Por Enrique Guerrero
“Aspirante Eterno”
(Extracto del Boletín "Danzón Club" No. 36, Febrero, 2013)
Saludos
amigos danzoneros
Este tema espinoso y patético, es bastante
generalizado entre los grupos danzoneros, ya que intervienen en su aparición,
criterios muy subjetivos, en donde la percepción mental de quienes se retiran
de un grupo para participar en otro, hacen aparecer en su inconsciente el
fenómeno de DISONANCIA COGNITIVA que
según la psicología es un mecanismo de defensa mental del ser humano para
justificar un acto de deslealtad hacia una comunidad o el hecho de hacer una
acción inmoral que hagan sentir una caída en su autoestima, según me explicó
una psicóloga de la U. A. Q. La
deserción de parejas bailadoras de un grupo para integrarse a otro, al que
conocemos como “piratería”, en lo particular lo considero, que es una simple
acción de cambio que la naturaleza humana nos pide, ya que constantemente
estamos en busca de nuevos criterios, diferentes perspectivas de un mismo tema,
en este caso el de bailar, sentir y escuchar Danzón, o también puede ser la de
salir de la rutina o dejar la monotonía en que se siente sumergido en la
cotidianeidad que siente existía en el grupo en donde participó, en fin que son un cúmulo de
actitudes infinitas a los que recurre que le permitan justificar su acción a
quien sufre el síndrome de Disonancia para no dañar su percepción de moralidad
propia. Esto es tan natural y muy similar a la migración de personas de un país
a otro, que abandonan sus raíces, su familia, su cultura y una enorme cantidad
de condiciones que le han forjado su identidad, sin embargo las necesidades de
un cambio le hacen minimizar todo ello para encontrar las condiciones que
satisfice sus deseos.
Para cualquier director de grupo, el que
una sola pareja le abandone para
participar en otro, es una tragedia, caen en un acto de desagarrarse las
vestiduras y de inmediato se hacen juicios acerca de la mínima ética de esas
parejas, de lo inmoral de la acción, de la deslealtad de sus personas, y por
supuesto lastima el que lo que creímos una relación de amistad muy cercana a la
familiaridad que se había creado con el tiempo en donde se compartieron favores
los desechen, sin embargo, nunca nos preguntamos acerca de las verdaderas
causas que le hicieron tomar esa determinación, no hacemos una introspectiva de
cuanto cooperamos para que lo hicieran, además no aceptamos que esto de
participar bailando en un grupo no es un contrato inalienable, y que su
estancia en él, solo es un simple acto de entretenimiento, de terapia para
romper con la rutina de la vida y que la participación de las parejas es
totalmente consensual, sin cimientos familiares, sin ninguna obligación ni
jurídica ni moral.
Este fenómeno de migración es un acto
normal de la naturaleza de los seres vivos, y solamente entre los humanos lo
consideramos como un hecho de DESLEALTAD, ya que tenemos una fuerte necesidad
de PERTENENCIA, y por la misma cuestión gregaria que es inherente a nuestra
misma naturaleza, más si lo analizamos serenamente no tiene porqué perturbarnos
éste hecho a quienes estamos al frente de un grupo de baile ya que muchos
habremos hecho lo mismo antes de iniciar nuestra propia agrupación y que
pensamos que cuando tuvimos los suficientes elementos y conocimientos para
enseñar a otros a bailar, aunque sea imitando lo que se nos enseñó en el grupo
en donde nos iniciamos, sentimos que podemos ser “maestros”, algunos buscando
mayores conocimientos de la música que de manera tan especial tiene el
Danzón que lo hace un generador de
pasiones tormentosas.
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