acerquemos a este nivel de disfrute, que se refleja en la proyección de los rostros de los bailadores de las fotografías expuestas y que en adelante proyectemos esa sublimación a las dimensiones del inconsciente de la mente con que bailan los herederos de aquellas tribus africanas, expresando la alegría por vivir, sin importar las precarias y a veces hasta paupérrimas condiciones materiales con que la vida se desarrolla en la isla de Cuba la Bella.
Es evidente que la esencia del trabajo de la autora requiere de un estudio más profesional, que la mía, simple aficionado y ahora autodidacta en el campo de la Antropología Social, más expongo la información de en donde se pudiera adquirir el mencionado libro para quien desee consultar este trabajo, y es www.oceano.com , aunque desconozco tanto el costo como la existencia de este libro, el cual sería una verdadera fuente de saciar la inquietud por la profundización de nuestro conocimiento acerca del Danzón y las circunstancias que lo han hecho un verdadero fenómeno en el ámbito de la música por su longevidad y permanencia en el gusto de los amantes del baile, además de estarse revitalizando en estos tiempos de que hasta la espiritualidad está a la venta así como la enseñanza entre las nuevas generaciones. Agradezco en todo lo que vale su atención a estas líneas, que mis afanes por el Danzón me han hecho escribir.
Atentamente
“Aspirante Eterno”
Enrique Guerrero Rivera
Febrero del 2006
*Material fotográfico tomado del libro, de los archivos Varda
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