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Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

lunes, 25 de noviembre de 2024

SALONES DE BAILE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

 SALONES DE BAILE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Por Antropóloga: María de Jesús Real García Figueroa

Cronista de la Delegación Benito Juárez.

Extracto del Boletín Danzón Club No. 177 (Noviembre, 2024)

Los Salones de Baile: California Dancing Club

Desde finales del siglo XVIII y durante el XIX en los espacios urbanos vinculados al espectáculo, se muestran las reglas sociales practicadas por los ciudadanos en lugares públicos asignados para recreo.

La historia de los salones de baile, la teatralización en la ciudad, de los sitios de prostitución y de los espacios públicos nocturnos, aborda algunos de los microcosmos que conformaban la cotidianeidad urbana. En contraste el trabajo sobre el hogar, como edificación del ámbito público, apunta a la construcción de la intimidad como síntoma de la reafirmación de la ciudad moderna.

La ciudad aquí se muestra desde las pequeñas sociabilidades dadas entre los habitantes y desde las reglas exigidas para participar en los teatros, en los carnavales, los bailes, etc. Las investigaciones tienen en común varios puntos: el primero es la preocupación por presentar la separación de los grupos sociales, a la que tanto énfasis dieron los escritores de los siglos pasados: esto nos muestra el nacimiento de una ciudad funcional en la que sus espacios de diversión, habitación o trabajo la diferenciaron por zonas. De aquí se deriva un segundo punto que corre a lo largo de todos los trabajos y tiene que ver con ese discurso insistente que califica de inmorales, inadecuadas, las prácticas de la gente de los suburbios o que define al pobre como delincuente, esto último, nos ubica en esa vieja reflexión que hizo Louis Chevalier sobre las clases pobres como clases peligrosas. Tanto como para el teatro como para los cafés, carnavales o bailes, se habla de esa diferenciación del espacio y de los grupos sociales.

Una segunda idea que sugieren los trabajos es que los lazos de sociabilidad inherentes a cada uno de los sitios investigados permite pensarlos como embrionarios. Sin duda estoy retomando la idea de que la opinión pública se gestó en los cafés y en los bares para el caso de Francia, y para México en las pulquerías, en los teatros, las plazas o los carnavales. Sobre todo, hacia el siglo XIX éstos fueron considerados como amenaza, puesto que suscitaban la crítica a los gobiernos y eran vistos como sitios en que se fermentaban ideas adversas. Un tercer punto, que está presente a lo largo de los trabajos, es la idea de continuidad del mundo tradicional ¿Hasta cuándo se promulgó eso que muy cómodamente hemos denominado mundo tradicional?

La pregunta tiene relevancia aquí, en tanto la metamorfosis de la ciudad se vincula directamente con las prácticas culturales de su población. Nuevamente aparece la pregunta de hasta dónde las reformas borbónicas, con su innovador proyecto urbano alcanzaron a moldear nuevas prácticas entre los habitantes.

La continuidad del mundo tradicional hasta el Porfiriato se insinúa en el trabajo de Enrique Ayala. De modo que la cuestión es sobre cuáles fueron los alcances y los límites del proyecto ilustrado que inicio el desmantelamiento de una ciudad plenamente organizada en corporaciones hasta las primeras décadas del siglo XIX.

Lo anterior nos lleva a la continuidad del Antiguo Régimen. Lo que durante el siglo XIX se cuestionaba de esa transformación urbana no era tanto la fe, sino todo lo que tuviera que ver con manifestaciones colectivas y sociabilidades corporativas, que resultaban amenazantes. La idea era que las manifestaciones colectivas se individualizaran, que los regulares se encerraran y que el clero secular se dejara de tener tanto peso en la naciente opinión pública. En este sentido los autores del XIX estaban llenos de paradojas: por un lado, criticaban la inversión de papeles que se daba en los carnavales, pero por el otro extrañaban tales festejos. Hablan de pérdida, pero al mismo tiempo critican el desorden moral que provocan en la ciudad: borracheras interminables que se prolongan durante tres días, dejar de ir a trabajar, además de que se les junta con el festejo de su santo patrón. Terminar con las corporaciones, con la lógica religiosa que reinaba en la ciudad, requería de una crítica voraz a todo lo relacionado con la religiosidad popular, que era vista como sinónimo de ignorancia, superstición y añejas prácticas religiosas.

Al prohibir los festejos y las reuniones callejeras se pretendía limitar la posibilidad de que existiesen espacios de opinión pública, pero, sobre todo, que los lazos de sociabilidad coloniales se transmutaran. Por ello, una de las puertas que quedaba era controlar la calle y los inmemoriales lazos de parentesco, compadrazgo, lealtad, vecindad, etc., que hacían invulnerables los lugares en que habitaban los marginados. Esa manera de habitar fue vista como límite al movimiento en todas en sus versiones, económicas, morales y sociales. Por ello, la táctica para terminar con las antiguas sociabilidades, con ese lugar colectivo, compartido de los barrios que conformaban a la ciudad, fue calificar sus prácticas. Así, las críticas se concentraban en contra de los lazos que se tejieron por casi tres siglos entre vecinos feligreses y almas de la ciudad, y que impedían controlar a sus habitantes. Los carnavales, las tabernas, los corrales de comedia, los teatros, los prostíbulos improvisados o la vida nocturna que aquí se presentan, son la punta del iceberg de aquella resignificación que tomo más de cien años en asentarse.

EL PALACIO DEL BAILE EN MÉXICO, EN EL BARRIO DE SAN SIMÓN TICUMAC (PORTALES).

En lo que ahora conocemos como el Palacio del baile en México, El California Dancing Club. Era el antiguo cine Bretaña, mismo nombre que llevaba la parada del tren eléctrico que corría por la calzada de Tlalpan.

Concurría gente humilde, cobraban 30 centavos la entrada, la función del miércoles tenía la modalidad de dos por uno.

En el barrio de San Simón "Para nosotros tiene un valor de un testimonio humilde, es verdad, irrecusable, de la yuxtaposición de dos culturas; La Indígena y La Española." Arturo Sotomayor.

Inaugurado en 1954 el salón, abrió sus puertas siendo su dueño Don Ramón Cesar.

También ha sido conocido como "El Califas "el caliente ò el caliche, la imagen del lugar es un califa de medio oriente, ataviado con un turbante.

Según el Prof. (1) Jesús Flores Escalante cronista de radio y culturas populares, desde su fundación es "Para la población urbana, un paliativo emocional y vivencial"...Misma que dentro del salón, se ubica exclusivamente en los pasillos laterales.

El centro del salón pista y cercanía del foro la retomaron y la conservan los mejores bailadores...

Instalado en la calzada de Tlalpan cerca del metro Portales. El California a formado parte de la cultura popular mexicana relacionado con dicha colonia, temática desarrollada en novelas y múltiples ensayos de José Agustín, José Joaquín Blanco e Ignacio Solares. Se entretejen la aparición y la transformación de los lugares destinados para el baile de pareja, con aspectos fundamentales del desarrollo urbano de la ciudad de México desde la época colonial y el siglo XIX.

Los bailes de pareja se interpretan como su nombre lo indica de pareja, Los bailes de salón, constituyen un género Dancístico ideado, desde su origen, para ser interpretado en un espacio arquitectónicamente determinado, remontándose a la Europa renacentista, donde los palacios albergaban amplios salones de baile.

Teniendo dos herencias la colonial peninsular y la de los negros y las castas.

Los fandangos o saraos se efectuaban en fiestas privadas y las públicas, las civiles y religiosas en tabernas, pulquerías y tepacherías.

El Danzón se distribuye entre las parejas y los nativos de ese otro país que es el pasado o más bien, de ese otro país que es la incapacidad de sentirse habitando; que no ceden a la moda ni abandonan sus propios atavíos, solo se apretujan, mientras la luz difusa de la remembranza se adueña de la sala y se baila el Danzón como si se acometiera un vals en un museo.

Podemos apreciar los lunes, sonrientes parejas ingresar elegantemente ataviadas, ella de vestido largo alguno va más allá al lucir un vistoso traje con cadenas colgando de la cintura y una pluma adornando su sombrero recordando al inigualable Tin Tan (su clásico atuendo pachuco)

Es conocido también por la catedral del baile porque ahora se pueden apreciar otros géneros más contemporáneos: pasito Duranguense, ritmos gruperos, etc. Sobre todo, prevalece un ambiente Familiar: La finalidad es bailar y disfrutar los ritmos de todas las épocas.

"Se entrecruzan las clases desde la popular, hasta la gente bien" Mariana De La Cruz.

Su propietaria no ha dejado que esta tradición, tan añeja, citadina se pierda Vengan.

El recientemente fallecido cronista y vecino el maestro Carlos Monsiváis asiduo al salón ha expresado "Un sitio pacifico donde (aproximadamente) 200 parejas por noche, se agitan respetuosamente, se divierten con moderación Voyerista nota infrecuentemente, acostumbrado a que el regocijo que no se pregona no existe, le resulta enigmática, producto de esa calma gozosa que ha ido sobrepoblando este país, en los 50's se podía bailar con Mariano Merceron, Arturo Núñez, Acerina, Lupe López, Alejandro Cardona, José Casquera las mejores danzoneras del momento y las grandes Orquestas de Luis Arcaraz, Juan García Esquivel, Orquesta Carlos Campos y la Sonora Santanera a los 60's".


Bibliografía:

1- Flores y Escalante Jesús Salón México, Historia Documental y Grafica del Danzón en México. Asociación Mexicana de Estudios Fonográficos A.C. Pág. 317 México marzo 1993.

2-Aguirre Carlos, Dávalos Marcela, Amparo Ron, los espacios públicos de la ciudad siglo XVII Y XIX casa Juan Pablos, Instituto de cultura de la Ciudad de México, 2002.

NOTA IMPORTANTE: Este artículo se tomó del libro, “Memoria 2016. Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas. Ciudad de México 2016. PATRIMONIO CULTURAL EN RIESGO” y con la autorización de la Antropóloga, María de Jesús Real García Figueroa.

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INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

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