BIENVENIDOS A SU DANZOTECA 5

Su amigo, Ing. Javier Rivera (Danzonero X), les da una cordial bienvenida a este nuevo espacio alternativo donde pondré el historial de documentos, textos y materiales relacionados con el danzón y sus circunstancias. Cualquier aportación será bien recibida.

jueves, 6 de noviembre de 2025

EL BOLETÍN DANZÓN CLUB CUMPLIÓ 16 AÑOS

 EL BOLETÍN DANZÓN CLUB CUMPLIÓ 16 AÑOS

El boletín DANZÓN CLUB nació hace 16 años, justamente en el mes de octubre de 2009, mes en que se publicó el primer número de manera impresa, el cual, se distribuía de manera personal en salones de baile y plazas públicas donde se bailaba danzón. Posteriormente y a partir del número 12, en noviembre de 2009 esta publicación se empezó a enviar en formato digital vía correo electrónico.

Durante estos 16 años ininterrumpidos, esta publicación mensual se ha elaborado sin fines de lucro, solo por puro amor al danzón y demás bailes de salón, es por esto que no aparecen patrocinadores, ni contamos con apoyo gubernamental, ni pedimos cuotas por anunciar eventos, clases, talleres que nos solicitan nuestros amigos lectores.

En este boletín DANZÓN CLUB, siempre se ha respetado la pluralidad de opiniones de nuestros colaboradores y estamos siempre con las puertas abiertas para todo aquel que le interese expresar sus ideas, propuestas, eventos, talleres de baile, etc.

Algo importante, esta publicación no tiene estructura piramidal, es decir no hay director, subdirector, etc., todos somos colaboradores a un mismo nivel, el nivel de la amistad, camaradería y gusto por este sublime y cadencioso ritmo.

Agradecemos a nuestros lectores sus reconocimientos y comentarios al contenido del boletín DANZÓN CLUB, mismos que nos motivan a seguir en esta cruzada en pro del danzón y demás bailes de salón.


BOLETIN DANZON CLUB. Publicación mensual sobre la Cultura del Danzón y Baile de Salón. Colaboradores: Paco Rico (QEPD), Luis Pérez, Enrique Guerrero R., Javier Rivera, Alejandro Cornejo M., Julián Velasco Ubilla, Leonardo Rosen, Ysela Vistel, Jorge de León y Javier García Sotelo.

E. Mail: danzon_club@yahoo.com.mx ó danzon_club@hotmail.com

DILE AL DANZÓN… - Poema

 DILE AL DANZÓN…

Por Alejandro Cornejo Mérida

Extracto del Boletín Danzón Club No. 189 (Noviembre, 2025)


Dile al danzón que es dulce y encantador,

que te despierta un sentimiento de felicidad,

que lo persigues porque es tu majestad;

pero dile también, que te deje un espacio

para atender a quien te ama

porque igual que él, tu presencia la reclama.


Dile al estribillo que lo escuchas con atención

porque así te lo ordena el corazón,

que el deseo te apremia para bailar

iniciándose así el sacro ritual

de un danzar colmado de emoción,

y que sus notas musicales indican

el momento en que debes iniciar.


Dile a la melodía que su dulzura

es perfección, ejemplo de belleza pura,

frenesí con esencias de rococó,

fraguado con néctar de diáfano extravío

que inspira la creación de un romántico rondó,

engalanado con pétalos y gotas de rocío.


Dile al montuno que su ritmo alborozado,

coloso torbellino hecho de pasión,

convierte a mi acicateado corazón

en un ente volcánico y desquiciado

que a través de su semblante alegre,

me asocia al danzón acordonado.


Dile a la trompeta de Silverio que su tañido

es de un fino canto que conmueve y enternece,

que su magia fomenta el amor risueño

invitando a transitar por el zarco cielo,

cristalizando así el endulzado anhelo

de viajar en el carruaje del ensueño.


Dile a los timbales de mi amigo Polo

que su loable y sonora percusión,

fuertes mensajes llenos de alegría,

arropan de belleza la adorada sinfonía

y al ritmo centenario del danzón

lo convierte en delirante fantasía.


Diles a los encuentros de danzón

que sus coqueteos infalibles te dominan

y que su brillar nunca, nunca se opaca;

gustosa danzarás en Monterrey, Acapulco,

Guanajuato, Veracruz y Oaxaca;

porque bailar es un ritual que se goza

y por ello, te verán en Puebla, Chiapas,

Guadalajara, Tehuacán, y Ciudad Mendoza.


Dile a tu alegre danzón barroco

que sus recuerdos son tatuajes en el alma

que también viven en mí y me tienen loco.

Amor, ternura y alegría en amalgama.


Evocación de una liturgia de radiante fantasía

que enaltece tu espíritu de diva celestial;

porque al danzar lo real se vuelve alegoría

y tu belleza se convierte en manantial

que alimenta y da sabor a mi vida.

con sólo contemplar tu gallardía.


Quiero que con un canto acompasado

le digas a tu danzón floreado,

ése que forma parte de tu ser,

que lo llevas en la sangre y en la piel

como emblema de tu único placer

emanado de un ritmo coronado con laurel.


Dile a tu clásico danzón que lo anhelas,

que su compás lo vives en alucinante pasión;

pero dile sin temor, que mi amor vale mucho;

porque no nació de la vista, nació del corazón;

y bailando contigo y clavado en tu mirar,

abrevo tus encantos que me he ganado

con un cariño que es tan grande como el mar.


Dile al danzón que es dulce y encantador,

que te despierta un sentimiento de felicidad,

que lo persigues porque es tu majestad;

pero dile también, que te deje un espacio

para que puedas atender a quien te ama

porque igual que él, tu presencia la reclama.

EL BAILE SOCIAL

 EL BAILE SOCIAL

Por Luis Pérez “Simpson”

Extracto del Boletín Danzón Club No. 189 (Noviembre, 2025)

Antigua foto de un baile social. Cortesía del Dr. Jorge de León R.

Los orígenes del baile social los encontramos en diversas expresiones rítmicas del ser humano prehistórico, desde aquellos remotos tiempos, la danza se integró como herramienta de lenguaje en la vida de los seres humanos, teniendo un fin social, evidenciando el poder de comunicarse en un lenguaje universal. Con el tiempo se vino transformando en danzas folclóricas y cortesanas, después en el siglo XX aparecieron los bailes sociales y los salones de baile lo que trajo consigo la “democratización” del baile.

Según una teoría del profesor István Winkler, “los seres humanos tenemos una capacidad innata a los estímulos musicales, por lo que somos capaces de reaccionar ante una música que nos agrada de manera motriz” y, es cuando uno comienza a bailar o mover la cabeza.

El baile social tiene como objetivo primordial la participación, la socialización como una forma de conocer gente, el disfrute en compañía, además que se da el fenómeno de la interacción que implica la aplicación de pasos con diferentes compañeros aumentando la capacidad de adaptación y colaboración con otros, mejorar las habilidades del baile, conocer gente nueva. Principalmente, tienen la característica de ser bailes fáciles de aprender y accesibles para gente de todas las edades.

Además sirven para entretenerse y socializar, aunque también se manifiestan en actividades competitivas o ceremoniales como en ciertas danzas folclóricas. La mayoría de los bailes sociales se bailan en pareja, pero, también se tienen versiones en círculo o en línea.

Profundizando aún más en el concepto, podemos decir que tiene una razón socio-educativa con una orientación comunitaria, inclusiva, educativa y beneficiosa para la salud. Abarca lo didáctico y técnicas de danza donde se aplica el Movimiento Somático, la improvisación y el contacto entre otras técnicas.

Hay que entender que el baile social es una disciplina internacional sin barreras para razas, sexo o edad disfrutando de todo lo que creamos mientras bailamos con otras personas.

Es muy importante tener en cuenta que los bailes de exhibición no son considerados como baile social

Como ejemplos de baile o danza social tenemos los más solicitados en las escuelas de baile (europeas y americanas) y los que más se bailan en clubs de baile, salones de baile, plazas públicas y fiestas.

El vals, la polca, el flamenco, el pasodoble el tango, el foxtrot, la rumba, el bolero, el jive, el danzón, el chachachá, el mambo, la salsa, la cumbia, la bachata, el swing, el rock and rol, Lindy Hop, las danzas folklóricas y rituales de diversas culturas.

Dentro de la gama del baile social, los llamados bailes de salón son los que tienen mayor demanda en las academias de baile y tienen la particularidad de que son conocidos internacionalmente.

Sin temor a equivocarse, quizá es hoy en día La Salsa es el baile social más famoso en todo el mundo, teniendo numerosos clubs de salsa por el “planeta”, donde sus apasionados aficionados lo pueden disfrutar ya sea con pasos básicos y con el tiempo ir agregando figuras de más complejidad. Después de todo, cada bailarín tiene su estilo propio y su manera de expresarlo

Lamentablemente el danzón solo se baila generalmente en su país de origen, Cuba y en México por lo que, es prácticamente desconocido en el resto del mundo.

Obviamente bailar trae beneficios a la salud como, reducir el estrés, la ansiedad, mejora el ritmo cardiaco, mejora la destreza motora, aumenta la flexibilidad y la movilidad, fomenta el trabajo en equipo, el bienestar personal, muy bueno para conservar la salud mental, en sí, ayuda mucho a mejorar la calidad de vida.

Finalmente, algo que es necesario puntualizar, es la diferencia entre baile social y baile popular, términos que frecuentemente se utilizan de manera intercambiable, pero, suelen tener significados diferentes

Como ya se dijo, el baile social involucra cualquier tipo de baile que se manifiesta en un entorno social como fiestas, casas, salones de baile, al aire libre, en reuniones o eventos y se enfoca a la interacción social, así como a la diversión.

El baile popular se refiere a un estilo de baile que es ampliamente conocido y practicado por el público en general, el cual, va asociado con la cultura popular y a la moda. Un ejemplo en México es la cumbia que desde que llegó a este país se posicionó como el baile más popular por excelencia.

Bibliografía:

“La Danza y Las Relaciones Sociales” de Stardanze

"Historia del ballet y la danza moderna" de Ana Abad Carlés.

“Los bailes-sociales-mas-famosos” de dancemotion.es

"La vida y la danza" de Víctor Ullate.

“El Placer de Bailar” de Jacobo Bergareche.

DANZÓN Y MÁS DANZÓN

 DANZÓN Y MÁS DANZÓN

Por Dr. Jorge de León Rivera, Cronista del Danzón

Extracto del Boletín Danzón Club No. 189 (Noviembre, 2025)

En 1667, el reino de España cedió a Francia el tercio oeste de la Isla de Santo Domingo que hoy se conoce como Haití. Al trasladarse los franceses a la isla, lleva ron consigo sus bailes de salón: minuetos, gavotas, rigodones y contradanzas. La contradanza causó furor entre los negros y mulatos de la isla, quienes la adoptaron con entusiasmo y la fueron enriqueciendo con su particular concepción rítmica.

Casi un siglo después, en 1791 se desató en Haití una general y sangrienta insurrección de esclavos. Empavorecida, la población francesa emigro hacia Cuba o Nueva Orleans acompañada de una buena cantidad de sirvientes y esclavos negros. Después de esta forzosa migración, la contradanza se popularizó en Matanzas, Cuba, aun en contra de la recoleta sociedad de origen hispano, nuevamente fue expropiada por negros y mulatos, adaptándole el rítmico cinquillo y otro muestrario de percusiones. Esta nueva transformación de la contradanza francesa dio origen a la contradanza cubana, la habanera y la danza. La contra danza cubana fue cultivada por todos los compositores criollos del siglo XIX y de sus derivados surgió toda una familia de formas: de la contradanza en seis por ocho nacieron la clave, la criolla y la guajira. De la contradanza de dos cuartos nacieron la danza, la habanera y el danzón.

Uno de los primeros cautivadores del danzón fue el matancero Miguel Failde, autor de un sabroso y popular danzón titulado “Por nuestra parte sin novedad”, que hacía burla de las partes de guerra del ejército español en su lucha contra los mambises. Alejo Carpentier, en su libro sobre “La Música en Cuba”, niega a Miguel de Failde el título de creador del danzón y se lo otorga a Manuel Saumell apoyándose en la existencia de una contradanza titulada “La Tedezco”, en la cual encontró toda la estructura del danzón que surgiría más tarde.

El danzón que más de cien años después continuaría en plena vigencia admitió en su evolución todo tipo de elementos. En sus inicios fue una forma popular que sólo practicaban los negros, mulatos y mestizos, aunque finalmente fue adoptada por la sociedad criolla de Matanzas, de donde pasó a La Habana. A finales de siglo, el ritmo contagioso del danzón ejercía una influencia tan incontrastable en todas las clases sociales de la isla que llegó a ser considerado por propios y extraños como el baile nacional de Cuba.

El primitivo danzón tenía una introducción de ocho compases; en la segunda parte, o parte de clarinete solista, usaba el típico “cinquillo” cubano, la parte obligada del clarinete fue también parte obligada del cornetín o el trombón virtuosos. De inmediato retornaba la introducción y se pasaba a una parte melódica de violín. A principios de siglo el danzón adoptó un nuevo añadido surgido del son: el sabroso “montuno”, para añadir al final un ritmo más ágil que hiciese las veces de coda. Así es como se escucha el danzón en la actualidad.

Según relata Carpentier, durante cerca de 40 años no hubo acontecimiento que dejara de ser celebrado con un danzón. Los nombres de estos danzones conmemorativos recuerdan sucesos de la historia local e internacional: “El triunfo de la conjunción”, “Martí no debió morir”, “La toma de Varsovia”, “Aliados y alemanes”, etc.

BIBLIOGRAFÍA:

• Carpentier Alejo. La Música en Cuba.

• Moreno Rivas Yolanda. Historia ilustrada de la música popular mexicana.

EL DANZÓN QUE NATALIA NO BAILÓ

EL DANZÓN QUE NATALIA NO BAILÓ

Por Alejandro Cornejo Mérida

Extracto del Boletín Danzón Club No. 188 (Octubre, 2025)

Anselmo fue mi amigo desde que estudiábamos en la preparatoria. Cultivamos una gran amistad y debido a eso compartimos experiencias estudiantiles y otras más que se viven en esa etapa de la vida. La confianza y el compañerismo fue siempre de respeto y solidaridad y eso ocasionó que por algún tiempo compartiéramos la vivienda siendo cuando éramos estudiantes. Esta situación, y a través de pláticas, me permitió conocer su origen zapoteco y parte de su familia que sólo la integraban sus padres y una hermana de nombre Natalia de trece años cumplidos, de quien manifestó que la quería mucho y esperaba, en un tiempo no lejano, ayudarla económicamente para que estudiara, por lo menos una carrera corta. Cuando comentó esto, nunca imaginó lo que ocurriría con su hermana de quien expresaba maravillas y decía que era una chica con sólidos valores que sus padres le habían inculcado como amor por la familia, el respeto para todos en especial a los ancianos, solidaridad familiar, honestidad, tolerancia, amor al trabajo y responsabilidad.

Todo esto ocurría pocos años antes de que terminara el siglo XX. Sí, fue la época en que nos gobernaba el nefasto de los nefastos presidentes que hemos tenido, el que endeudó a la Nación a través del Fobaproa.

En esa época yo era seguidor apasionado del atrapador ritmo del danzón e invité a mi amigo a un evento de ese maravilloso baile en el que hubo exhibiciones mágicas de ese danzar que cautiva; después de esa muestra se dio lugar al baile de gala en el que mi compañero invitado me vio bailar, y aunque yo no era experto, me comentó que lo hacía muy bien. Asimismo, expresó que las coreografías vistas en la exhibición habían estado de lujo, tan esplendorosas, que las disfrutó y deleitó ampliamente.

Un año después, mi entrañable camarada me comentó que su hermanita Natalia estaba próxima a cumplir sus XV años y era costumbre, en su nativa región istmeña, hacer esos festejos en grande en los que abundan variadas comidas, músicas, cervezas y rico mezcal. Debido a la proximidad del especial cumpleaños me pidió que llegada la magna fecha, lo acompañara a su tierra con días de anticipación para que a su hermanita le enseñara pasos básicos y con ellos diéramos una exhibición en su especial fiesta, a lo que yo acepté sin titubeos por ser una amistad que apreciaba bastante.

Los céfiros corrieron veloces y se llevaron rápido las semanas y los meses y cuando faltaban como quince o veinte días antes del referido cumpleaños, pregunté a mi amigo Anselmo que cuándo haríamos el viaje. Su respuesta fue el silencio, su rostro reflejaba tristeza y desánimo. Seguro que algo ocurría en él, porque hay casos en que las penas, las angustias y el desconsuelo no se pueden ocultar. Se notaba que su duelo era grande, tanto que había necesidad de superarlo.

— ¿Te sucede algo amigo? —pregunté.

No contestó al momento como suele suceder. Continuaba con su rostro apesadumbrado. Fijó sus ojos en mí, y fue el instante en que insistí.

— Si tienes un problema dímelo y ojalá pueda ayudarte en algo.

— Siempre no iremos a mi tierra; algo inesperado pasó con mi querida hermanita —me dijo.

— ¿Qué ocurrió? ¿Puedo saberlo?

— Pues que la pinche chamaca, estúpida ya se entregó con el novio y por eso no habrá fiesta.

— ¡No me digas eso! Yo que ya había seleccionado un hermoso danzón y además elegido unos bonitos pasos, entradas y remates para que ella se luciera. No puedo creer lo que ha ocurrido. Qué mala cabeza la de esa muchacha. Es una tristeza que se haya dejado seducir, que no haya sido capaz de dominar sus emociones.

Ya sin que se le pidiera, Anselmo decidió contar cómo ocurrieron los hechos:

Mi papá le pidió a Natalia que fuera a la tierra de labor y cortara unos elotes para que mi mamá hiciera unos tamales para la cena. Ya en el camino hacia la milpa, se encontró con su novio Pantaleón, relación que habían mantenido en secreto, y quien se ofreció a acompañarla para realizar esa tarea. Ya estando en el lugar de los elotes empezó a acariciarla y la convenció de que le diera una muestra de su cariño, prometiéndole que cuando ya fueran mayores de edad se casarían con todas las de la ley. Esto lo platicó ella después de ese acontecimiento.

Para mala suerte de los enamorados, no se percataron de que doña Camila, hermana del papá, vio cuando la abrazaba, antes de cortar los elotes y de inmediato corrió y lo platicó al progenitor de la chica. Al llegar a casa amenazaron a la muchacha con castigarla despiadadamente si no confesaba la verdad.

Cuando la joven reveló y aceptó que había entregado su virginidad al novio, mi padre montó en cólera, tomó su grueso cinturón y cuando la iba azotar intervino la mamá y dijo que mejor los casarían aunque fueran menores de edad.

Anselmo suspendió el relato, guardó silencio y movió su cabeza de un lado a otro, desaprobando lo ocurrido y como diciendo por qué pasan estas cosas. Fue ese momento en que le dije:

— No te aflijas amigo, si no habrá fiesta de XV años, pronto tendremos la fiesta del casamiento de los jóvenes amantes; y entonces sí bailará el danzón que preparé, una bella melodía que se llama Mi consuelo es amarte y no lo bailará conmigo, bailarán ellos para que los admiren y se lleven todos los aplausos.

— Eso no va a ocurrir —dijo mi amigo— quisiera que así fuera pero no pasará porque mi padre se sintió tan ofendido y defraudado por la hija que decidió correrla de la casa y no sabemos dónde ande ahora. Aunque lo más seguro es que esté escondida en la casa de los padres del novio a quien tampoco se le ha localizado.

Los hechos narrados no sólo afectaron la relación matrimonial de los padres, dado que la mamá no estuvo de acuerdo que el padre de Natalia decidiera tan riguroso y áspero castigo que equivalía a un sufrido ostracismo; la ira desmedida del papá era incontrolable pues había ahorrado con anticipación para hacerle gran fiesta a la hija. La decisión de correrla de la casa causó fuerte impacto entre sus conocidos, por ello la familia sufrió fuertes críticas por parte de la comunidad en la que todo se sabe y los hechos toman el color de chismes, mofa, escarnio y de refinada ironía. También destrozó la ilusión de Anselmo que ya había comprado zapatos nuevos, hermosa guayabera blanca de lino y pantalón negro de fino casimir para bailar el vals Danubio azul con su hermanita adorada; los padrinos tenían ya contratada una banda de música y seleccionado el vestido de la quinceañera que además le tenían la sorpresa de hermoso traje regional de falda y un colorido y bello huipil bordado a mano; también estaba elegida la comida que se ofrecería el día de la fiesta en la que se incluía matar una res para que los invitados satisficieran sus exigentes paladares, y no se pasó por alto lo que darían al día siguiente en el conocido lavado de olla.

Por lo que a mí respecta también me afectó porque me cubrirían el costo del pasaje y hospedaje y al frustrarse esa fiesta ya no tuve oportunidad de estar unos días en esa región bella del Istmo de Tehuantepec.

Pasadas unas semanas, el padre de Natalia se encontraba en una cantina en compañía de uno de sus compadres. Ambos disfrutaban sus frías cervezas que bien se apetecían dado el fuerte calor que hace en esos lugares; después del consumo de varias caguamas, la amarga pero sabrosa bebida, el compadre, en confianza, preguntó si sabía algo de su hija; el padre, medio alcoholizado, agraviado y seriamente ofendido dijo que no quería saber nada de ella, que si la llegaba a ver le iba a dar una buena putiza.

El compadre, sereno, respetuoso, lúcido y dando muestras de tener experiencias de la vida, criterio amplio y un sentido común bien desarrollado, expresó:

— Compadrito, no me lo tome a mal, pero sepa usted que por cada momento de cólera que viva, por cada coraje que haga son minutos menos de vida; es hermoso aprender a vivir sin enojos; reír alarga la vida. Ya no se mortifique. Usted y su familia están sufriendo por lo que hizo la muchacha pero ella es probable que esté disfrutando y gozando su nueva experiencia que le ofreció la vida. Acuérdese que fuimos jóvenes y en esa etapa también cometimos muchas burradas.

El padre de Natalia, no contestó, permaneció en silencio por unos instantes, reflexionó y pensó en el gran amor que le ha tenido a su hija, y eso lo motivó a hablar y dijo:

— Mesera, otra caguama por favor —y dirigiéndose al compadre agregó

—. Esta es la última y nos vamos compadrito.

Pasaron raudamente los meses y durante ese tiempo nada se supo de la precoz Natalia. ¿Qué habrá sido  de ella? Pensamos que sólo el tiempo, quizá no lejano, nos lo podrá decir.

SALÓN LOS ÁNGELES, EL CIELO EN LA TIERRA

 SALÓN LOS ÁNGELES, EL CIELO EN LA TIERRA

Por Dr. Jorge de León Rivera, Cronista del danzón

Extracto del Boletín Danzón Club No. 188 (Octubre, 2025)

“Quien no conoce Los Ángeles no conoce México”

Es el famoso eslogan que distingue al salón de baile inaugurado el 31 de julio de 1937, en la actualidad su aniversario se conmemora el 2 de agosto cuando se celebra la fiesta patronal de Nuestra Señora de Los Ángeles.

Un salón de baile

es como una cajita de música

llena de muñecos que esperan ...

Cuando toca la danzonera,

todo obtiene movimiento:

Las bailarinas giran y danzan;

cobran vida, derrochan cadencia.

Los caballeros también se animan,

adquieren destreza, elegancia ...

el espacio se llena de armónicos,

resonancias, glissandos y rubatos.

Los músicos son igualmente

muñequitos que insuflan,

que tañen, que pulsan,

juguetitos de madera,

de metal o de cuerda ...

Fragmento del poema Cajita de música, de Gabriel Espinosa



En la Ciudad de México existen lugares

en los que pasan cosas extrañas ...

Dicen que quien usa bastón o muletas,

las deja en la puerta, y entra caminando.

El que no ve, se olvida de su carencia;

es como si entrara a un mundo donde

la realidad se escuchara, se tocara,

se sintiera, sin necesidad de verse.

Dicen que quien cruza el umbral

de esas puertas se transforma.

Y nadie queda libre del embrujo.

Cada mujer es una reina,

y no hay sino príncipes

bailando danzón.

Fragmento del poema: Los salones, de Gabriel Espinosa, (octubre 1998).



Los salones de baile

significan centros sensibles,

zonas erógenas del cuerpo social.

Espacios de la imaginación

donde se dan cita sueños y fantasías

afanados por transformarse en realidad,

por convertir lo individual en colectivo

y participar de lo íntimo en público.

Pareciera que el salón de baile

es aquel lugar donde el rito,

la fiesta y la ceremonia

se hubiesen puesto

previamente de acuerdo

con los deseos y las emociones,

para culminar con amor y erotismo

al encontrar un alma

vagabunda en pena

donde encamar cuerpo para sublimar.

Texto de José Luis Araiza: bailador de danzón y autor de la ponencia Danza, Danzón.

Histórica foto del Salón los Ángeles, tomada poco después de su inauguración 1937. Mario moreno Cantinflas haciendo pareja con Estanislao Shilinky, A la izquierda Marcelo Chávez y tras el micrófono Juan s. Garrido. A la derecha y no completo un aviso sobre las reglas del. Salón. Foto de Santibañez.

El Centro Social Los Ángeles se ubica en la colonia Guerrero fraccionada por el diputado Martínez de La Torre, la calle rememora a Sebastián Lerdo de Tejada y Corral, jurista y legislador, político liberal y presidente de la República del 24 de abril de 1823 al 31 de octubre de 1876.

Generalmente los dueños de los salones de baile han heredado la empresa, los Nieto son originarios de Atlacomulco, Estado de México.

Todo inició cuando Wilebardo Nieto y su hermano Miguel decidieron transformar la bodega de su maderería en salón de baile. Wilebaldo, su tío abuelo, fue socio del Salón La Playa, de la calle Argentina.

La edificación se hizo sobre el terreno donde nació la abuela paterna, quien contrajo matrimonio con Miguel Nieto Alcántara, este le compró el predio a su suegro, para la obra se utilizó material de la “Nueva Maderería Monte Alto”, propiedad de la familia, ubicada en la calle Manuel González.

Por algunos años la familia Parrales auxilió en la administración, la señora Armida Applebaum viuda de Nieto estuvo al frente del salón.

Desde la inauguración del salón hasta la década de los sesenta, se estableció como requisito que los hombres portaran traje y corbata y las damas vestido y medias, puesto que, según Miguel Nieto: [...] en aquel entonces se permitía cierta selección del público, pues en los salones de baile se establecieron ciertos códigos de conducta que los diferenciaba de los cabarets. Desde los sesenta se dio un cambio radical en el código de vestir, en el tipo de público y en muchas otras cosas.

El salón pudo sobrevivir ante la «fobia de Ernesto Uruchurtu contra todos los salones de baile y la vida nocturna de la ciudad de México», debido a les relaciones de parentesco que había entre los Nieto y la familia Del Mazo, quienes desde ese entonces ya tenían presencia en puestos gubernamentales.

En 1991 se hicieron varios cambios al salón, duplicando el área para poner más mesas y dar una mayor extensión a la pista, también se ampliaron y se modernizaron los baños. En la actualidad, el salón cuenta con tres grandes espacios para bailar.

En esta foto de 1937 en el Salón Los Ángeles, aparecen: en medio el “Cancionero Romántico” Luis G. Roldan y a su derecha el espléndido director Leopoldo Olivares. Foto de Santibañez.

En Los Ángeles también se han filmado varias películas, las que recuerda el señor Nieto son: “Una gallega baile mambo”, actuada por Joaquín Pardavé, “Tívoli” de Alberto Issac, “Modelo Antiguo”, “Danzón” y “Baila conmigo”. También se han hecho series de televisión como la que trasmitió la Unidad de Televisión Educativa titulada «Soneros». Asimismo, en este recinto se han realizado diversas actividades culturales como las jornadas de “La Rumba es Cultura”, organizados por Froylán López Narváez y es el único salón en donde se has hecho exposiciones de pintura y de fotografía, desfiles de modas, obres de teatro, presentaciones de discos y libros.

El lugar tiene una capacidad máxima para 3,000 personas, contando por lo general con alrededor 700 asistentes, aunque el número de persones oscila según el día de la semana.

Las denominadas Matinés atraen a numeroso público.

BIBLIOGRAFÍA:

 Flores y Escalante Jesús. “Imágenes del danzón”

 Jiménez Armando. “Salones de rompe y rasga en la Ciudad de México”.

 Sevilla Amparo. “Los Salones de baile”.

 Vélez Carlos. “Salón Destino”.


DE CABARETS Y DANZÓN EN LA CIUDAD DE MÉXICO

 DE CABARETS Y DANZÓN EN LA CIUDAD DE MÉXICO

“Afuera hace viento, pero adentro hace tanto calor que todas las noches tenemos una batalla para evitar que las chicas se quiten toda la ropa. Así que no te vayas, ¿quién sabe? ¡Esta noche podríamos perder la batalla!” 

Maestro de Ceremonias.

Por Luis Pérez “Simpson”

Extracto del Boletín Danzón Club No. 188 (Octubre, 2025)

La relación “Cabaret y Danzón” es un tema “tabú” en la mente de muchos “esnobistas” aficionados al danzón, quienes a toda costa han procurado borrar de la Historia esa bella época donde el danzón se escuchaba y se bailaba sabroso y candente en los cabarets de la Ciudad de México.

Cuantos artistas, escritores, poetas, músicos, pintores, cineastas se han inspirado en sus frecuentes visitas a estos antros, mismos que tienen su historia además de un gran valor cultural y sociológico.

No es por demás recordarles que, gracias a estos “recintos de placer”, el danzón tuvo un espacio para sobrevivir varias décadas. Obviamente en estos cabarets, no se bailaba el danzón como se estila ahora con “pasitos numerados” lleno de “florituras”, por el contrario, se bailaba con los pasos más simples (no era necesario asistir a una academia de baile), sin complicaciones, eso sí, bien pegadito, recuerden que el danzón en su esencia es un baile de salón (no de teatro), sensual, alcahuete y “anti chaperonas”.

Históricamente, el antecedente de los cabarets y salones de baile en la Ciudad de México lo encontramos en la Carpa, que en un principio se llamaban “Carpas de Teatro Popular” que en su concepto, era el “Teatro Cómico” donde se ofrecía a los espectadores capsulas de humor, sátira política, burlas, música en vivo, prácticamente era “El Teatro de Revista” importado de Francia. Estas carpas se convirtieron en el “periódico de los pobres”, en espacios de resistencia donde se realizaba crítica política a los sucesos importantes sirviendo como medio de información y educación política al “populacho” que en su mayoría era analfabeta. También, eran muy frecuentes las ingeniosas “parodias” a las producciones musicales del Teatro de Revista que se desarrollaban en los elegantes teatros del centro de la ciudad.

Con el rápido crecimiento urbano, estas carpas fuero desapareciendo dando lugar a inmuebles construidos o adaptados, sobre todo en el centro de la Ciudad de México a los que se llamaron “Cabarets”, inspirados en el modelo del “Café-Concert” francés, nacido durante la Revolución Francesa. Los cabarets de esta “Ciudad de los Palacios” tuvieron su “época de oro” definida en un periodo que va desde los comienzos de los años treinta, hasta fines de los años cincuenta del siglo XX, periodo donde proliferaron estos inmuebles sin ninguna restricción oficial para su funcionamiento y con largos horarios de trabajo. Cabe mencionar que afortunadamente había cabarets para todos los bolsillos es decir existían los de primera categoría y los de segunda clase llamados “cabaretuchos”, que eran los recintos donde más se escuchaba y se bailaba danzón.

Sin lugar a dudas los cabarets jugaron un papel fundamental en la vida nocturna capitalina ofreciendo espectáculos de música, baile, teatro, donde hasta políticos, artistas e intelectuales compraban “fichas” y tomaban bebidas alcohólicas sin ningún prejuicio dentro de aquellos “salones de placer”. Una ficha era el pase directo al “paraíso”, baile, roce y copas. De aquí viene esto de “las ficheras” y, fichar era ese “indecente encanto” para disfrutar la compañía de una buena bailarina y oyente, actividad que no era mal vista, sino, algo completamente natural. Las ficheras eran los principales “ganchos” para atraer a los clientes y se decía: “Definitivamente las ficheras proporcionan el único atractivo para que los hombres vayan a estos centros”, algunos tenían letreros en su interior diciendo: “Vaso de cerveza, quince centavos, con señoras (“ficheras”), veinte centavos.”. Y, ¿cuál creen que era el ritmo más socorrido para bailar con una de estas “damitas del talón”?, pues, nada menos que el danzón que se estilaba bailarlo pegadito, “de cachetito”, “mordiendo orejita” y otras expresiones más atrevidas que obviamente omito escribirlas. También hay que decir que el bolero tropical era muy aceptado para estos menesteres. Imposible negar que en estos antros asistían personajes como las indispensables ficheras, prostitutas, los padrotes, dueños de cabarets, delincuentes, pero, también gente que solo iba a divertirse, bailando conversando y tomándose unas copitas con las damitas y ver las variedades.

De gran lista de cabarets en la Ciudad de México, solo mencionaré algunos:

El Tívoli (inaugurado en 1946), Barba Azul (inaugurado en 1950), El Burro (inaugurado en 1954), El Cabaret Patria, El Bombay (Inició como La Niña y cambió de nombre varias veces hasta convertirse en el Club Bombay en 1952), El México (Salón México inaugurado en 1920), El Leda, El Mazao, Rio Loza, Club de los Artistas, Monte Carlo, La Playa, Los Parranderos, El Nereidas, La Alegría El Waikikí.

Quizá muchos se sorprenderán que en esta breve lista de cabarets aparece “El México” o, “Salón México”, pues sí, este salón icono del danzón, inició con la denominación de cabaret y, según Don Jesús Flores y Escalante, y en base a una investigación nos dice que este emblemático Salón de Baile se anunciaba de esta forma: “Cabaret Salón México, las mejores bebidas y muchísima cerveza”. No debe de extrañarnos ese título, ya que justamente estaba ubicado en una zona donde abundaban los cabarets, “casas de citas”, y Hoteles de paso” en la popular colonia Guerrero.

Para los incrédulos, un anuncio del Cabaret México. Cortesía del Dr Jorge de León R.

De los cabarets mencionados y los que restan ya prácticamente no queda ninguno, existe la idea de que esto se debió al regente de hierro, Ernesto p. Uruchurtu quien emitió una ley para reducir el horario de estos antros, pero la más probable causa de su desaparición fue la modernidad que brindaba nuevas opciones de diversión, aparte de que la ciudad se volvió más insegura en altas horas de la noche.

Ahora le toca el turno al Cine Mexicano que construye a su manera una imagen de la Ciudad de México que refleja fielmente la realidad de su vida nocturna.

Afortunadamente existe un vasto acervo cinematográfico, mismo que es una rica fuente testimonial.

Ahora bien, desde la película “Santa” (1931 considerada la primera película sonora del cine mexicano), hasta la cinta “Los Vuelcos del Corazón” (1996), tenemos un aproximado de 320 películas donde se hace presente el danzón por lo general donde aparecen escenas de gente bailando este candente ritmo en diversos escenarios, la gran mayoría de ellas fueron filmadas en esos llamados “cabaretuchos de Rompe y Rasga” y otras en cabarets de primera categoría. También, en este listado, hay algunas películas donde solo se llega a escuchar danzón.

En la lista de cabarets, destaqué el legendario cabaret Leda que aparece en la película “La Mancha de Sangre”, filmada en 1937, película que contiene la mayor cantidad de escenas de gente bailando danzón en cabaret. Cabe destacar que en la película le cambian el nombre de Leda por “La Mancha de Sangre”.

“La mancha de Sangre”, en primer plano Carmen “Prostituta” (Stella Inda) y Gastón, “El Padrote” (Heriberto G. Batemberg)

Y pensar que todo este rico acervo cinematográfico y testimonial, lo han tratado de desaparecer de la memoria histórica esos “esnobistas danzoneros monta-rutinas” ya que según parece, las escenas de danzón en cabarets atenta “moralmente” a su delicado y sutil formato dancístico de enseñanza y, peor aún, algunos de ellos, han incluso “satanizado” a los directores de estas películas, argumentando que “El danzón es Cultura”, y les pregunto, ¿acaso los cabarets no son cultura?, caray, hasta donde llega la ignorancia y sobre todo “el fanatismo danzonero” de estos “individuos”. Si se pudiera medir el “grado de cultura”, definitivamente los cabarets superan por mucho al danzón.

Ahora tristemente podemos constatar que el cine mexicano ya ni se ocupa del danzón.

A propósito de “cabarets y danzón”, me viene a la mente un poema titulado “A estas horas, aquí” del gran poeta chiapaneco Jaime Sabines, del cual les presento este bello extracto: “Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo, dejar mi cuarto encerrado y bajar a bailar entre borrachos. Uno es un tonto en una cama acostado, sin mujer, aburrido, pensando, sólo pensando”.

Ahora, pasemos a un interesante capitulo histórico sobre la composición musical en el danzón, mencionando que el llamado “danzón de danzones”, Nereidas, máxima expresión del danzón mexicano, cuyo autor el músico oaxaqueño Amador Pérez Torres, alias “Dimas”, fue compuesto a principios de los años treinta del siglo XX, ¡ojo!, justamente para la inauguración del “Cabaret Nereidas” por encargo del dueño de este antro, Don Daniel Sidney. Estimados aficionados al danzón, cuando bailen este soberbio danzón, recuerden que están disfrutando ni más ni menos que del más cabaretero de todos los danzones, mismo que nació con la pureza y fuerza de un danzón, no como adaptación de “boleritos” o de otros géneros musicales que tanto estilan los “nuevos compositores y arreglistas de danzón en México”.

¿Te puedes ahora indignar sobre lo cabaretero del danzón?

Lamentablemente con esto del “nuevo estilo de bailar el danzón escolarizado”, (caracterizado por la inclusión de pasitos importados de otros ritmos, empezando con su paso base, “el cuadrito”, así como, de ridículas ocurrencias como las “entradas”, “remates”, rutinas teatrales etc.), le han quitado al danzón su mágico sello de, sensual, “cachondo”, cabaretero, arrabalero e incluso también prostibulario, confeccionándole “metafóricamente” un “elitista y rimbombante” Vestido de Quinceañera”.

Bibliografía:

Waikiki tesis por Carlos Medina Caracheo. UNAM.

DE CUBA CON AMOR...EL DANZÓN EN MÉXICO, Simón Jara Gámez, Aurelio Rodríguez y Antonio Zedillo castillo.

La société mexicaine au miroir du cinema. Journals.Openedition.

INSCRIPCION A LA ASOCIACION MEXICANA DE DANZONERO

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