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Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

martes, 4 de noviembre de 2025

ANICETO DÍAZ Y EL DANZONETE Entrega número 2 de 2

 ANICETO DÍAZ Y EL DANZONETE Entrega número 2 de 2 

Por Dr. Jorge de León Rivera, Cronista del danzón 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 179 (Enero, 2025)

El 8 de junio de 1929 se estrena en el Casino Español de Matanzas el danzonete Rompiendo la Rutina, titulo sugerente si se tiene en cuenta el incidente ocurrido en Alacranes. Como acaeció con el danzón de Failde, el nuevo ritmo, más mestizado aún que su antecesor, demandaba la aprobación de la clase alta matancera, la cual, de acuerdo con el testimonio de Luis Carballo, le otorgó tal acogida que determinó su interpretación tres veces el día del estreno. 

El investigador Raúl Martínez afirma: «En 1929 con Rompiendo la Rutina se inicia una nueva etapa en el desarrollo del danzón la cual da lugar a una variante vocal-instrumental. Una vez acreditada la partitura en los registros de la Propiedad Intelectual, la obra fue editada por la Imprenta Estrada, localizada en Calle Inde pendencia no. 59». 

Estructuración del danzonete como género 

El aporte sustancial de Aniceto Diaz trasciende al hecho de adicionarle texto al danzón, pues desde antes del nacimiento del mismo ya se constataba la interpretación de contradanzas cantadas, y posteriormente, a inicios del siglo XX, compositores como Jorge Anckermann introdujeron refranes en las secciones finales de los danzones. 

Lo verdaderamente significativo del danzonete radica en el cambio conceptual que implicó, al verificarse la creación de una estructura en la que se imbricaron, con sentido de unidad, expresiones de géneros bien diferentes de la música popular cubana, como el son, la canción y el propio danzón. 

El musicólogo Argeliers León le otorga gran connotación al asegurar: Con el danzonete, y la anterior incorporación del montuno del son, se inicia un curso de distención de la forma original del danzón 

Desde una perspectiva estructural, la forma del danzonete es más simple que la del danzón. Posee una introducción más corta, de ocho compases, que a diferencia del danzón no se repite; le continúa una sección o parte de violines, que contrasta con la anterior, la cual es repetida desde la introducción, seguidamente le sucede el trio, característica heredada de la morfología del danzón, que difiere tímbricamente de la parte anterior y es encargada a los instrumentos de viento; posteriormente sigue la sección cantada, con un texto sencillo y fácil de memorizar que responde a una frase musical con sentido más lirico; esta sección da paso al montuno sincopado. 

En el estribillo, el güirero se puede acompañar con maracas. La obra, en su totalidad, se acompaña por las claves. Los danzonetes evidencian siempre la simetría adquirida de las secciones de la contradanza y el danzón, de dieciséis y treinta y dos compases. Ante la imposibilidad de ejemplificar con la estructura del danzonete Rompiendo la rutina, por no hallarse la partitura original, lo haremos con otra pieza del género compuesta por Aniceto Díaz en el período inicial. 

Se trata de Son igual que el cocodrilo, en el cual, a pesar de la presencia de células rítmicas sincopadas, no prevalece la clave del danzón, sino la del son. Es ilustrativo que el autor anote en la partitura indicaciones concretas para su orquestación. No se han hallado grabaciones de esta pieza. Una vez definida la estructura del danzonete, este contó como vía expedita para su promoción con la propia orquesta de Aniceto, lo que brindaría además mayor popularidad a la agrupación, que participará, el 25 de noviembre de 1929, en la primera transmisión de la radioemisora PWX de la ciudad de Matanzas, y posteriormente en la Cuban Telephone de La Habana. 

Como colofón, la orquesta grabará Rompiendo la rutina para la disquera Brunswick. Tuvo asimismo el músico una tienda de comercialización de partituras y accesorios musicales en la calle Milanés número 50, frente a la catedral de Matanzas. El cuño de propiedad del establecimiento se reconoce en partituras manuscritas de su autoría y en otras impresas. A pesar de que la obra creativa de Aniceto Diaz fue fecunda, pocas de sus partituras han llegado a nuestros días. 

Sobre las composiciones que realizara durante las tres primeras décadas del siglo XX, periodo en que estuvo radicado en la ciudad de Matanzas, se ha podido comprobar la existencia de las siguientes: En el Archivo Provincial de Matanzas, con inscripción en el Registro de la propiedad intelectual, se hallan un vals, cinco danzones, dieciséis danzonetes, y un son. En los fondos de la Biblioteca Provincial Gener y Del Monte de Matanzas, catalogados como pertenecientes a Aniceto Diaz y ubicados en el Departamento de Arte, se encuentran las partituras de cinco danzones y dos danzonetes. En los fondos del Museo Provincial Palacio de Junco de Matanzas, clasificados como pertenecientes a Aniceto Diaz, pueden consultarse dos himnos, cuatro danzonetes, y dos sones. Aunque Aniceto Diaz tenía su orquesta, se mantuvo como instrumentista de la Banda Municipal de Matanzas, en la que desempeñó un papel relevante y de la cual llegó a ser director, según informaba a la población matancera un periódico local del 21 de abril de 1933. 

Además de esas funciones, colaboró como docente hasta el año 1940 en la citadina Academia José White, donde favoreció la formación de músicos para la banda. Es por esta razón que en el archivo de la Banda de Concierto de Matanzas se localizan cinco danzones y un danzonete, manuscritos y autografiados por Aniceto Diaz, con arreglos para la referida agrupación, si bien es preciso señalar que en lamentable estado de conservación. 

En el archivo en cuestión aparecen también con la firma de Aniceto los danzones El Naranjero y Cuba Libre, no obstante, estos carecen de fecha declarada de creación ni poseen inscripción en el Registro de la propiedad intelectual. 

En el caso del primero, tampoco es reseñado por el investigador Raúl Martínez en su catálogo sobre Aniceto Diaz del Museo Nacional de la Música, lo que hace suponer que sea de la autoría de Miguel Failde. A ello apunta el hecho de que en el catálogo de Failde relacionado por su sobrino se haga referencia a un danzón titulado El Naranjero, y se argumenta que: En atención al hecho expuesto de que, a cada copla popular, a cada pregón u ocurrencia pública correspondía un danzón, el gacetillero de la Aurora del Yumurí, D, Fernando Romero Fajardo, el viernes 20 de diciembre de 1895, invitaba a Failde a publicar un danzón mediante la siguiente Gacetilla:

«Danzón en perspectiva. 

¡¡¡Náaa...ranja de china!!! 

¡Dulces! 

¡¡¡Plá…tanos guineos!!! 

¡Buenos! 

No sé por qué me suena dulcemente en el oído el anterior pregón, y con el cual anuncia sus mercancías un honrado vendedor ambulante que se está haciendo muy popular en Matanzas. ¡¡¡Naaa...ranja de china!!! ¡Dulces! Le recomiendo a Miguelito Faílde esta tonadilla. Con ella podrá componer un danzón de esos de rechupete que él sabe instrumentar tan bien. A componerlo, Miguelito Empuñe el lápiz que el pentagrama le espera, y yo ardo en deseos de oírle decir al cornetín: ¡Pla...tanos guineos! ¡Buenos! » Me parece innecesario añadir que una semana después ya estaba el danzón en la calle. 

El danzón El Naranjero pertenece a Miguel Failde y no a Aniceto Diaz, lo que ocurre es que este último realizó el arreglo de dicha obra para banda en el período en que dirigió la institución musical matancera. De igual forma, el danzón Cuba Libre que únicamente se encuentra referenciado como composición de Aniceto Diaz en el catálogo de Raúl Martínez-, se presume pertenezca a la autoría de Miguel Failde. 

Debe tenerse en cuenta que Castillo Failde describe cada parte contrastante del mismo, y declara 

Cuba Libre, uno de sus tríos era un punto cubano que decía: 

Pronto vendrá la mañana 

En que la neblina su capa densa 

Extienda su capa inmensa 

Sobre la verde sabana 

Otro de los tríos de este danzón era una música tomada del método Eslava, y cuenta Justo Pérez que al preguntarle a Failde la causa de haberla intercalado con música de danzón, este le contestó: Fue que me dio la idea oyendo tocar al violinista Juan Canteros. Este danzón fue estrenado con la República el año de 1902- cuando Failde, por diferencias de dinero, no tocó en la temporada de Carnaval en Matanzas, sino en Corral Falso, hoy Pedro Betancourt 

También con arreglo para la Banda Municipal y firma de Aniceto Díaz se relacionan partituras de disimiles géneros en un inventario denominado «Catálogo Mínimo de Aniceto Diaz», perteneciente al fondo del Departamento de Documentación, Información e Investigación de la Música, de la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos Rafael Somavilla. Aquí se enumeran dos marchas fúnebres, dos marchas religiosas, un danzonete, un capricho, un bolero- son, y un himno. Solo se han podido encontrar partituras de dos de ellas, se trata de las marchas religiosas Pensamiento y Esperanza, ambas con partituras y particellas manuscritas. Del resto de las obras que aparecen en el inventario, no se han localizado las partituras. 

Estas piezas no son referenciadas en otros catálogos, amén de que tampoco están en el Registro de la propiedad intelectual del Archivo Histórico Provincial de Matanzas, atendiendo a la época en que debieron ser compuestas, si se tiene en cuenta la responsabilidad de Aniceto Diaz al frente de la Banda para la cual confeccionó los arreglos. De acuerdo al testimonio de Luis Carballo: « [...] en 1946 Aniceto vuelve al danzón, produce un trío de fina textura, Me dijiste que luego, El novio de Noemí y No me olvides [...] también escribió los danzones Doctor M, Linda Rosa y Norita ». Sin embargo, no se debe aseverar que la creación de los últimos danzones mencionados se corresponda con el último lustro de la década del cuarenta, dado que los tres títulos se hallan ya, con arreglo para banda, en los fondos de la Banda de Concierto en fecha anterior a la referida por el pianista. 

El investigador Raül Martínez, en el catálogo general de Aniceto Diaz, ubicado en el Museo Nacional de la Música, identifica treinta y ocho danzones, treinta y cinco danzonetes, un son, ocho pasodobles, un chachachá, una canción y un one-step, A partir de los archivos, testimonios y referencias examinados, se puede establecer que la producción de este músico que ha sido identificada en nuestros días está conformada por cuarenta y nueve danzones, cuarenta y tres danzonetes, tres sones, un bolero son, una canción, un chachachá, dos marchas fúnebres, dos marchas religiosas, un vals, dos himnos, un one-step y ocho pasodobles. Este listado pudiera modificarse, pues es preciso enfatizar que su catálogo no ha sido lo suficientemente investigado. 

A tenor con lo expuesto, deberán incorporarse al inventario de obras de Aniceto Diaz existente en el Museo Nacional de la Música, once danzones, ocho danzonetes, dos himnos, dos marchas fúnebres y dos marchas religiosas, además de un vals y dos sones. La autenticidad de dieciséis de estos títulos se corrobora a partir de los expedientes que sobre los mismos constan en el Registro de la Propiedad Intelectual; y de las partituras manuscritas o impresas autografiadas por el compositor, halladas en sus fondos. La ubicación de estos documentos no solo permite enriquecer el catálogo del autor de Rompiendo la Rutina, sino que proporciona un criterio valorativo mucho más certero acerca de su obra creativa, en tanto diversidad, complejidad y dominio de variados géneros. 

De tal modo, se puede acreditar la autoría de las siguientes obras como pertenecientes a Aniceto Diaz, que incrementan las ya conocidas: 

• Elsa (vals), obra para piano, 25 de agosto de 1916. (Con registro en la Propiedad Intelectual, Archivo Histórico Provincial de Matanzas). 

• Un saludo al General Machado (danzonete), 20 de agosto de 1929. (Con registro en la Propiedad Intelectual, Archivo Histórico Provincial de Matanzas). 

• Danzonete (danzonete), 13 de noviembre de 1929. (Con registro en la Propie dad Intelectual, Archivo Histórico Provincial de Matanzas). 

• El sin trabajo (danzón), 18 de enero de 1932. (Con registro en la Propiedad Intelectual, Archivo Histórico Provincial de Matanzas). 

• Masabi (danzón), sin fecha de creación, manuscrito. (Fondos de la Biblioteca Provincial de Matanzas Gener y Del Monte y Fondos de la Banda de Concierto de Matanzas). 

• Norita (danzón), sin fecha de creación, manuscrito. (Fondos de la Biblioteca Provincial de Matanzas Gener y Del Monte y Fondos de la Banda de Con- cierto de Matanzas). 

• Clara (danzonete), sin fecha de creación, manuscrito, (Fondos de la Biblioteca Provincial de Matanzas Gener y Del Monte). 

• No se acaba la melena (son), partitura impresa. (Museo Provincial de Matanzas Palacio de Junco). 

• Rosa (son), partitura impresa. (Museo Provincial de Matanzas Palacio de Junco). 

• Ron Yucayo (danzonete), 15 de abril de 1935, manuscrito. (Museo Provincial de Matanzas Palacio de Junco). 

• Himno de las Colonias infantiles, 19 de julio de 1936, partitura impresa con letra de Alberto Lovio y música de Aniceto Diaz. (Museo Provincial de Matanzas Palacio de Junco). 

• Himno de la Hermandad de los jóvenes Cubanos, 27 de noviembre de 1937, manuscrito, con letra de Carlos Diaz y música de Aniceto Diaz. (Museo Provincial de Matanzas Palacio de Junco). 

• El Tranvía de Matanzas (danzón), 1916. (Museo Provincial de Matanzas Palacio de Junco y partitura en los Fondos de la Banda de Concierto de Matanzas). 

• El Doctor M (danzón), sin fecha de creación, manuscrito. (Fondos de la Banda de Concierto de Matanzas). 

• Pensamiento (marcha religiosa), sin fecha de creación, manuscrito. (Fondos del Departamento de Documentación, Información e Investigación de la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos Rafael Somavilla de Matanzas). 

• Esperanza (marcha religiosa), sin fecha de creación, manuscrito. (Fondos del Departamento de Documentación, Información e Investigación de la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos Rafael Somavilla de Matanzas). 

Las fuentes consultadas permiten establecer que la producción de Aniceto Diaz fue amplia. Atendiendo a la cantidad de obras escritas para el género, es indudable la predilección del compositor por el danzón a pesar de ser el creador del danzonete. Por otra parte, es ostensible que estuvo dentro de sus inquietudes creativas la composición de los géneros populares en boga durante su época, tanto cubanos como foráneos, bien fuera por curiosidad propia o por necesidad de proporcionar a su orquesta un repertorio que la mantuviera en la preferencia del público de su tiempo. 

La contribución de Aniceto Díaz al desarrollo del danzón va más allá de la imbricación y síntesis certera de elementos de la música cubana presentes en diferentes géneros de la música popular, como el son. El cambio conceptual logrado propició también la evolución hacia otras formas de concebir la música bailable en el contexto tímbrico de la charanga, herencia que trasciende en el surgimiento del danzón cantado, y con posterioridad en la década del cincuenta del siglo XX en el nacimiento del chachachá. 

Así lo valora José Loyola: «La creación del danzonete, con la obra Rompiendo la rutina, de Aniceto Díaz, desembocó en la presencia de la lírica vocal en los marcos de la charanga, que dio origen a lo que algunos musicólogos denominan el "danzón cantado" y la inserción de un cantante en el formato». 

En la década del treinta se desarrolló el estilo de danzón cantado, entre cuyos exponentes más significativos se contaron Paulina Álvarez, Abelardo Barroso, Pablo Quevedo, Fernando Collazo, Alberto Aroche, Joseíto Fernández y el matancero Barbarito Diez, oriundo de Bolondrón. 

El musicólogo José Loyola subraya al respecto: el danzón cantado no es un danzón con una melodía de carácter vocal con texto literario especialmente compuesta para esa forma musical como tal, siguiendo la lógica constructiva de los danzones instrumentales. [...] se trata de la inclusión de boleros antológicos que existen como obras y formas independientes- en la estructura formal del danzón. 

En 1944 Aniceto Diaz se estableció definitivamente en La Habana con su familia. Allí formó una orquesta con la que siguió interpretando danzones, danzonetes y danzones cantados, y en la que incorporó a sus hijos y a otros músicos de la capital. En 1947 la agrupación se desintegró, y el músico matancero se dedicó a la enseñanza, a la copia musical y a la afinación de pianos. 

En 1954 la prensa se hizo eco del cumpleaños veinticinco del primer danzonete; paradójicamente no eran tiempos felices en la vida del creador, que atravesaba dificultades económicas. Así se refleja en una carta que enviara a Gonzalo Roig solicitándole trabajo, a pesar de sus 68 años. La Habana, 3 de noviembre de 1955 Maestro Gonzalo Roig y Lobo. Dtor. de la Banda Municipal de Música Mi muy estimado amigo: He tratado de localizarte hace días, pero me es imposible. El motivo de verte es para pedirte un favor, y es que tú me consigas un lugar en las Oficinas de la Sociedad General de Autores, de la cual eres (y de forma acertada y justa), su Presidente. Yo puedo desarrollar trabajos de oficina, y también como instrumentista, y hacer todas las labores de índole musical. Sin otra cosa en el particular, queda siempre buen amigo y compañero. Aniceto Diaz Nota: De una forma muy particular, quiero significarte mi gratitud por las gestiones que puedas hacer en mi favor

Tras el triunfo de la Revolución, Aniceto Diaz se retiró de la vida musical activa. Falleció en la ciudad de La Habana el 10 de julio de 1964, a los 77 años de edad. El 14 de febrero de 1987, en el marco del centenario del compositor, el Museo Nacional de la Música auspició un homenaje al autor de Rompiendo la Rutina. El profesor Raül Martínez Rodríguez, investigador del centro, presentó un catálogo mínimo de obras pertenecientes al compositor, empeño estimable si se tiene en cuenta que sobre el tema poco se había estudiado. Para ello pudo contar con la colaboración y testimonios de Justo, Silvia, Aniceto y Nora Diaz, hijos de Aniceto. 

En Matanzas, la Banda de Concierto también le rindió homenaje ejecutando parte del repertorio que el maestro había arreglado para la institución musical. 

En nuestros días su obra es prácticamente desconocida. En los planes de estudio y programas de Música Cubana para la formación de músicos profesionales, solamente Rompiendo la rutina, su primer danzonete, es reconocido y escuchado en grabaciones antológicas que yacen en deplorable estado sonoro. 

El proceso que conllevó al origen y evolución del danzón, considerado desde la presencia y desarrollo de la contradanza como antecedente, hasta la creación del danzonete, demuestra el largo camino de consolidación de lo musical nacional, contextualizado en los entramados económicos, sociales y culturales específicos de la historia matancera, parte intrínseca del devenir nacional. 

Los creadores de estos géneros, nacidos en Matanzas, ejemplifican con sus historias de vida las razones sociales y estéticas que les condujeron a inscribirse para siempre en la historia de la música insular. En el 2019, a ciento cuarenta años de la ejecución del primer danzón, Las Alturas de Simpson, en el Liceo Artístico y Literario de Matanzas actual Sala de Conciertos José White, y a los noventa del estreno del primer danzonete, Rompiendo la rutina, en el Casino Español de esa ciudad-Biblioteca Provincial Gener y Del Monte, constituye un deber poner al servicio de músicos, estudiantes y amantes de la música, este tributo a la historia de nuestra cultura. 

Tal legado histórico, que nos enorgullece, deberá no solo conservarse, sino trasmitirse a las futuras generaciones para que se mantenga vivo, como tradición que nos sustenta e identifica. Sirva además este texto como invitación para rescatar los archivos atesorados en la provincia, que guardan evidencias de la participación de los matanceros en hechos y fenómenos de creación musical, sobre todo de aquellos géneros reconocidos como patrimonio de la nación cubana.

DANZÓN CUBA, UN PROGRAMA DE RADIO CADENA HABANA, LA EMISORA DE LA MÚSICA CUBANA.

 DANZÓN CUBA, UN PROGRAMA DE RADIO CADENA HABANA, LA EMISORA DE LA MÚSICA CUBANA. 

Por Ysela Vistel C. 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 179 (Enero, 2025)

Danzón Cuba es un programa que se transmite todos los domingos por la emisora Radio Cadena Habana y tiene como objetivo fundamental incentivar y estimular la creación de los compositores y reverenciar nuestro baile nacional, resaltando la vida, obra y legado de sus principales protagonistas. 

Durante 14 años un colectivo emprendedor ha logrado estabilizar e incrementar sus niveles de audiencia, tanto por sus habituales frecuencias en AM, FM y por audio real, logrando a través de la magia de la radio una excelente comunicación con sus oyentes. El año 2024 ha sido muy fructífero para el movimiento danzonero, destacando la activa participación de los compositores y orquestas danzoneras. 

Desde el plano de la creación jugó un determinante papel el CONCURSO DE COMPOSICIÓN HOMENAJE AL DANZÓN, el cual se desarrolló logrando un gran impacto social entre creadores del patio y otras latitudes. Como resultado del mismo fueron recibidas 24 composiciones de Cuba, México, Colombia, España, Rotterdam y muy curioso resultó el dato de la presencia femenina y los diferentes grupos etareos. Un prestigioso jurado integrado por el doctor José Loyola, Mario Patterson y Jorge Vistel, tuvo la difícil tarea de seleccionar las obras finalistas, dada la gran calidad de las mismas. 

FOTO DEL JURADO

El gran premio fue otorgado a GUIDO ALFONSO MEDINA RIVERA, guitarrista, compositor y arreglista cubano radicado en México, con la obra AYER Y HOY. Guido posee un vasto aval artístico con numerosos premios nacionales e internacionales. Ha centrado su labor en estos últimos tiempos en la composición de música sinfónica y de cámara para diferentes propósitos, así como trabajando en plataformas digitales. 

El primer premio le correspondió a Rene Bonachea, de la provincia Santi Espíritus, Cuba con la obra UN TEMA PARA TU TROMPETA, compuesto para la graduación de técnico medio superior en la especialidad de trompeta de su hijo. Rene Bonachea comenzó en la música como aficionado en 1964, destacándose como arreglista y productor de distintas agrupaciones. Ha participado en todos los festivales boleros de oro provinciales como arreglista y director, recibiendo premios de orquestación en diferentes instancias. 

DANZÓN PARA LA HABANA, compuesto por Robertina Morales Silva, recibió el segundo premio. Esta carismática artista comenzó a ejercer la especialidad de Copia Musical en la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), actividad que simultaneaba con la redacción de las notas que se incluían en las portadas de algunas producciones discográficas. Ejerció como Metodóloga de Enseñanza Artística en la Dirección Provincial de Cultura de La Habana, especialista de música en el Departamento Técnico de la Empresa Adolfo Guzmán. Como compositora, solista instrumentista y repertorista ha incidido positivamente en la formación de las nuevas generaciones. 

SONIA CORAZÓN DE DANZÓN, recibió el tercer premio. Compuesto por Ricardo Gómez Rosales, pianista, arreglista y compositor nacido en Guadalajara Jalisco. En su trayectoria artística ha compartido el escenario con artistas de la talla de Mike Laure, Gualberto Castro, Los Hermanos Castro, Mijares, Manoella Torres, Alejandra Avalos, María del Sol, Roció Banquels, Yoshio, Llila Deneke, Alberto Vázquez, Coque Muñiz, Marco Antonio Muñiz, y ha sido pianista de las orquestas: Orquesta filarmónica de la secretaría de marina (pianista y arreglista), Orquesta de Pérez Prado, Orquesta de Mariano Mercerón, Orquesta de Arturo Núñez, Los 15 campeones, Carlos Campos, orquesta de Pepe Luis, Orquesta de Alientos de la ciudad de México, entre otras y una gran colaboración como pianista en las principales danzoneras. 

Menciones otorgadas:

Raiko Abreu, La Habana, 26 años 


Oriol Marés, España radicado en Rotterdam, de 22 años 


El concurso Homenaje al Danzón diseñado por el programa Danzón Cuba de Radio Cadena Habana en el año del 145 aniversario de la creación de Las Alturas de Simpson demostró que el danzón está en buenas manos, que existen compositores, arreglistas y orquestadores que sabrán mantenerlo vivo.

AÑO VIEJO QUE TE VAS

 AÑO VIEJO QUE TE VAS 

Por Alejandro Cornejo Mérida 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 179 (Enero, 2025)

De mi mente quiero borrar

 aquello que me hace sufrir, 

lo que magulla mi sentir 

y genera malestar. 

Con el año que fenece 

arribaron las dolencias, 

del pueblo no hubo clemencia 

y eso mucho entristece. 


Tiempos de dolor profundo, 

de pesar y de suplicio, 

en tus noches y tus días, 

vive la gente del mundo 

sin la luz de la alegría. 

Año viejo que te vas, 

con ruegos te lo digo 

esta maldita pandemia 

quiero que muera contigo; 

muchas penurias causaste 

a ninguno respetaste 

nos diste fiero castigo. 


Invisibles las cadenas 

que inmovilizan las vidas, 

nos negaste cosas buenas, 

sólo diste sufrimientos, 

encierros y muchas penas, 

dolores con sus lamentos. 


Año Viejo que te vas 

y yo te quiero olvidar 

por tus días tan temidos, 

que golpearon sin medida 

a mis hermanos queridos. 


Con el cinturón apretado, 

sin risas, sin alegrías 

pasamos todos los días 

esperando una vacuna, 

deseando que sea oportuna 

para salvar nuestras vidas 

que preñadas de amarguras 

nos induce a la locura. 


En un mundo de congojas 

vivimos ya sin bailar 

una rumba o un danzón. 

Se entristece el corazón 

porque la vida se acaba 

en este triste acontecer 

y porque el tiempo perdido 

nunca se va a reponer. 


Con el duelo he de andar 

extrañando lo grandioso, 

año que fuiste tedioso 

yo te quiero sepultar. 

Robaste mis alegrías 

y no lo voy a perdonar. 


Con el virus implicado 

no tuviste compasión; 

el pueblo en casa asustado 

con una triste visión, 

se entera de los contagios 

que destrozan el corazón. 


Año Viejo que te vas, 

que omitiste cosas buenas, 

me alejaste del danzón 

y opacaste las verbenas 

y de amigos, los abrazos 

han tenido que esperar, 

y por eso, Año viejo 

¡no te quiero recordar!

ELODIA

ELODIA 

Por Luis Pérez “Simpson” 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 179 (Enero, 2025)

Elodia, es el título de uno de los danzones más emblemáticos del amplio archivo del “Campeón”, Carlos Campos y su Orquesta en su peculiar y único estilo de tocar este ritmo a los que algunos lo han “bautizado” como “Danzón Achachachado” o “Danzón Tropical”. 

Para los que no ubican esta joya musical, aquí tienen el enlace de YouTube: 

https://www.youtube.com/watch?v=JuGc_AUSngY 

Pues bien, este danzón es una alegre y excelente adaptación de una pieza de 1908 que no es propiamente un danzón, se trata de una “mazurca” titulada Elodia de la autoría del gran músico catalán, compositor, director de orquesta, Luis Gonzaga Jordá Rossell, quién se la dedicó a la Señorita Elodia Cusi. 

Pero, ¿qué es una mazurca? Como música, la mazurca pertenece a un género musical con ritmo ternario cuyo origen lo encontramos en Mazuria, Polonia en el siglo XVIII. Su tiempo musical va en compás de ¾ o 3/8 con un acento fuerte en el segundo tiempo. En un principio fue una danza propia de las clases altas, pero, con el tiempo se volvió un baile popular. 

La estructura musical de una mazurca típica sigue un patrón ABA, donde A representa el tema principal y B un puente o un tema secundario que contrasta con A. Uno de los compositores más famosos de este género fue Frédéric Chopin quien escribió alrededor de 59 mazurcas. 

Como baile en su origen, es propiamente una danza folclórica polaca y se baila en círculo y en parejas, se caracteriza por un singular golpeteo y taconeo de los pies. Tradicionalmente se baila al son de una banda de música de pueblo. A principios del siglo XIX se expandió a muchas partes de Europa convirtiéndose en un baile de parejas muy popular en los salones de baile y en las fiestas considerándose un baile elegante y sofisticado. Ahora bien, para que disfruten de esta mazurca Elodia, tal y como la compuso Luis G Jordá, tenemos esta magnífica interpretación ejecutada por la excelente pianista Silvia Navarrete: 

https://www.youtube.com/watch?v=Hr7FxCZmMRc&t=5s

Realmente, escuchar la mazurca Elodia es algo exquisito que nos transporta a la época del porfiriato (período de la historia mexicana entre 1876 y 1911, donde gobernó el presidente Porfirio Díaz), tan prodiga en grandes y verdaderos compositores de música, como lo fue Luis G. Jordá. 

Hay que destacar que la mazurca Elodia fue muy exitosa desde el momento de su aparición y ocupando un lugar destacado en la música de salón mexicana. Luis G, Jordá fue un músico que lamentablemente en México no se le valoró en su verdadera dimensión permaneciendo casi en el olvido, por lo que, aprovechando el tema de “Elodia” considero necesario aportar algunos datos interesantes sobre su gran trayectoria. 

Primeramente, hacer notar que Luis G. Jordá fue un virtuoso pianista, excelente compositor e interprete, pedagogo, hombre de teatro, pionero de la fonografía y empresario. Luis Jordá en su faceta de compositor abarcó varios géneros musicales como: Música sinfónica, música para banda municipal, zarzuela, vals, mazurca, pasodoble, música litúrgica para celebraciones religiosas católicas, lied catalán, tango, chotis, danzas, rapsodias, fox-trot, jota, canciones moriscas, minueto, flamenco, habanera, marchas, himnos, two-steps, cantatas y hasta jazz. 

El catálogo de obras de Luis Jordá abarca más de cien obras, pero, desgraciadamente es recordado por una fracción mínima de su repertorio siendo uno de los compositores más reconocidos de principios del siglo XX. 

Luis G. Jordá 

Luis Gonzaga Jordá Rossell nació en Masías de Roda, España el 16 de junio de 1869 y a temprana edad inicia sus estudios de música con Melitón Baucells en Roda de Ter y, posteriormente los continúa con Jaime Pujadas, quien fuera maestro de capilla en la Catedral de San Pedro de Vich. 

Tiempo después, su familia se muda a Barcelona donde ingresa al conservatorio de la ciudad obteniendo las máximas calificaciones bajo la tutela de sus profesores: Manuel Obiols y José Rodoreda. Además, estudia órgano en la Basílica de la Merced en esta misma ciudad. En 1885 recibe un diploma otorgado por el Conservatorio del Liceo en Barcelona con la nota de sobresaliente, dos años después recibió una medalla de oro por componer una Cantata para la clausura de la treceava Exposición Universal de Barcelona. En esta misma ciudad, Luis Jordá fue conocido como compositor de zarzuelas en catalán. 

El año 1889 obtiene el cargo de profesor-director de la Escuela de Música de Vich y de director de la banda de la misma ciudad Un hecho muy lamentable fue que, debido a la guerra civil española, se perdió la gran mayoría de composiciones religiosas que realizo en España. 

Siguiendo el infortunio, debido a un hecho bochornoso, Luis G. Jordá decide abandonar España y partir rumbo a México junto con su esposa, Antonia Casabosh. Sobre el día de la llegada de Luis G. Jordá y su esposa a México no se conoce con precisión, pero, gracias a su diario personal podemos inferir que fue en abril de 1898. En sus primeros años ya instalado en la Ciudad de México, Luis Jordà desempeñó diversas actividades musicales, tales como: compositor, organista en la Iglesia de San Hipólito, profesor particular e intérprete en formaciones de cámara. Fue muy apreciado en los círculos musicales que frecuentaba y sus obras fueron editadas por dos de las principales casas editoriales del país: H. Nagel Sucs. y Otto y Arzoz, que al pasar de los años formaron parte del repertorio musical clásico mexicano. 

En el año 1898 Luis Jordá dirigió en la ciudad de México una temporada de zarzuela, invitado por el Sr. Luis Arcaraz, quien era director de compañía de teatro Arcaraz 

Quinteto Jordá-Rocabruna en 1904. De izquierda a derecha: Ferrer, Rocabruna, Torello, Jordá y L. Mas. 

Dentro de su estancia en México entabló amistad con el maestro José Rocabruna, con quien en 1903 formaría el famoso Quinteto Jordá-Rocabruna. Este quinteto fue una de las formaciones de cámara más renombradas en México, no había recepción oficial, boda o baile de alta sociedad en los que sus servicios no fueran solicitados. 

Otra de sus actividades fue dar conciertos en teatros y aamenizar en los principales restaurantes de la Ciudad de México Fue tal la fama de este quinteto que en 1904 la firma Edison realizó 32 grabaciones hechas sobre cilindros de cera. Cabe mencionar que también esta agrupación se distinguió por su altruismo ofreciendo funciones benéficas. 

Otra vertiente de su trayectoria se puede apreciar en el cine mexicano en las musicalizaciones de las películas Yo bailé con Don Porfirio (1942) y México de mis recuerdos (1944).

Las obras musicales más conocidas de Luis Jordá en México fueron, primeramente, la zarzuela Chin Chun Chan, con sabor mexicano, pero que incluye hasta un “caquewaque” (cake-walk), género sureño norteamericano. La zarzuela Chin Chun Chan estrenada en abril de 1904, es, hoy en día, la zarzuela latinoamericana más representada de la historia, hasta 6000 representaciones tuvo en sus diez primeros años. Actualmente de vez en cuando se anuncia en cartelera este “conflicto chino en un acto”, provocando torrente de carcajadas como el día de su estreno. 

La otra composición fue sin duda la mazurca Elodia, bajo la firma Mozaic Editions, la cual, la editó hasta doce veces y se vendieron 100000 ejemplares entre 1909 y 1914, marcando todo un récord tomando en cuenta aquella época. 

Esta mazurca como música de salón tuvo gran aceptación ya que en aquella época era imprescindible su ejecución en los bailes de la aristocracia que daban la pauta a la moda que imperaba. Todo pintaba muy bien para Luis Jordá, sin embargo, estalla la revolución y aunque Jordá no pertenecía a ninguna de las corrientes en conflicto, tuvo que partir junto con su esposa a la ciudad de Nueva York, EEUU, donde conoció el jazz en sus inicios y obviamente también compuso algunas obras de este género musical. 

En 1915 vuelve a Barcelona donde fundó el establecimiento musical Casa Beethoven. Trato de difundir el jazz, pero la sociedad española todavía no estaba preparada para esta forma de interpretar música. 

Finalmente, en esta misma ciudad fallece 20 de septiembre de 1951. 


Bibliografía: Luis G. Jordá. UN MÚSICO CATALÁN EN MÉXICO PORFIRIATO. Autor: Cristian Cantón Ferrer. Editorial, Mozaic Editions. Diccionario Enciclopédico de Música en México de Pareyón 

HÁBITOS QUE DAÑAN LA IMAGEN DEL DANZÓN

 HÁBITOS QUE DAÑAN LA IMAGEN DEL DANZÓN 

Por Alejandro Cornejo Mérida 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 178 (Diciembre, 2024)

Inmersa en el Cosmos del encanto y la perfección, encontramos destellando fascinantes luces, la actividad dancística que es una de las expresiones más altas y puras de la belleza; en ella vemos cómo armonizan la música y los movimientos corporales de los bailarines. 

Esta divina seducción muchas veces la notamos opacada por los malos hábitos de quienes ejecutan un baile, rutina o coreografía. Existen muchos hábitos negativos (fumar, tomar aperitivos, sonar la boca al comer, etc.) que son mal vistos e inaceptables por las personas que se inclinan por lo artístico y se preocupan por tener una presencia que agrade los sentidos de quienes las observan. 

Los malos hábitos no se heredan, son adquiridos en el medio en que nos desenvolvemos, como son: la casa, el taller, la oficina, la escuela o convivencia con los amigos. 

En la práctica del baile fino como lo es el Danzón, también observamos hábitos que dañan y le restan belleza a la ejecución de este ritmo elegante. Antes de comentar esa mala práctica que algunas personas, después de razonarlas habrán de agradecer, quiero señalar un hecho que está muy relacionado con lo que explicamos y, a la vez, me permite hacer referencia a uno de los pasajes más hermosos para transitar a pie, como lo es la calle Madero ubicada en el corazón de la ciudad de México. Caminar por este lugar es bellamente recreativo, pues encontramos una forma placentera de invertir el tiempo. Disfrutas viendo aparadores de tiendas de ropa tanto de damas como de caballeros, magos, danzantes, músicos, estatuas vivientes, personas disfrazadas de personajes cómicos, héroes de películas y revistas de cómic como Superman, Batman, Robin, Hombre araña, Máscara verde, Capitán América, Pirata del Caribe, etc. 

Además, encontramos una enorme variedad de restaurantes donde podemos disfrutar de suculentos y variados platillos. Todo es bello y delicioso en esa calle, pero “nunca falta el negrito en el arroz”; lo triste y desabrido del ambiente es ver que el piso del atractivo andador, que originalmente era amarillo mostaza, y por el que transitan diariamente miles y miles de personas, ahora se encuentra transformado con un aspecto altamente desagradable, por los abundantes e incontables lunares negros que existen en el pavimento, ocasionados por los chicles que son tirados inconscientemente en el lugar, hecho que lo denigran y le restan belleza. 

Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que en la ciudad no existe una sola banqueta que no sea mudo testigo del mal hábito de masticar chicle y después, sin la mínima consideración es arrojado al piso. Y como si eso fuera poco, la goma de mascar aún da más de que comentar: muy cerca de una base de microbuses, existe un árbol en el que las personas que por ahí transitan, van pegando sus chicles de diversos colores, y lo hacen de tal manera, que el pobre árbol no sólo da mal aspecto, sino que da náuseas al verlo cubierto de tanta inmundicia. 

Nunca imaginé que mascar chicle, además de proyectar mala imagen de la persona que lo hace, tuviera serias consecuencias como lo es la descalificación en algunos espacios dedicados a la actividad danzonera. En efecto, he logrado información de que, en un concurso de Danzón, una pareja que bailaba magistralmente, con gracia, simpatía y precisión, fue descalificada porque el caballero danzoneaba con el saco desabotonado y la dama masticaba chicle sin recato y de manera indiscreta.

La palabra chicle proviene del vocablo náhuatl tzictli y se refiere a una goma de masticar que desde tiempos remotos, antes de que llegara a tierras de Tenochtitlán, el sanguinario y perverso Hernán Cortés, usaban los antiguos mexicanos y, que sin pretenderlo, lo aportaron al mundo como algo muy mexicano; ahora, industrializado, se ha extendido por toda la tierra. 

Su enorme fama sólo es comparada con el Tzilli, que era el nombre con que originalmente los naturales, de lo que ahora es México, daban al alimento que todos conocemos como chile. 

La costumbre de mascar chicle considerada buenas para unos y muy desagradable para otros, es un hábito de muchos años arraigado en algunas personas y permanecido en nuestra cultura a pesar de ser repelido por muchos al ser considerada prácticas de mal gusto; y es así como vemos en: oficinas, talleres, centros comerciales, escuelas, transporte público, en la práctica de algunos deportes y hasta en las iglesias, que la gente de todas las edades tiene la costumbre de exhibirse masticando el famoso chicle. 

No es necesario ser experto en proyección de imagen personal ni conocedor de los manuales de urbanidad para entender que el masticar chicle es mal visto por las personas de actitudes y gustos refinados. Imaginemos, todos los que gustamos del Danzón, danzando en un baile de gala, en un distinguido y suntuoso salón, luciendo finos smokings y nuestras damas bellas y hermosas por naturaleza luciendo sus vestidos de noche, deslizándonos, acariciando el piso con los zapatos al compás de las celestiales notas del bello Danzón ”Serenata de Shubert”, pero todos, sin reserva e imprudentemente masticando chicle; creemos que con esa actitud presentaríamos un cuadro verdaderamente desagradable; eso, sería algo así como ponerle sal, limón y salsa picante a un panqué igual que al sabroso y espumoso chocolate caliente. Pero la antiestética actitud no solo se apreciaría por estar en un suntuoso salón o por los atuendos elegantes de los bailadores, la desagradable presentación sería sin duda por la actitud de consumir la goma mascar, que, en cualquier lugar, sea la calle, plaza pública, vecindad o un sencillo salón de baile resta presencia, finura y elegancia en cualquier lugar que estemos. 

A los bailadores profesionales que se exhiben en los teatros y en lugares de buen nivel, nunca los vemos masticar chicles. Tampoco los hombres públicos y mujeres encumbradas en la política o en alguna profesión se ocupan de usar esa goma de mascar que muchos la aceptan de buena manera. Cuando se toca el tema del chicle hay quienes hablan virtudes de él, y es así como escuchamos decir que quita el hambre, calma la ansiedad, controla la tensión, reduce las ganas de fumar, que tiene una acción limpiadora de la dentadura, etc. Otros opinan que masticarlo puede causar severas caries, aparición de úlceras estomacales, desgaste del esmalte de los dientes, provocar gases y acidez, así como irritación intestinal. 

Todo esto que se dice puede ser cierto, pero ese no es el tema a tratar. Lo que deseamos analizar, desde el punto de vista estético, es saber cómo nos vemos masticando chicle. Para proyectar una buena imagen en el baile, trabajo o en la calle, no sólo basta usar ropa que esté acorde con nuestra persona y combinarla adecuadamente, sino que los atuendos deben ser apropiados al lugar donde realizaremos nuestra actividad, cuidando ciertos detalles como la pulcritud y evitando mostrar hábitos que los expertos en imagen sugieren debemos suprimir. Los errores más comunes que cometemos al bailar Danzón, suelen ser el no cerrar bien en los pasos tres, seis, nueve y once; levantar los pies en vez de deslizarlos acariciando el piso, no sonreír, no mirar el rostro de la pareja y no rematar con precisión. 

Estas fallas a veces pasan desapercibidas para el público, pero lo que nunca puede ocultarse para nadie es la molesta y fastidiosa manía de masticar chicle, hábito que en mucho daña la imagen del Danzón. 

La diosa de la danza, Terpsícore, ¿qué nos diría si nos viera masticar chicle? Seguramente reprobaría esta actitud, pero además nos aconsejaría que en vez de adorar a la goma de mascar que en mucho contribuye a que proyectemos una imagen atroz y repulsiva, mejor reverenciáramos y exaltáramos la bien amada figura de su Majestad el Danzón, que mucho nos ayudaría a mejorar nuestra imagen. 

Y la seductora Afrodita, diosa de la belleza y del amor, siempre deseosa de inculcar en los humanos la idea de lo sublime, de la grato y lo hermoso, nunca aceptaría ni asociaría el acto de mascar chicle con la belleza, porque esa actitud rompe la distinguida armonía y tuerce el camino que podría llevarnos a la perfección y consecuentemente a lo notable y al deleite. Como muchas personas durante un largo tiempo busqué la felicidad, la encontré esporádicamente en alguna actividad, pero descubrí que ser bien aceptado por los demás también proporciona satisfacción, placer y dicha. Todo eso conjugado con la práctica del Danzón nos conduce a una felicidad plena e integral. 

La elegancia en el vestir sumada a una seductora y radiante ejecución de un risueño Danzón no debe ser oscurecida por la costumbre de mascar un ordinario y fatídico chicle.

AQUELLAS TARDEADAS DEL SALÓN ATZÍN

 AQUELLAS TARDEADAS DEL SALÓN ATZÍN

Por Luis Pérez “Simpson” 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 178 (Diciembre, 2024

NOTA INTRODUCTORIA: Con motivo del artículo “SALONES DE BAILE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN” de la autoría de la antropóloga, María de Jesús Real García Figueroa, publicado en número 177 de este boletín, me hizo recordar las famosas tardeadas del Salón Atzín. Se que las nuevas generaciones de amantes y practicantes del baile de danzón quizá desconozcan la existencia de este recinto que indiscutiblemente forma parte de la historia del danzón en La Ciudad de México, razón por la cual me es grato reproducir fielmente este artículo de mi autoría, mismo que se publicó en el número 47 del boletín DANZÓN CLUB en enero de 2014, el cual anexo a continuación: 

 Muy gratos recuerdos me traen aquellas Tardeadas del Salón Atzín, plenas de danzón y convivencia de nuestra gran familia Danzonera. El Salón Atzín es un recinto (aún existe, pero no como salón de baile) construido ex profeso para eventos sociales del S.U T G.D.F.y se encuentra dentro de las instalaciones del “Deportivo 18 de Marzo” ubicado en la calle de Habana s/n entre las calles de Ricarte y Montiel en la colonia Tepeyac Insurgentes, delegación Gustavo a Madero, México, D.F. 

Debido al surgimiento del “Boom Danzonero” en México (a mediados de los años 80s) y a la gran visión del maestro Ramón Cedillo, director de la Danzonera Cinco Estrellas, así como de La Big Band, fue que se hizo posible adaptar este salón de eventos en un Salón de Baile, el famoso “Salón Atzín” cuyo lema decía “La Casa del Buen Danzón” cuyas tardeadas los domingos y por algunos años también los miércoles, nos deleitaban con una gran variedad de Danzoneras, orquestas y sonoras. 

Aquellas Tardeadas del Salón Atzín, usualmente comenzaban a las 16:00hrs y finalizaban a las 21:00 hrs., y solamente cuando había eventos especiales o de aniversario, estas comenzaban a las 15:00hrs. y terminaban a las 22:00hrs.

A pesar de no ser propiamente un “Salón de Baile”, su adaptación fue bastante acertada, lo primordial es tener un equilibrio entre el área de pista de baile y el área destinada para mesas, esto es un factor muy importante ya que se le da prioridad al baile. Otra particularidad a destacar es su enorme ventanal que cubre casi la totalidad de la fachada sur, lo cual permitía bailar las dos primeras tandas con luz natural y en ocasiones con el horario de verano hasta tres dejándose filtrar los rayos del sol hasta parte de la pista. 

El piso es de loseta blanca (un poco percudida por el desgaste y el factor tiempo) con juntas no a hueso, digamos que no es lo óptimo para una pista de baile, pero para los que nos gusta el baile, habiendo Danzonera en vivo hasta en piso empedrado “raspamos la suela”. El estrado que cubría todo el lado oriente del salón era suficiente para una sola orquesta por lo que obligaba a hacer intermedios de 20 minutos para el acomodo de atriles e instrumentos de la siguiente orquesta los cuales muy bien se aprovechaban para bailar otros ritmos con música grabada. 


Foto obtenida de internet donde se puede apreciar los enormes ventanales de la fachada sur del Salón Atzín. 

Una gran ventaja de este Salón es que contaba con estacionamiento propio dentro del deportivo justamente a “pie del salón” con un costo total de $10.00 y por si fuera poco, tenía el servicio de transporte gratuito desde la estación del metro “18 de marzo” hasta las puertas del salón y viceversa, claro que la gente agradecida le daba su “propinita” al chofer de este microbús. La antesala al salón, se componía de un hall, un local destinado a guardarropa mismo que también servía de taquilla y para la venta de dulces, botanas, café y hasta las famosas “sopas maruchan”, a los extremos de este multifuncional guardarropa, se encontraban los accesos a los sanitarios. 

Otro elemento con que nos encontrábamos en este hall, era una mesa donde se vendían CD’s, videos, abanicos y en algunas ocasiones hasta guayaberas y vestidos. En la entrada a la sala de baile encontrábamos a dos personas una en cada extremo cuya función era recoger los boletos y custodiar que nadie se colara “de a gratis” así como vigilar que nadie metiera de “contrabando” la clásica “pachita” o “sobaquera” ya que solamente se permitía introducir toda clase de alimentos excepto líquidos, los cuales se vendían dentro del Salón a precios módicos. 

Bueno, terminando con esta “breve” descripción, les diré que fue precisamente el domingo 13 de abril de 2003 cuando se abrieron las puertas del Salón Atzin a la comunidad Danzonera, iniciando con ello las famosas Tardeadas del Salón Atzín, “La casa del buen danzón”. Este evento histórico dio comienzo, según programa a las 16:30 hrs y terminando a las 21:30 hrs., amenizando con la Danzonera Cinco Estrellas, del maestro Ramón Cedillo, La Danzonera Yucatán de Pablo Tapia y Ramón Cedillo y su Big Band (De hecho, La Big Band eran los mismos músicos de la Danzonera Cinco Estrellas pero tocando música de las Grandes Bandas), el costo de admisión fue de $30.00 por persona y $20.00 para adultos mayores. 

Así fue el comienzo de la era “Atzín” en donde gracias a su variedad de programación, se presentaron todas las Danzoneras del Distrito Federal, así como La Playa de Paso de Ovejas, Ver. Por mucho tiempo la programación consistió en dos danzoneras, es decir 100% danzón en vivo y en ocasiones aisladas una Danzonera y una Sonora o grupo versátil, pero eso sí, lo que nunca faltó fue el Danzón. 

Otro aspecto común con otros salones de baile era el de ofrecer clases de baile de salón una hora antes del comienzo del baile, estas clases eran gratuitas en la compra del boleto para el baile.Las clases de baile tuvieron dos épocas la primera impartida por el maestro Jesús Ubilla “ El Gato y la segunda, clases de danzón impartidas por los excelentes profesores, Miguel Ángel Vázquez y Alicia López, directores de la insuperable Academia Tezozomoc . 

Aparte de las Tardeadas, había bailes especiales con diferentes motivos como. “El Gran Baile de la Primavera”, “El ,Gran Baile del amor y la Amistad”, “El “Gran Baile homenaje a Las Madres”, El Gran Festival Del Adulto Mayor”, “El gran Festival Santa Cecilia”, “El Festival Septembrino” , “El Cañonazo Musical Recordando al Pachuco de México”, “El Festival de Son y Danzón”, “El Festival de
Pachucos y Rumberas Elegantes” , también se llevó a cabo un Concurso entre Danzoneras titulado “Los Danzones de Terrón” y por supuesto, lo más importante, no podían faltar los grandes “Bailes de Aniversario del Salón Atzín” 

El Salón Atzín, tuvo cuatro etapas, es decir lo manejaron cuatro administraciones o promotores, la primera como ya lo dijimos estuvo a cargo del maestro Ramón Cedillo, director de la Danzonera Cinco Estrellas” y de “La Big Band” cuyo periodo fue de abril de 2003 a octubre de 2005, la segunda etapa tuvo como promotor al maestro Abel Orozco, director de “La Danzonera Mocambo”, cuyo periodo fue de noviembre de 2005 a octubre de 2009, en cuanto a la tercera administración, esta tuvo como promotor a la Zapatería “Shibata” en un periodo de noviembre de 2009 a noviembre del 2010 Por último la cuarta etapa que a pesar de haber tenido un periodo efímero fue un gran y valiente esfuerzo por rescatar a “La casa del buen Danzón”, esta última administración la promotora fue la Lic. Elizabeth Lugo quien realizó cuatro bailes uno a finales del mes de marzo y tres en el mes de abril de 2011, justamente en el baile del domingo 17 de abril anunciaron tristemente la terminación de las Grandes Tardeadas Danzoneras por razones de incosteabilidad. 

DANZÓN CLUB, hace un merecido reconocimiento a estos promotores por su loable labor en pro del Danzón y no pierdo la esperanza del regreso de Las Tardeadas Danzoneras del Salón Atzín, que sin duda jugaron un papel muy importante en el resurgimiento del Danzón en la Ciudad de México y, a la vez sirvieron como “punta de lanza” de nuevas Danzoneras.

¿QUÉ SERÁ EN SAN MIGUEL DE ALLENDE?

 ¿QUÉ SERÁ EN SAN MIGUEL DE ALLENDE? 

Por Leonardo Rosen, “El Brujo del Danzón” 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 178 (Diciembre, 2024)


Aquí en San Miguel de Allende, GTO., celebramos en julio de 2024 en el Jardín Principal el 16 aniversario de "El Danzón y Otros Ritmos Bailables con el Club de Danzón Mercerina". 

La Orquesta Marimba Tono 13, que ha estado con nosotros desde 2008, tocó ante un público muy grande. El evento tuvo tremendo éxito, mis compañeros y colegas en este proyecto nos sentimos muy felices de haber llegado tan lejos, porque nuestro evento se ha convertido en una especie de tradición en esta ciudad. Tristemente, el gobierno lo suspendió, y ahora en noviembre de 2024, seguimos bajo esta lamentable situación. 

Recientemente, nuestro gobierno municipal nombró un nuevo director de Cultura y Tradiciones. Yo había trabajado con él hace muchos años cuando ocupó ese puesto en una administración anterior. A finales de octubre de este año le pedí una cita y tuvimos una reunión muy cordial y profes
ional. Me pidió una propuesta por escrito para la reanudación de nuestro evento, y se la envié, también dijo que pensaba en presentar un evento con nosotros en diciembre de 2024. Mis compañeros y yo, voluntarios en este evento de entrada gratuita, esperamos una respuesta, ya que estamos en la segunda mitad de noviembre. Ojalá que nuestras autoridades reanuden estos eventos culturales, de lo contrario, será una gran decepción, pero todo tiene su final. 

Si el gobierno municipal no quiere apoyar este evento, ¿Qué debemos hacer? Podríamos rendirnos y consignar "El Danzón y Otros Ritmos Bailables" a la historia. Si el gobierno no aprueba el presupuesto para pagar la música en vivo, podríamos pedir la reanudación del evento con la música grabada, con el equipo de sonido y el apoyo técnico del gobierno. La tercera opción sería presentarlo en un centro cultural no gubernamental, tal y como lo tuvimos que hacer años atrás. 

Ahora, les cuento algo muy personal, ya tengo 83 años de edad y no tengo la misma energía que tenía para esforzarme y lidiar con todo esto. Ojalá que mis compañeros tomen las riendas de este proyecto cuando yo no pueda más. Gracias a Dios, estoy de buena salud por mi edad, pero todo tiene su límite. Nunca me he considerado indispensable, sin embargo, debo trabajar ahora para asegurar la continuidad de "El Danzón y Otros Ritmos Bailables". Mis principales colegas en esto son Omar Llamas y Rosío Vargas, directores del grupo de danzón del CEDECOM, un centro comunitario gubernamental. Les agradezco su lealtad por muchos años, sobre todo, le agradezco a mi querida doctora Claudia Llanas su amor y su apoyo moral. Todos los días, muchas personas aquí me preguntan para cuándo estos eventos bailables se van a reanudar y por el momento no les tengo una respuesta. No saben, ni deben saber, todo el esfuerzo necesario para llevar a cabo un proyecto de este tipo. Sólo queremos que la gente se divierta mucho bailando el danzón y los otros ritmos en el hermoso Jardín Principal de San Miguel de Allende, GTO, Patrimonio Cultural de la Humanidad (UNESCO). Escribo este artículo no sólo para expresar mi decepción, sino porque pienso que el baile social es una actividad muy importante para nuestra salud emocional. Cuando movemos el cuerpo siguiendo el ritmo de la música, expresamos sentimientos para los cuales no hay palabras. Además, el baile social en pareja es una comunicación no verbal muy especial entre dos personas que da un entendimiento mutuo más allá de palabras. Cuando empezamos este proyecto hace 16 años, yo sólo quería compartir mi amor del baile social con todo el pueblo de San Miguel de Allende sin fines de lucro, totalmente gratuito para el público asistente. En mi publicidad para “El Danzón y Otros Ritmos Bailables”, siempre le digo a nuestro público, muy leal por tantos años, ¡” Ustedes son las estrellas de este show!"! Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

ANICETO DÍAZ Y EL DANZONETE Entrega número 1

 ANICETO DÍAZ Y EL DANZONETE 

Entrega número 1 

Por Dr. Jorge De León Rivera, Cronista del Danzón 

Extracto del Boletín Danzón Club No. 178  (Diciembre, 2024)


Custodia mi biblioteca cinco libros sobre Aniceto y su magistral composición “El Danzonete”, considero superior el escrito por María Victoria Oliver Luis, titulado “Matanzas de la contradanza al Danzonete”, en él me he de basar para los próximos artículos. 

Abro hilo, dando el currículum de tal importante musicóloga: Profesora e instrumentista. Graduada en la Escuela Nacional de Arte. Licenciada en Educación Artística y Doctora en Ciencias Pedagógicas. Es autora del libro José White, Ediciones Vigía (2005). Publicaciones suyas han aparecido en revistas cubanas y extranjeras como Clave, Matanzas y Teatro. 

Actualmente labora como profesora en la Escuela Profesional de Música de Matanzas. Le han sido otorgados premios y distinciones como la Mención Musicología de Casa de las Américas, 1996, el Premio de Investigación Juan Marinello, 2003; la Medalla Rafael María de Mendive y la Distinción por la Educación Cubana. 

El creador del danzonete nació en la ciudad de Matanzas el 17 de abril de 1887. Como en Failde, en él se verifican las características que definen el perfil del músico mestizo de la época. Con diez años de edad ya ayudaba a cargar los instrumentos de una orquesta, al tiempo que aprendía el oficio de sastre y estudiaba solfeo y teoría con un tío, bombardino de la banda matancera. 

Con posterioridad estudió el figle con Eduardo Betancourt, instrumentista de la Orquesta de Miguel Failde. Para 1902 sustituyó a su maestro en la agrupación del creador de Las Alturas de Simpson, donde permaneció por varios años y se nutrió de la savia de los mejores danzoneros. Además, estudió flauta y piano. En la primera década del siglo se hizo popular como intérprete de flauta, y empezó a cosechar triunfos como instrumentista y compositor. 

En 1914 Aniceto Diaz crea su propia orquesta de tipo charanga, y en el mes de mayo se presentan en los salones del Liceo Artístico de Matanzas. En 1929, según testimonio del pianista de la orquesta de Aniceto, Luis Carballo, la misma estaba integrada por: Domingo Becerra (timbal), Aniceto Díaz Jr. (güiro), José Claro Fumero (trombonista y compositor que posteriormente pasaría a la Lira Matancera), Juan de Armas (primer violín), Enrique Mira (segundo violín), Pedro Diez (contrabajo), Arturo Aguiló (cantante), René Oliva (trompeta)y Aniceto Díaz (director y flauta). 

Con posterioridad se reestructuraría y se incorporarían otros nombres como Gustavo Lamothe, Félix Luis Arias, Rubén Vázquez y Chacho Prado. Bajo este formato instrumental estrenaría el danzonete. 

Orquesta de Aniceto Díaz 

Del período anterior a la creación del danzonete, y de acuerdo con los fondos examinados en la ciudad de Matanzas, se ha podido identificar un número de obras compuestas por Aniceto, fundamentalmente danzones, como: El chiflido, Yattey, La Pulga, A la voz de fuego, La niña de los besos, El Tranvía, El teléfono a larga distancia, Los jóvenes del estilo, Arroyo Arenas y Me dijiste luego; de las cuales solamente queda en existencia una particella para flauta de El tranvía, en el archivo de la Banda de Conciertos de Matanzas. 

Luis Carballo relaciona las siguientes composiciones como pertenecientes a esta época: Entre los primeros danzones escritos por Aniceto entre los años 1915-1918, se encuentran los titulados Magistrales, Loca fortuna, Bellamar Champion, El Rey Moro, Al compás de los timbales, Candela Viva, y Ruiseñor [...] Otros muy populares de este autor fueron El teléfono a larga distancia (1919), Los jóvenes del estilo (1920) y Arroyo Arenas (1926) [...] En el año 1927 escribe los titulados El mismo diablo, Ojo zapatero, y Hersey, que fueron muy bien acogidos por el público bailador [...] en el 1928 produce el popularísimo son titulado No se acaba la melena, así como los danzones Alma y Vida y Volaba Elefante. 

No obstante, en los fondos de las instituciones provinciales, así como en los catálogos revisados, no aparecen los danzones Magistrales, Bellamar Champion, El Rey Moro, Ojo zapatero, Hersey y Volaba Elefante; que son referidos solamente en el testimonio de Carballo. Lo anterior no contradice que el músico también exhibiera en esta primera etapa de composición obras soneras, como La mujer Mariposa, un son datado el 27 de septiembre de 1927, es decir, con fecha preliminar a la aparición del danzonete. 

El estudio del catálogo de obras de Aniceto Diaz previas a la creación de Rompiendo la Rutina (1929), evidencia que, aunque su predilección por el danzón fue manifiesta, no pudo sustraerse a la influencia que ejercía en aquel tiempo el son, de ahí que también aparezcan composiciones pertenecientes a dicho género. El dominio que le facilitara como creador el componer tanto danzones como sones, posibilita entender, desde lo conceptual musical, el posterior aporte del danzonete. 

En los archivos del Departamento de Documentación, Información e Investigación, del otrora Centro Provincial de la Música, fueron examinados dos documentos que permiten comprender en qué condiciones surgió el danzonete. Uno de ellos, fechado el 15 de junio de 1980, se refiere a la entrega hecha por Jesús Nualart de valiosa información relativa a los carnavales del poblado de Alacranes en 1928.0 En él se lee: 

La directiva del Casino Español de Alacranes. Teniendo como presidente a Rafael Nualart, por aquel entonces, deciden contratar la orquesta del prestigioso músico matancero Aniceto Díaz para amenizar el baile donde se haría la presentación de la Reina del Carnaval y sus damas de honor. Baile que habría de efectuarse el día 19 de febrero de 1928 [...]. Aunque no era usual por aquellos tiempos el contratar dos agrupaciones musicales para un baile, se hizo una excepción debido a las características de dicho baile, se contrató una agrupación de la localidad llamada El Botón Rojo, fundada en 1924, cuyos integrantes eran: Cantante, trompeta, director Mario Vasconcelo Contrabajo Alberto Vasconcelo. Maracas y cantante Pablo Vasconcelo Trecero Timoteo Tejera Guitarra Vicente Martínez Flauta Neito Clave y cantante Pedro Valladares Bongoes Eugenio Puey (Boloña)

Eugenio Puey, el bongosero de la agrupación, ofreció testimonio que se incluye en el referido documento. Tenía aproximadamente 70 años de edad en la época en que divulgó su relato, y era vecino de coronel Álvarez s/n, en Alacranes. Según recuerda: [...] cuando el grupo El Botón Rojo tocaba se colmaba de bailadores el salón no siendo así cuando actuaba la orquesta. Motivo este que dio lugar a que Aniceto expresara la necesidad de crear algo nuevo que llegara a los bailadores. 

Por todos estos datos y elementos antes expuestos es que entendemos que los primeros pasos o compases del danzonete se dieron o se iniciaron en el Casino Español de Alacranes en el baile del 19 de febrero de 1928.4 

El otro escrito al que nos referimos está firmado por el pianista Luis Carballo, que como se ha dicho era miembro de la orquesta de Aniceto Díaz, el cual expresa: [...] y según el propio Aniceto, tuvo que pasar por un momento de suprema angustia, cuando en un baile que él iba a tocar con su orquesta en Alacranes pudo comprobar que el danzón estaba agonizando y entonces según sus palabras concibió la idea del Danzonete [...] según el testimonio que obra en mi poder con respecto al baile de Alacranes debo decirte, que el Sexteto en cuestión fue el Sexteto Habanero y fue en el mes de mayo de 1929, pues para ese baile los organizadores también habían contratado al Sexteto Habanero, que en La Habana estaba causando furor entre los bailadores. Ambas fuentes, aunque difieren en algunos aspectos, coinciden en la descripción del momento en que Aniceto Diaz, apremiado por las circunstancias -ante el auge del son y el decrecimiento por el gusto del danzón, se vio impelido a buscar una forma de recreación del género. 

Lo lograría al introducir texto en la pieza bailable, propiciando de este modo una reacción positiva en los bailadores. Esta valiosa información permite deducir que los primeros danzonetes pudieron haberse interpretado desde el año 1928, y aunque no se ha podido corroborar este hecho en otras referencias matanceras de la época, no sería desacertado considerar que el proceso de desarrollo de la nueva variante genérica hubo de pasar por una fase de consolidación previa a su estreno definitivo en sociedad, ocurrido en 1929. 

Dicha evolución seria parecida a la experimentada por el danzón en su momento, por supuesto que en un contexto diferente. Lo incuestionable es que existió la necesidad de concebir un baile que, partiendo del danzón como base, tendiera hacia una concepción musical diferente, que fuera más aceptada dentro de los cánones en que se movía la música bailable de la época. Al parecer, su primera expresión cristalizó en el bailable del pueblo de Alacranes.

INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

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