Por Alejandro Cornejo Mérida
Extracto del Boletín Danzón Club No. 175 (Septiembre, 2024)
A todos los danzoneros
que gustan del buen bailar
yo les quiero comentar
ahora que están enteros
que aun siendo jovenzuelos
a viejos van a llegar
y empezará su penar
pues el brillante espadón,
con su fuerza de Sansón
comenzará a declinar.
Me confesó un Casanova:
que, en sus tiempos juveniles,
disfrutó bellos abriles
que ahora los añora
pues el tiempo los devora.
Los verdes años se fueron
y en la tristeza lo hundieron,
hoy los recuerdos le quedan,
como penas que se heredan,
y en las lides se durmieron.
De las párvulas hormonas
la fuente se ha secado,
dijo: me siento acongojado
y aunque soy hombre decente
ya no tengo lo caliente;
ya no estoy en mi apogeo
y cuando a las musas veo
me dan ganas de llorar
y lo debo confesar,
la pastilla es el deseo.
Para cumplir mi deber
la tableta me acompaña,
lo dijo con cierta maña:
satisfago a mi querer
y la inundo de placer
volviéndola casi loca
la pértiga se desboca
hasta quedar agotada
soñando otra jornada
con la carne que provoca.
Y lo expresó sin demora
El Casanova docente:
“yo siempre fui complaciente;
en el lecho que acalora
con la daga luchadora
seguí salados conejos
y ahora doy consejos
a imberbes muchachuelos
que repartirán consuelos
dejando amores perplejos”.
Y agregó cabizbajo:
“estoy carente de hormona
se doblegó la campeona,
ese flácido tasajo
ahora apunta para abajo;
se disculpa con la amada
y prepara la ensalada
que de pescado ella trajo,
pues sabe que mi trabajo
es moneda devaluada.
“Mañas tengo que darme
para que sientan placer
buscando en toda mujer
y sin que nadie se alarme
un chícharo que derrame
todo el fuego vaginal,
punto “G” es lo primordial
para desahogar la llama
de ese tesoro de dama
que considero genial”
Ya me voy a despedir
dijo el sabio danzonero
pero antes, decirlos quiero:
ahora estoy agotado
y aunque soy afamado,
que cuando estuve en la cumbre
perdí el control de la lumbre
y hoy el consejo trasplanto:
ni mucho que queme al santo
ni tanto que no lo alumbre”
Gracias damos al danzón
que nos dio muchos placeres
gozamos con las mujeres
que abrieron su corazón,
nos robaron la razón
con sus encantos divinos
gozamos bellos caminos
adornados de locuras
fueron ricas sabrosuras
donde lo íntimo comimos.
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