Tres Generaciones de Danzón Veracruzano....paradigma nacional
Agradezco de manera superlativa a Lolita Moreno directora del Grupo Danzoneros de Querétaro Jardín del Arte, el haberme obsequiado ésta joya histórica, el libro con la historia del grupo Tres Generaciones de Danzón Veracruzano, en donde se encuentran valiosas imágenes de algunos entonces niños, ahora adultos bailadores de Danzón, así como interesantes relatos que plasman anécdotas, momentos dramáticos que debieron de pasar, otros, de intensa satisfacción, así como la descripción de cómo fueron realizando sus actividades danzoneras que se han hecho un ejemplo dentro del ámbito del Danzón tales como el esquema de Muestra Nacional, y baile de Aniversario, según se debe entender, para cumplir el objetivo de promover la Cultura del Danzón….y sus circunstancias, que casi la totalidad de los grupos danzoneros de la república también efectúan, con excepción de conformar su propia Danzonera, distinguiéndose en esto, únicamente el grupo del Patio del Danzón de Monterrey bajo la dirección de la Sra. Maru Ayala y su esposo Miguel, con su danzonera “SIERRA MAESTRA” a quienes debo de reconocerles esa gran labor danzonera que hacen en su plaza, pues es una organización de muy reciente conformación sin embargo no de menor iniciativa ante grupos de mayor antigüedad, tanto en Monterrey como en la misma república.
Es de apreciar en su contenido un gran orgullo de parte de quienes crecieron tanto como personas como danzoneros dentro de éste grupo, y que su niñez transcurrió entre música de Danzón, viajes al extranjero a esa edad tan temprana, y sobre todo, ser ovacionados por el público, sin sentirse tocados en su vanidad, ya que al parecer a esa edad no se tiene ese concepto de superioridad. Todas éstas extraordinarias experiencias les dejaron una forma de vida prioritaria al derredor de todo lo que suene a Danzón y eso puede explicar el porqué continúan activos actualmente dentro del grupo de sus amores las que combinan con su desarrollo profesional. Las peripecias de la señora Rosa Abdala Gómez, antes formar éste grupo son como las de muchos otros grupos, en que por diversas situaciones se separan del grupo original en donde se contactan con el Danzón, para crear el propio, en donde puedan aplicar sus ideas de estilo de baile, éstas, son casi una constante dentro de los danzoneros, más hay una gran diferencia, puesto que la señora Rosa, inició con un grupo de niños, los cuales cursan por una especialísima situación con respecto a la dependencia de sus padres, y eso lo hizo muy especial ya que en la actualidad solamente por temporadas se tiene presencia de parejas infantiles dentro de los grupos danzoneros, más por múltiples causas, no continúan, y lo que es particularmente especial es que algunas veces son relegados por envidia de algunos miembros adultos del mismo grupo puesto que en cualquier presentación son ellos los que atraen la atención del público. Actualmente se ha perdido en éste grupo ese papel de impulso y fomento por el Danzón entre los niños, y más aún entre los grupos de la república que muy ocasionalmente presentan a algunas parejas de niños o de jovencitos. Esto confirma la axiomática frase de Doña Rosa “Lo difícil no es hacer un grupo, sino mantenerlo”, a lo que de mi parte agregaría, “y lograr que los integrantes sean proactivos en la organización de algún evento de gran envergadura y sin fines de lucro, que les dé identidad de ser verdaderos promotores y difusores del Danzón”.
Con las palabras de algunos de los entonces niños, se puede ponderar hasta donde el Danzón nos puede significar en nuestro estilo de vida, en que una vez dentro de un grupo es difícil dejarle, empero de nuestra parte la mayoría de los miembros de nuestro grupo no han captado que el bailarlo, tiene esas fases que menciona Miguel Zamudio muy certeramente en la página 42, “La mayor parte de los grupos son muy mecánicos, porqué muchas veces no saben pasar de la técnica a la expresión y a la proyección” y eso solo se logra a base de práctica, práctica y más práctica, y sobre todo lo que en particular me agradó es esa parte del proceso de formación de alguna pareja o bailador, de no permitírseles bailar en público hasta que logren un nivel suficiente, cosa que me quedo con ella para aplicarla con nuestros compañeros, además de la disciplina que debe de tenerse para ejecutarle en tiempo y forma, así como de ser capaces de comunicarse con el público el estado de hedonismo que conlleva sentir los compases sincopados del Danzón.
En mi opinión, el contenido del libro es solo un resumen de toda una serie de las más relevantes circunstancias, y que se quedaron en el tintero muchas más, ya que sería impráctico el escribir todos los detalles de su proceso de consolidación de éste grupo líder y paradigmático para quienes nos ha seducido el Danzón y ahora lo sentimos como parte esencial de nuestra calidad de vida, más cabe destacar la honestidad y valentía con que expresan la ayuda que recibieron para bailar con la técnica actual de parte de los bailadores del Distrito Federal, tal como Víctor Escobar Bautista “El Toby”,Carlos Mizuno, Pedro Velásquez y su esposa María Elena “Los Abuelos”, y Arturo Sánchez “el Capullo y su esposa Guillermina, quienes generosamente les compartieron lo básico, como son el respetar los estribillos, efectuar las entradas a tiempo, reconocer las pausas, terminar con los remates exactos, no sin antes haber sido confundidos por estos mismos bailadores defeños, ya que cada uno de ellos tenía su verdad, lo que los llevó a discriminar algunos conceptos para adaptarlos a su propia naturaleza costeña que los identifica por antonomasia como buenos bailadores de Danzón a la mayoría de los veracruzanos, y sobre todo a los porteños como son los del grupo Tres Generaciones de Danzón Veracruzano. Esto es muy relevante ya que es un concepto general entre los Danzoneros de que ellos, los de Tres Generaciones, habían sido los implementadores de la técnica muy parecida a la de cajón que el neoyorquino Arthur Miller usaba para bailar Fox Trot en su escuela de baile en Nueva York, como lo menciona el maestro Manuel M. Rosales “El Gallito” cuando asistió a tomar clases en esa escuela, y que aplicó ésta técnica de cajón al baile de Danzón a su regreso a México. También debo de destacar que en la parte del manejo de la música del Danzón, al igual que muchos directores actuales, no se asesoraron debidamente en sus inicios, para comprender lo que es el compás binario con que se baila, así como la presencia de la síncopa musical, y sobre todo el manejo del cinquillo como célula rítmica básica del Danzón, como lo hizo con su servidora y mi esposa el autor de éste libro el señor Rafael Figueroa, de quien recibí de manera sucinta estos conceptos durante los seminarios que nos brindaba el CENIDDAC al inicio del año 2000 y que pude complementar con los que en mi bagaje cultural recibí en mi estancia en el conservatorio de música durante mi niñez.
Reitero mi agradecimiento a la Sra. María Dolores Moreno Rodríguez por su enorme cortesía al haber compartido con su servidor toda ésta información, que de otro modo no habría podido obtener ya que no somos proclives a asistir a los eventos Danzoneros que implican incómodos viajes para nosotros, por la distancia tan grande de nuestra ciudad de Querétaro hacia Veracruz, Puebla, Oaxaca, y ni hablar de Monterrey o de Ciudad Juárez, o de Can Cún con mi gran amigo Julián Velázquez Ubillas. Espero que alguno de los directores Danzoneros de esos lugares también se sientan tocados e identificados con el contenido de éste libro que al parecer muchas de sus circunstancias para conformar a éste grupo son las mismas que hemos pasado la mayoría de los directores, sobre todo en el aspecto de promover el baile, cuando hemos solicitado el apoyo de administraciones gubernamentales, en que algunos de su personal de Cultura chocan con la idea de apoyar al Danzón.
Atentamente
Aspirante eterno
Abril del 2010
Agradezco de manera superlativa a Lolita Moreno directora del Grupo Danzoneros de Querétaro Jardín del Arte, el haberme obsequiado ésta joya histórica, el libro con la historia del grupo Tres Generaciones de Danzón Veracruzano, en donde se encuentran valiosas imágenes de algunos entonces niños, ahora adultos bailadores de Danzón, así como interesantes relatos que plasman anécdotas, momentos dramáticos que debieron de pasar, otros, de intensa satisfacción, así como la descripción de cómo fueron realizando sus actividades danzoneras que se han hecho un ejemplo dentro del ámbito del Danzón tales como el esquema de Muestra Nacional, y baile de Aniversario, según se debe entender, para cumplir el objetivo de promover la Cultura del Danzón….y sus circunstancias, que casi la totalidad de los grupos danzoneros de la república también efectúan, con excepción de conformar su propia Danzonera, distinguiéndose en esto, únicamente el grupo del Patio del Danzón de Monterrey bajo la dirección de la Sra. Maru Ayala y su esposo Miguel, con su danzonera “SIERRA MAESTRA” a quienes debo de reconocerles esa gran labor danzonera que hacen en su plaza, pues es una organización de muy reciente conformación sin embargo no de menor iniciativa ante grupos de mayor antigüedad, tanto en Monterrey como en la misma república.
Es de apreciar en su contenido un gran orgullo de parte de quienes crecieron tanto como personas como danzoneros dentro de éste grupo, y que su niñez transcurrió entre música de Danzón, viajes al extranjero a esa edad tan temprana, y sobre todo, ser ovacionados por el público, sin sentirse tocados en su vanidad, ya que al parecer a esa edad no se tiene ese concepto de superioridad. Todas éstas extraordinarias experiencias les dejaron una forma de vida prioritaria al derredor de todo lo que suene a Danzón y eso puede explicar el porqué continúan activos actualmente dentro del grupo de sus amores las que combinan con su desarrollo profesional. Las peripecias de la señora Rosa Abdala Gómez, antes formar éste grupo son como las de muchos otros grupos, en que por diversas situaciones se separan del grupo original en donde se contactan con el Danzón, para crear el propio, en donde puedan aplicar sus ideas de estilo de baile, éstas, son casi una constante dentro de los danzoneros, más hay una gran diferencia, puesto que la señora Rosa, inició con un grupo de niños, los cuales cursan por una especialísima situación con respecto a la dependencia de sus padres, y eso lo hizo muy especial ya que en la actualidad solamente por temporadas se tiene presencia de parejas infantiles dentro de los grupos danzoneros, más por múltiples causas, no continúan, y lo que es particularmente especial es que algunas veces son relegados por envidia de algunos miembros adultos del mismo grupo puesto que en cualquier presentación son ellos los que atraen la atención del público. Actualmente se ha perdido en éste grupo ese papel de impulso y fomento por el Danzón entre los niños, y más aún entre los grupos de la república que muy ocasionalmente presentan a algunas parejas de niños o de jovencitos. Esto confirma la axiomática frase de Doña Rosa “Lo difícil no es hacer un grupo, sino mantenerlo”, a lo que de mi parte agregaría, “y lograr que los integrantes sean proactivos en la organización de algún evento de gran envergadura y sin fines de lucro, que les dé identidad de ser verdaderos promotores y difusores del Danzón”.
Con las palabras de algunos de los entonces niños, se puede ponderar hasta donde el Danzón nos puede significar en nuestro estilo de vida, en que una vez dentro de un grupo es difícil dejarle, empero de nuestra parte la mayoría de los miembros de nuestro grupo no han captado que el bailarlo, tiene esas fases que menciona Miguel Zamudio muy certeramente en la página 42, “La mayor parte de los grupos son muy mecánicos, porqué muchas veces no saben pasar de la técnica a la expresión y a la proyección” y eso solo se logra a base de práctica, práctica y más práctica, y sobre todo lo que en particular me agradó es esa parte del proceso de formación de alguna pareja o bailador, de no permitírseles bailar en público hasta que logren un nivel suficiente, cosa que me quedo con ella para aplicarla con nuestros compañeros, además de la disciplina que debe de tenerse para ejecutarle en tiempo y forma, así como de ser capaces de comunicarse con el público el estado de hedonismo que conlleva sentir los compases sincopados del Danzón.
En mi opinión, el contenido del libro es solo un resumen de toda una serie de las más relevantes circunstancias, y que se quedaron en el tintero muchas más, ya que sería impráctico el escribir todos los detalles de su proceso de consolidación de éste grupo líder y paradigmático para quienes nos ha seducido el Danzón y ahora lo sentimos como parte esencial de nuestra calidad de vida, más cabe destacar la honestidad y valentía con que expresan la ayuda que recibieron para bailar con la técnica actual de parte de los bailadores del Distrito Federal, tal como Víctor Escobar Bautista “El Toby”,Carlos Mizuno, Pedro Velásquez y su esposa María Elena “Los Abuelos”, y Arturo Sánchez “el Capullo y su esposa Guillermina, quienes generosamente les compartieron lo básico, como son el respetar los estribillos, efectuar las entradas a tiempo, reconocer las pausas, terminar con los remates exactos, no sin antes haber sido confundidos por estos mismos bailadores defeños, ya que cada uno de ellos tenía su verdad, lo que los llevó a discriminar algunos conceptos para adaptarlos a su propia naturaleza costeña que los identifica por antonomasia como buenos bailadores de Danzón a la mayoría de los veracruzanos, y sobre todo a los porteños como son los del grupo Tres Generaciones de Danzón Veracruzano. Esto es muy relevante ya que es un concepto general entre los Danzoneros de que ellos, los de Tres Generaciones, habían sido los implementadores de la técnica muy parecida a la de cajón que el neoyorquino Arthur Miller usaba para bailar Fox Trot en su escuela de baile en Nueva York, como lo menciona el maestro Manuel M. Rosales “El Gallito” cuando asistió a tomar clases en esa escuela, y que aplicó ésta técnica de cajón al baile de Danzón a su regreso a México. También debo de destacar que en la parte del manejo de la música del Danzón, al igual que muchos directores actuales, no se asesoraron debidamente en sus inicios, para comprender lo que es el compás binario con que se baila, así como la presencia de la síncopa musical, y sobre todo el manejo del cinquillo como célula rítmica básica del Danzón, como lo hizo con su servidora y mi esposa el autor de éste libro el señor Rafael Figueroa, de quien recibí de manera sucinta estos conceptos durante los seminarios que nos brindaba el CENIDDAC al inicio del año 2000 y que pude complementar con los que en mi bagaje cultural recibí en mi estancia en el conservatorio de música durante mi niñez.
Reitero mi agradecimiento a la Sra. María Dolores Moreno Rodríguez por su enorme cortesía al haber compartido con su servidor toda ésta información, que de otro modo no habría podido obtener ya que no somos proclives a asistir a los eventos Danzoneros que implican incómodos viajes para nosotros, por la distancia tan grande de nuestra ciudad de Querétaro hacia Veracruz, Puebla, Oaxaca, y ni hablar de Monterrey o de Ciudad Juárez, o de Can Cún con mi gran amigo Julián Velázquez Ubillas. Espero que alguno de los directores Danzoneros de esos lugares también se sientan tocados e identificados con el contenido de éste libro que al parecer muchas de sus circunstancias para conformar a éste grupo son las mismas que hemos pasado la mayoría de los directores, sobre todo en el aspecto de promover el baile, cuando hemos solicitado el apoyo de administraciones gubernamentales, en que algunos de su personal de Cultura chocan con la idea de apoyar al Danzón.
Atentamente
Aspirante eterno
Abril del 2010
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